Liturgia de la Eucaristía (2)

Queridos hermanos y hermanas.

Promediando la celebración de la Misa, el sacerdote que preside la Asamblea invita a todos a elevar sus corazones al Señor en la oración y en la acción de gracias y la asocia a la oración que, en el nombre de toda la Comunidad, dirige a Dios Padre, por Jesucristo en el Espíritu Santo. El significado de esta oración es que toda la congregación de los fieles es una realidad con Jesús en la alabanza de las maravillas de Dios y en la ofrenda del santo Sacrificio.

Los principales elementos de la Plegaria Eucarística pueden distinguirse del siguiente modo:

a) Acción de gracias, que se expresa principalmente en el prefacio, en que el sacerdote - en nombre de todo el Pueblo santo - glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de salvación o por algún aspecto particular de la misma, según las diversos tiempos, fiestas o celebraciones. Le sigue la aclamación entusiasta de toda la Asamblea con el canto del ‘Santo, Santo, Santo…’.

b) Epíclesis: en la que, mediante invocaciones especiales, la Iglesia implora el poder divino a fin de que sean consagrados los dones de pan y vino ofrecidos por la Asamblea, es decir que se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Jesús, y que, como Víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión, sea causa de Salvación para los que han de participar en Ella.

Al promediar la celebración de la Misa, el sacerdote que la preside, invita a todos a elevar su corazón al Señor en la oración que, en el nombre de toda la comunidad, dirige a Dios Padre

LE PUEDE INTERESAR

Los plazos para la acción originaria de inconstitucionalidad

LE PUEDE INTERESAR

Humor económico

c) Narración de la institución y consagración. Por las palabras y actos de Jesús se hace presente el Sacrificio que el mismo Señor instituyó en la última Cena, cuando ofreció su Cuerpo y su Sangre bajo los signos del pan y del vino, lo dio a sus Apóstoles como comida y bebida, dejándoles mandato de perpetuar este Misterio.

d) Anamnesis. La Iglesia - cumpliendo el mandato que recibió de Jesús por medio de los Apóstoles - hace el memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada Pasión, su gloriosa Resurrección y su admirable Ascensión al Cielo.

e) Ofrenda. En esta conmemoración, la Iglesia – y principalmente la que está congregada en ese lugar y en ese momento – ofrece a Dios-Padre, en el Espíritu Santo, la Víctima inmaculada. La Iglesia procura que los fieles no sólo ofrezcan la Víctima inmaculada, sino que también aprendan a ofrecerse a sí mismos, se perfeccionen día a día, por Cristo Mediador en la unión con Dios y entre sí, para que finalmente Dios sea todo en todos.

f) Intercesiones. Por las que se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia del cielo y de la tierra, que la ofrenda se hace por Ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, que han sido llamados a participar de la Redención y de la Salvación adquirida por el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

g) Doxología final. En ella se expresa la glorificación de Dios, y se confirma y termina con la vibrante y gozosa aclamación del Pueblo: ‘¡Amén!’

La Plegaria Eucarística requiere que todos la escuchen con profunda reverencia y en silencio, que todos participen en ella con las aclamaciones previstas en el rito.

Más adelante veremos la última parte de la Plegaria Eucarística, que es la Fracción del pan y la Comunión.

(*) Monseñor