May ofrece su renuncia para salvar el acuerdo del Brexit
Edición Impresa | 28 de Marzo de 2019 | 02:17

LONDRES
La primera ministra británica Theresa May jugó ayer su última carta para salvar su impopular acuerdo del Brexit prometiendo dimitir en cuanto logre sacar al país de la Unión Europea (UE), al tiempo que los diputados mostraban su falta de consenso votando contra todas las propuestas alternativas.
Tras acordar un corto aplazamiento en la fecha del Brexit, inicialmente prevista para mañana viernes 29 de marzo, la UE advirtió que si Reino Unido no adopta esta semana el acuerdo negociado entre Londres y Bruselas, el país deberá presentar un plan B antes del 12 de abril.
Con la intención de encontrar una salida, el Parlamento arrebató al gobierno el control de la agenda de debates y emprendió el estudio de ocho alternativas al acuerdo de May, desde un Brexit suave hasta la anulación del proceso pasando por la organización de un segundo referéndum.
Sin embargo, en una cámara muy dividida entre euroescépticos y proeuropeos, el resultado no sirvió para sacar nada en claro: los diputados votaron en contra de todas las propuestas.
“Aquí no hay opciones fáciles, no hay un camino sencillo”, dijo el ministro del Brexit, Stephen Barclay. Esto “refuerza nuestra visión de que el acuerdo negociado por el gobierno es la mejor opción”, agregó, llamando “a todos los diputados de la cámara, en nombre del interés nacional, a respaldarlo”.
TODA LA CARNE AL ASADOR
El texto ya fue estrepitosamente rechazado dos veces -el 15 de enero y el 12 de marzo- por los diputados, pero May decidió ayer poner toda la carne al asador en un intento desesperado por lograr sacarlo adelante en una votación que podría tal vez organizar para mañana.
Para poder esperar que el texto sea aprobado, May necesita convencer al menos a 75 de sus propios legisladores rebeldes, varios de los cuales habían pedido que abandonase las riendas del partido, del gobierno y del Brexit.
Así que la líder conservadora los reunió y les dijo: “Sé que a algunos de ustedes les preocupa que si votan a favor del Tratado de Retirada de la UE, lo tomaré como un mandato para pasar rápidamente a la segunda fase de negociación. No lo haré”. “Sé que existe el deseo de un nuevo enfoque -y un nuevo liderazgo- en la segunda fase de las negociaciones de Brexit, y no me opondré a ello”, prometió.
Una y otra vez, desde que llegó al cargo en 2016, May afirmó que su misión era “cumplir con el resultado del referéndum”, que en junio de ese año decidió el Brexit por 52% de votos a favor.
Pese a ser caótica, la toma de control por parte del Parlamento incrementa las posibilidades de que Reino Unido acabe optando por un Brexit más suave o por pedir un largo aplazamiento de la fecha de salida.
Ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió ayer a los eurodiputados que estén “abiertos a una larga prórroga si Reino Unido desea repensar su estrategia sobre el Brexit”.
May confía en que esta perspectiva convenza a los detractores de su acuerdo de que es mejor aprobarlo que correr riesgos. Y esperaba que su promesa de renuncia diese el empujoncito que faltaba.
El truco pareció surtir efecto en algunos de los rebeldes conservadores euroescépticos aunque no en todos. Pero, sobre todo, no impresionó al pequeño partido unionista norirlandés DUP, de cuyos 10 diputados depende la frágil mayoría de May en el Parlamento y que sigue oponiéndose al punto más conflictivo del acuerdo, la denominada “salvaguarda irlandesa”.
“Dado que los cambios necesarios que queremos para la salvaguarda no fueron acordados entre el gobierno y la Unión Europea, no apoyaremos al gobierno si organiza una nueva votación”, anunció el DUP en un comunicado, arruinando las esperanzas de la primera ministra.
Conscientes de la dificultad de acordar una solución alternativa, los diputados se habían dado dos días para intentar identificar qué opción u opciones tendrían el respaldo de la mayoría. Así, a partir del resultado de la votación de ayer intentarán llegar a un consenso basado en el compromiso en otra sesión prevista para el próximo lunes.
May dijo no confiar en que los diputados logren ponerse de acuerdo, pero advirtió que si lo consiguen no está obligada a acatar el resultado de una votación que no es vinculante.
A lo que algunos diputados respondieron amenazando con presentar una proposición de ley para obligarla a hacerlo.
Los legisladores aprobaron por otra parte ayer cambiar oficialmente la fecha del Brexit, inicialmente prevista para el 29 de marzo y que ahora será el 12 de abril o el 22 de mayo en función de si logran o no aprobar un acuerdo. (AFP, AP, EFE y TÉLAM).
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