Fernanda Metilli “El stand up es desnudez absoluta”
Edición Impresa | 30 de Marzo de 2019 | 04:13

“En el stand up cuento situaciones que en su momento me generaron dolor, o angustia... Y, como todo: tragedia + tiempo = comedia”, dice Fernanda Metilli, citando el popular refrán sobre las propiedades curativas y reflexivas del arte de hacer reír, algo de lo que se percató desde muy chiquita: hasta los 14 años “era tímida, encorbada, no quería que nadie me vea, era una nena gris”, pero entonces “hice un clic”.
Y “me acuerdo el día exacto”, dice la comediante, que llega esta noche a la noche a la sala de 43 entre 7 y 8, junto a Diego Chak, para presentar su show de stand up: “Estaba en un asalto, era el primer asalto que teníamos en la secundaria, y había un chico más grande... y estábamos todas cagándonos de risa porque nos gustaba. Y yo empecé a expresar con humor lo que nos pasaba: nos mira y nos ponemos colorada, mirá como me tiembla la mano… y todas se empezaron a reír. Ahí, aunque no de forma tan consciente, me di cuenta lo grosa que es la risa para combatir la timidez, para poder expresarme a través del humor”.
Desde entonces, “muy de a poquito pero con la seguridad de que era eso lo que quería”, Metilli fue armando su carrera. Estudió teatro, se vino para Buenos Aires, se juntó con otros comediantes y, entre obras y trabajos para sostenerse, “siempre haciendo muchas cosas a la vez”, se ríe, armó “F3” con Chak y Fede Cyrulnik, que se presentó durante varias temporadas en el Paseo La Plaza, la casa del stand up.
En paralelo, la comediante abrazó el poder de las redes, donde hoy supera los 350 mil seguidores: varios de sus pequeños videos se volvieron virales, particularmente los que protagonizó junto a Radagast, su ex pareja. “Por ahora”, dice. “Por ahora estamos separados, desde octubre”, cuenta, y consultada sobre qué significa ese “por ahora”, dice que “es complicado”, pero que “hay buenas intenciones de parte de los dos”. Hay esperanza para la comunidad instagramera.
Justamente el romance y las parejas son uno de los temas que toca, con esa cuota de ácida crítica y autocrítica que la caracteriza, en la rutina que se verá esta noche. Y “sigo hablando de mis viejos, y me río de la educación y la crianza en ese momento, de ir a la escuela católica”, adelanta Metilli: el stand up es el género catártico por excelencia, donde, como citaba la propia Fernanda, la tragedia de la vida cotidiana se vuelve carcajada.
“El stand up es desnudez absoluta. Por eso también genera otra adrenalina: sos vos, no es un personaje que la puedas pilotear. No estás contenido por otros compañeros, si te va mal es terrible, estas ahí solito, tratando de que se rían…”, afirma, con una risa nerviosa, la comediante de Tandil, uno de los nombres femeninos fuertes de una escena donde las voces de las mujeres se hacen escuchar cada vez más.
LA ESCENA FEMENINA
“Falta mucho todavía, pero logramos muchísimo”, dice, aunque agrega que “todavía faltan espacios, espacios para mujeres, manejados por mujeres. Estamos en ese cambio. Hemos ido ganando lugares, y lamentablemente todavía hay que decirlo así, porque lo tenés que demostrar, todavía se pelean esos lugares”.
Una resistencia que Metilli percibió, sobre todo, en su llegada a la televisión. “En teatro no me pasó, trabajé siempre con amigas y cuando me tocó hacer teatro comercial trabajé con gente maravillosa. Pero en un programa de tele, donde era la única mujer que hacia humor dentro de un staff de humoristas, en la previa a los hombres le festejaban y aceptaban todas las ideas, y cuando llegaba mi turno tenía que explicar paso por paso lo que iba a hacer. No lo hacían desde la maldad, sino desde la costumbre: era costumbre dudar de si una mujer iba a ser graciosa o no”.
De ese mismo grupo emergen las voces que dicen que, en el actual clima y ante el avance de la militancia feminista, no se puede hacer humor. “Es parte de la resistencia: el hombre que hace humor y dice que no se puede hacer humor, es porque tiene miedo de quedarse fuera del circuito. No puede ver que se puede hacer de otra manera el humor, no puede hacer ese trabajo extra de aceptar que no se puede hacer mas algo, poner el culo en la silla y buscar otra forma”, explica Metilli, para quien “en algunos años va a dejar de existir, por una cuestión generacional. Pero el publico al que le gusta ese tipo de humor todavía está”.
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“A los 14 años era tímida, encorbada, no quería que nadie me vea, era una nena gris, pero después hice un clic” Fernanda Metilli
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