“Demoraron dos meses en detenerlos, ya liberaron a uno y el otro pide domiciliaria”

“Tiene altibajos de ánimo, pero es propio de la región frontal de la cabeza donde se maneja lo emocional y el humor. En enero estuvo muy cansado, olvidaba algunas palabras; pero de a poco lo va superando. Y adelgazó por lo menos 10 kilos porque estaba internado y no comía mucho; también por los medicamentos, especialmente calmantes, que le afectaban el estómago”.

Así describe Paula Pedroso (32) al estado actual de su pareja Gonzalo Colombo (34) después de la dura prueba que le tocó atravesar, no por una enfermedad grave ni por un accidente fortuito, sino como consecuencia de una paliza callejera derivada de un incidente de tránsito del que ayer se cumplieron tres meses.

Fue el 23 de diciembre en Camino Centenario y 497, en Gonnet, donde un Fiat 147 y un Gol Trend que venían realizando maniobras peligrosas encerraron al auto que conducía Paula, y en el que también viajaban Gonzalo y el pequeño hijo de los dos. Colombo se bajó, empezó a discutir y casi lo mataron a golpes. Por el caso fueron imputados los kickboxers Ezequiel “El Rey” Reymundo y Leonardo “La Sombra” De Oliveira Trindade, aunque hoy sus situaciones procesales son distintas.

“El 21 de febrero los detuvieron” a pedido de la fiscal María Eugenia Di Lorenzo, recordó ayer Paula en un mano a mano con este diario, “a Reymundo como autor principal del ataque y a Oliveira como partícipe necesario”.

Sin embargo, días atrás De Oliveira fue excarcelado por falta de mérito (aunque sigue procesado) y a Reymundo le pidió la preventiva por tentativa de homicidio, por entender que usó como armas sus manos y pies, habituados al kick boxing.

La jueza Florencia Butiérrez deberá resolver este planteo, como también el pedido de prisión domiciliaria que presentó la defensa de Reymundo. “Este se adjudicó el hecho y por eso le dieron la libertad a De Oliveira”, lamentó Paula, adelantando que ella y el abogado que la patrocina, Marcelo Peña, intentarán evitar que Reymundo espere el juicio oral en su casa: “Es peligroso para nosotros y para terceros”, resaltó.

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“La posición fiscal es contradictoria, porque lo coloca a Oliveira como partícipe necesario y luego accede a darle la libertad”, cuestionó la mujer, sin pasar por alto que “tuvimos que esperar dos meses hasta que los metieron presos y ahora sucede esto”.

La definición de la domiciliaria empezará a jugarse con una audiencia prevista para el lunes, en la que participarán las dos partes. “Nos oponemos firmemente a ese beneficio, por la peligrosidad del acusado y su desinterés por la vida humana, ya que dejó tendida a la víctima en la calle y escapó”, reforzó Peña.

La mujer cuestionó la excarcelación de De Oliveira, porque “me encerró con el auto, y, sabiendo que su amigo es peleador, se alejó y no hizo nada para detenerlo cuando golpeaba mi marido”.

A tres meses del gravísimo incidente Gonzalo se recupera “de acuerdo a lo esperado”, según su mujer, aunque “no se acuerda nada de ese día. Se le borró y no lo podrá recuperar”, ya les anticipó la psicóloga.

Cierra Paula: “De a poco lo va superando. Los médicos dicen que entre 6 meses y un año es lo que se tarda en volver a la normalidad ante una situación así”, tan extrema, tan alejada de lo normal. La pelea, ahora, es en el terreno judicial.