Luis Rubio: “Eber encarna al tipo que quiso y no pudo”

El más famoso lateral que ha dado el fútbol argentino llega a la Ciudad: Eber Ludueña se subirá esta noche al escenario del Teatro Metro para arremeter con la plancha bien alta contra la actualidad del deporte rey, desde los descalabros de la Superliga y la Selección al Mundial de Rusia y la final de la Copa Libertadores.

Y vendrá a La Plata acompañado por un invitado de lujo: Luis Rubio, el humorista rosarino dueño de un humor blanco (pero al borde) espetado con rostro de supuesta respetabilidad que es marca del humor de su ciudad. El conductor de “Supermartes” en TyC (que, adecuadamente, emite el programa los jueves) abrirá la noche antes de presentar a su alter ego, el Tony Clifton a su Andy Kaufman, aunque, claro, en versión argentina, futbolera, barrial y fracasada.

“Eber a la carta” es el nombre del show, estrenado en Carlos Paz hace cuatro temporadas, que incluye, además del monólogo de apertura de Rubio, donde retrata en estilo stand up “el mundo en el que vivimos/padecemos” y “la Navidad, el veraneo, la modernidad para un tipo de cincuenta y pico”, una sesión de preguntas y respuestas a Eber, moderadas por un periodista invitado, y un monólogo del “4”.

“La gente pregunta cosas que recuerda del programa o vinculadas a la actualidad, quiere una mirada ‘eberística’ de la actualidad: en cualquiera de los dos casos, uno tiene cierto entrenamiento”, explica Rubio sobre como gambetea, con más habilidad que Eber, preguntas inesperadas y maliciosas de la audiencia, recordando sus años en vivo en “Mar de Fondo”, que solían poner en aprietos al lateral derecho.

Allí, en 2002, cobró vida Eber, nacido “como una parodia de esos programas partidarios de bajo presupuesto, ‘Granate, mi gran amigo’, ‘Ferro, energía verde’: Eber llevaba adelante un programa con poco presupuesto de un equipo que no se daba a conocer”, relata Rubio, y cuenta que “cuando lo empezamos a hacer en vivo le sumamos a la cosa vintage del personaje y a su intrascendencia, algo más agresivo: pero eso fue algo que pidió la gente, querían sangre, pero ese condimento no estaba en el diseño original del personaje”.

Desde el púlpito televisivo, Eber narró una carrera descomunal: tocó Primera a los 27 años, en Ferro, antes de una carrera que incluye pasos por Altos Hornos Zapla y el extinto Loma Negra (y 37 rojas directas: causó 17 fracturas a sus rivales), y una carrera internacional que lo tuvo como sparring de la selección de Zaire en el mundial de Alemania de 1974 en una selección sub 37.

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Ahora, el rápido ida y vuelta de Rubio nada tiene que ver con el ida y vuelta de su lateral derecho. Pero, en el mundo moderno, Rubio tiene competencia: los espectadores le suelen preguntar, por ejemplo, por las lesiones de Di María, la final de la Libertadores, o la Selección, pero, en este mundo moderno, minutos después del accidente en bicicleta de Scaloni “hay ochenta memes haciendo chistes sobre el tema. Uno, como humorista, como guionista, pelea contra eso, es un montón de gente mucho más joven que uno, muchos con más tiempo, porque uno viaja, paga impuestos, tiene hijos... No tenés veintipico y estás en la compu. Y otra ventaja que tienen es el anonimato, pueden ser políticamente incorrectos, matás al técnico... en los medios, si decís todo lo que pensás, en dos semanas te quedás sin amigos, te granjeas el odio de media industria”, dice Rubio, en diálogo con EL DIA.

“Hice humor de actualidad muchos años en Radio Mitre, y decíamos muchas barbaridades, pero éramos más jóvenes, y no conocíamos a nadie, éramos outsiders. En la medida que uno se va metiendo, conoce gente, tratás a alguien, te das cuenta que no era tan malo, te trata bien y no lo querés ‘matar’ después... Uno empieza a comportarse de esa forma, no sé si estará bien o mal pero es lo que sucede naturalmente”, explica el humorista rosarino, y recuerda el día que Schiavi no aceptó el obsequio de un libro de Eber.

“Porque consideraba que Eber denostaba al jugador de fútbol”, cuenta. “Yo creo que no entendía la mirada de Eber, era nuevo”. Rubio fue productor de “CQC” en sus primeros años y traza un paralelismo: “En los primeros cinco años de CQC era un programa resistido, pero cuando entendieron que era canchero mostrarse ahí, subirse a la joda, todos querían estar. Al principio genera cierta comezón, pero después el sistema lo adopta, pasa eso siempre”.

Pero el sistema no solo lo adoptó, sino que celebra a Eber a 17 años de su creación. ¿Esperaba el éxito del personaje que tiene tres libros editados, además de un documental? “La verdad que no”, se ríe Rubio, que aunque “no soy un estudioso”, siempre intuyó que el éxito del personaje tenía que ver “con el fracaso: más allá de la mirada del tipo del interior y las cuestiones absurdas, Eber pone en juego la situación del que no llegó. Hay mucha gente muy futbolera, y todos soñaron con ser jugadores. Eber encarna eso: el tipo que quiso y no pudo, que es el 99% de la población.”

Transitando el país con Eber durante casi dos décadas, Rubio no se queja de su “grandes éxitos”: “En los últimos años tuve la suerte de pisar otras aguas”, relata quien fue parte de la película “El amor menos pensado” y graba la serie de Maradona. “Entiendo que este es mi laburo, esto es lo que funciona, y mientras pueda despuntar el vicio, laburar como actor, probar otras cosas, no reniego”.