Servicios y costos carísimos y caída de ventas, un combo letal para comercios locales

El elevado incremento en los costos operativos que se registró en el último año, puso a muchos comercios de la Región entre la espada y la pared. Es que, frente a la caída en las ventas -sólo unos pocos experimentaron un mínimo crecimiento-, sumaron serias complicaciones mes a mes a la hora de tratar de amortizar esta situación, al punto que los números no les cierran por ningún lado.

Un puñado de simples referencias, que contemplan subas en servicios públicos, combustibles y costos laborales, alcanzan para graficar con claridad un panorama para nada alentador.

Entre febrero de 2018 y el mismo mes de 2019, la tarifa de la luz aumentó 60%. En ese tiempo, el valor de los alquileres de locales en el Centro se incrementó aproximadamente 30% y el del gasoil 70%. En la misma referencia anual, los sueldos de empleados y los aportes tuvieron una suba del orden del 45%. Mientras que en ese lapso, las ventas bajaron en el grueso de los casos y sólo unos pocos negocios experimentaron pequeños aumentos, pero quedaron notoriamente relegados respecto del incremento de los costos antes mencionados. Además, el precio de las mercaderías que comercializan distintos negocios aumentó en niveles tan altos, que muchos locales ya no pueden trasladarlo al valor final del producto porque, en caso de hacerlo, la gente dejaría de comprarlo o se le haría muy cuesta arriba adquirirlo.

Es decir que frente a un panorama trazado a grandes rasgos como éste, queda claro que no hay forma de hacer que un comercio resulte redituable o, al menos, se pueda mantener en el tiempo si no cambian las reglas de juego.

Entre la angustia y en varios casos la desesperación, varios negocios de la Ciudad han optado por “bajar la persiana” de forma definitiva, otros tantos al menos han considerado salidas similares, y muchos se debaten sobre cómo “aguantar la mala” hasta que vengan tiempos mejores. Si es que llegan...

Datos sobre comercios

Un relevamiento realizado en la primera quincena del mes pasado por la Fundación Milenio sobre negocios del casco urbano y distintos centros comerciales, que también hace foco en el cierre de locales de distintos rubros, aportó datos sobre la realidad que vive este sector en la Región. El trabajo se hizo sobre la base de 4.568 comercios de La Plata y arrojó como conclusión que 678, se encuentran cerrados definitivamente o en alquiler. Es decir que ha sufrido una variación del 57.87% con respecto al mes de julio del año pasado, cuando dicha fundación realizó su último informe.

LE PUEDE INTERESAR

Vecinos de Altos de San Lorenzo y Villa Elvira sin agua desde hace cuatro días

LE PUEDE INTERESAR

Con la paritaria salarial estancada, comienza la huelga docente por 72 horas

En el presente trabajo se tomó la muestra del microcentro, comprendido entre las calles de 45 a 50 y de 6 a 10, y dio como resultado el cierre o alquiler de locales del 16.32 por ciento. Como ejemplo cita que la calle 8, de 44 a 50, pasó de tener 3 locales cerrados o en alquiler en julio de 2018 a 13. En tanto, la calle 12 pasó de tener 11 locales en alquiler a 29.

En centros comerciales de localidades próximas a La Plata, sobre un total de 2.308 comercios relevados, 287 se encuentran cerrados o en alquiler, de acuerdo a este trabajo.

A partir del relevamiento se verificó que existen distintas realidades en los centros comerciales de la periferia de la Ciudad. En la mayoría hubo un aumento de los cierres de comercios, pero en los casos de Los Hornos, Ringuelet y Olmos creció la apertura de locales con respecto al informe pasado.

Surge del trabajo de campo que en los distintos barrios de la Ciudad existen “nuevos locales”, los cuales se constituyen en el garage de una casa de familia o bien en una habitación que da a la calle. En muchos casos estos son comerciantes que no han podido sostener su local comercial, fundamentalmente por las caídas de las ventas y el fuerte impacto de las subas de los servicios públicos, y recurrieron a esta modalidad para poder sostener su fuente laboral, según indica el relevamiento.

Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) las “ventas minoristas registraron caídas en los últimos 14 meses. En febrero, las cantidades vendidas por los comercios minoristas bajaron 11,9% frente a igual mes de 2018. La entidad también resalta la influencia del comercio electrónico “en la modalidad online, subieron 3,1%, con 13 ramos en alza y dos sin cambios. El comercio electrónico apenas representa todavía el 8% del despacho minorista total en los sectores relevados, por lo que no alcanzó a compensar la reducción”.

De acuerdo al relevamiento de la Fundación Milenio, los alquileres en el centro comercial de calle 12 oscilan entre 80.000 y 150.000 pesos por mes dependiendo de la superficie y la ubicación.

El informe puntualiza que desde el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial La Plata indican que las renovaciones de los alquileres en el casco urbano de la Ciudad “se están negociando en un 30% y en los centros comerciales barriales en un 24%, aproximadamente”.

La inflación, por cierto, es otro factor que impactó fuertemente a la actividad minorista en la Ciudad. La tasa anualizada para el año 2018 fue del 47,6%. Esto golpeó en los bolsillos de los platenses, ya que el aumento salarial promedio fue del 32% en la Ciudad. Esto, inevitablemente, repercutió de lleno en la caída del consumo.

Entre el bajón y el aguante

Es dispar en el microcentro platense la situación que plantean encargados y dueños de diferentes negocios. Mientras que en algunos casos se advierte que las políticas económicas golpean con rigor la continuidad de los emprendimientos y apelan, antes de llegar a una instancia tan definitiva como el cierre, a “planes de acción” que van desde el achique del horario de atención al quite de horas al personal, en otros locales sostienen que “hay que ir para adelante” y “darle una oportunidad al futuro”.

“Estamos muy mal -afirmó la vendedora de una zapatería de 49 entre 8 y 9-. Se ve ni bien entran al negocio que la gente no tiene plata. Ya no buscan calidad sino precios baratos y promociones. Eso está a tono con todos los locales que van cerrando en esta cuadra”.

En cambio, Agostina Ciminello, empleada de una casa de ropa femenina situada a unos pocos metros de esa zapatería, resaltó que ayer, a pesar de ser un día feriado y con poco movimiento en la calle, “se vendió bastante bien”. En esa línea la joven añadió que en ese comercio “estamos tratando de salir adelante” y que una muestra de esa actitud es que el año pasado se cerró los dos días de Carnaval y ahora se decidió abrir el martes.