Ahora, la Policía utilizó en Romero un “caballo de Troya” para vencer a una banda narco

Son duros de roer: hace dos meses, un “batallón” de la Federal le dio un golpe a “Los Raúl”, una banda narco sospechada, de manejar el código del narco menudeo en el Barrio Santa Ana en una línea de tráfico con la villa 1-11-14, pero siguieron operando. Ayer, volvieron los policías del área de narcotráfico de la bonaerense en la Región para dar lo que fue definido como la estocada final.

Tras la experiencia en la noche del 19 de enero, la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas organizó para el domingo por la noche un dispositivo que esperaba máxima tensión. “Entramos a un asentamiento en el que la situación no es sencilla porque hay muchas personas con la misma actividad”, indicó un investigador del operativo a cargo del titular del área Jorge Goñi y bajo instrucción de la Fiscalía Nº 1, a cargo de la fiscal Ana Medina.

En busca de una sorpresa que les permitiera ganar el campo, los policías se escondieron en dos camiones de tipo volcador. Se acomodaron en el playón de un hipermercado situado en Ringuelet y desde allí, simulando un operativo municipal o de una obra, por ejemplo, se fueron por la 520 hasta Santa Ana. Cuando los camiones pararon en 526 y 162, los sospechosos de sostener varios kioscos de venta de droga en casillas de chapa, poco tenían por hacer.

Más de 50 policías se tiraron y pasaron a tomar el control de las callejuelas del asentamiento. Allí, según la investigación, funcionaba una especie de centro de logística de la banda.

El ardid policial derivó de la constante vigilancia que “soldaditos armados” mantenían en ese sector.

La fuente policial precisó que se realizaron trabajos de inteligencia ordenados por la Justicia. Según esa pesquisa los integrantes de la organización criminal se dedicaban a la comercialización de droga y mantenían un estricto control del barrio mediante una red de “soldaditos”, en referencia a integrantes de menor rango que custodiaban el sector “armados” y dispuestos a responder con represalia ante situaciones que pudieran dejar en descubierto la actividad delictiva.

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En la redada anterior, los policías encontraron a una adolescente de 15 años “atendiendo” un búnker de la banda. Entonces, cayó un hombre acusado de formar parte de la banda y también la madre de la joven, cuando reclamó que se la entregaran.

“Aquella vez se trabajó con una denuncia y en una línea de investigación con la Policía Federal. Ahora, a partir de otra denuncia, se siguió una nueva línea, con la Policía Provincial”, explicó una fuente judicial sobre el nuevo operativo y la robusta banda.

La UFI Nº 1 contaba con información policial que hablaba sobre una cocina de estiramiento de cocaína en el asentamiento, a metros del búnker de la “soldadita” y planteaba la sospecha de introducción de paco en la zona, una droga considerada “letal” por sus efectos sobre la salud, que se obtiene del residuo de la cocina de estiramiento de la cocaína.

Tras esperar la orden de entrar en acción, los uniformados avanzaron sobre “Troya” e ingresaron a un reducto que era utilizado como kiosco de drogas. Según se informó, hallaron una cantidad no precisada de cocaína, marihuana, armas de fuego de diferentes calibres, municiones, elementos de estiramiento y fraccionamiento de sustancias ilícitas, dinero en efectivo y otros elementos claves para la causa.

En este marco, los policías identificaron 11 personas y se llevaron un aprehendido por el cual la Fiscalía ya pidió confirmar su situación procesal con una detención. En la causa interviene la jueza de garantías Marcela Garmendia.

“Al momento del operativo ya contábamos con una vasta cantidad de pruebas recolectadas a partir de seguimiento, filmaciones, recolección de información y tareas de campo encubiertas”, aclaró la fuente policial.