Encapuchados se metieron en dos casas y ataron a los dueños con precintos

Dos familias de una misma zona, de los alrededores de Plaza Yrigoyen (19 y 60), padecieron ayer momentos de pánico en sus viviendas, luego de que dos delincuentes armados y encapuchados -que por la descripción de algunos testigos se trataría de los mismos- se colaron en sus domicilios y se manejaron con un mecanismo similar.

Las diferencias en uno y otro ataque radicaron en los horarios y en que en un caso lograron robar a sus víctimas y en el restante no consiguieron ese cometido por un imponderable que les apuró la fuga.

El primero de esos episodios transcurrió en una finca de 20 entre 58 y 59, alrededor de las 5 y media de la mañana.

A esa hora, el matrimonio propietario del inmueble se encontraba durmiendo cuando se despertaron sobresaltados al escuchar que se había activado la alarma de la vivienda.

CARA A CARA CON LOS LADRONES

Sobre cómo se desarrolló el resto del episodio, contó el dueño de casa, Néstor Bruno (69), que “iba a apagar la alarma cuando de repente me encontré con los dos delincuentes, que cubrían sus rostros con capuchas y tenían guantes”.

Enseguida citó que uno de los asaltantes lo apuntó con un arma de fuego. “En la otra mano tenía una linterna, porque la casa estaba a oscuras”, recordó la víctima.

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Uno de los ladrones le ordenó a Néstor que desactivara rápido a la alarma, sin dejar de encañonarlo en ningún momento, por lo que al hombre no le quedó más opción que hacerle caso. Después sobrevino el momento más terrible: “A mi mujer y a mí nos ataron a la cama con precintos”, aseguró a este diario.

Sin embargo, en la empresa de la alarma tomaron nota de la situación y fueron a la casa de la pareja para establecer por qué se había activado.

Esta circunstancia fue clave para que el matrimonio no terminara desvalijado por los delincuentes.

“A los 15 minutos de haber entrado los ladrones el personal de la empresa de la alarma tocó el timbre; eso los puso nerviosos (a los asaltantes), que entonces alcanzaron a agarrar un teléfono inalámbrico y escaparon por el fondo”.

Por ahí también habían ganado el interior de este chalet de dos plantas, luego de limar la reja protectora de una ventana que comunica a la cocina con un patio.

“Es que vinieron con un bolso lleno de herramientas, que al momento de huir dejaron tirado a la salida del patio. Cuando vino la Policía, que llegó rápido, comprobó que ahí guardaban sierras, pinzas, ganzúas, pinzas, destornilladores, alicates, limas, precintos, un aerosol con gas butano, cables y bolsas de residuos”, entre otros elementos, enumeró el hombre.

Bruno estimó que “estuvieron cerca de media hora, amenazaban a mi mujer con que me iban a pegar un tiro y mientras recorrían los ambientes de la casa, en un momento dado volvieron al dormitorio para reprocharnos que estábamos hablando”.

Por otra parte, en las inmediaciones de esta vivienda otra familia vivió una situación parecida, presuntamente a manos de los mismos ladrones.

En ese caso entraron por el frente, ataron a las víctimas también en la cama y les sustrajeron dinero y otros objetos de valor. Los asaltantes siguen prófugos.