Gimnasia sabe que mientras Hurtado esté en la cancha pueden ocurrir cosas buenas
Edición Impresa | 8 de Abril de 2019 | 02:50

Por MARTÍN MENDINUETA
@firmamendinueta
El “Lobo” suma bastante más de lo que juega. ¿Está bien? ¿Alcanza? No debiera conformarse porque después de la Copa de la Superliga tendrá una exigencia mayúscula. Pero en el mientras tanto, haber vuelto a ganar en el Bosque (tercer triunfo consecutivo como local), haber marcado tres goles y tener “encendidos” a Jan Hurtado y a Horacio Tijanovich no es poca cosa.
Como dijo “Mostaza” Merlo, esto es paso a paso y así está construyendo su identidad el equipo del “Indio”. ¿Qué le ha dado desde que asumió? Orden, principalmente orden. Todavía le falta generación de juego bien elaborado en el medio, pero para ello necesitará, sí o sí, sumar algún intérprete de mayor categoría. Lo mismo le ocurre en defensa donde, a pesar de estar mejor escalonado, pide a gritos un zaguero que despeje con eficacia (por abajo y por arriba), que irradie liderazgo, con voz de mando y una imagen que invite a ser respetada por los rivales.
No puede ser que Gimnasia termine sufriendo tanto para ganarle a este inexpresivo Colón. Por algo Ortíz declaró que “estoy buscando que se sientan ganadores antes de entrar a la cancha; que digan esto es Gimnasia, somos bravos y vamos a ganar”. Se expresa de ese modo porque, al igual que los hinchas, padeció en carne propia el acoso de un rival vacío de virtudes contundentes que atraviesa una etapa nefasta. Haber enfrentado a uno que está peor, le presentó una hermosa oportunidad para terminar ganando frente a su gente e instalar así una sensación de alivio bastante agradable.
En el próximo semestre a rivales como Colón tendrá que ganarles sin convivir con la angustia. Para que eso ocurra, entre otras cuestiones, Gonzalo Piovi, si es que continúa en el club, no podrá cometer penales tan groseros. La llegada de un buen defensor central hoy es una necesidad de primer orden. Como lo son también la incorporación de un mediocampista central (un cinco de los de antes, que marque y mande en el eje central del campo) y de un creativo, zurdo o derecho, es indistinto, pero que juegue haciendo jugar a sus compañeros, pensando en llegar más seguido y de mejor manera al arco rival.
HAY UNO QUE YA DEBIERA SER TITULAR INDISCUTIDO
El venezolano Hurtado hoy es para Gimnasia una pieza vital. El último sábado hizo un gol y medio, porque el que terminó convirtiendo Zuqui en contra de su arco tuvo una muy buena gestación en su control de pelota inicial, en la velocidad de la carrera en diagonal y por supuesto en el “venenoso” centro atrás de este joven de piel morena que ya se hizo querer mucho por la familia “tripera”. Aquella temprana e inexplicable salida suya en el clásico por exclusiva decisión del entrenador sigue siendo la gran mancha de este ciclo que tan buenos números muestra con orgullo en el boletín de la recta final del torneo.
Ahora, cuando todavía no hay ofertas concretas ni oficiales por el atacante, es preciso remarcar que su presencia en el campo le permite a cada hincha mens sana confiar en que pasarán cosas buenas para el “Lobo”. Muy fuerte físicamente, veloz, menos inocente que cuando llegó y cada vez más seguro en su autoestima (situación clave), el propietario de la camiseta número 17 es motivo de preocupación para cualquier equipo que se cruce con Gimnasia. Por eso, retenerlo, por lo menos un semestre más, le dará al ataque una certeza de eficacia.
También merece un párrafo elogioso Horacio Tijanovich. Siempre recuerdo cuando pedía públicamente que le dieran la oportunidad de mostrarse. Moría y muere de ganas por vestir la azul y blanca. Lo demuestra con la generosidad que lo hace, yendo y viniendo por la banda; aunque ahora se encuentra más seguido con el gol y ese es un premio de sabor inigualable para cualquier delantero del mundo. Jan y “Tija” resultaron las figuras de esta dulce despedida. Hurtado ya es un diamante con brillo propio; en cambio, el autor del gol más lindo en el desahogo ante el “Sabalero” disfruta a pleno el distinguido mérito de sentirse cada vez más útil.
Gimnasia tiene que hacer unos cuantos deberes para no volver a sufrir. Darío Ortíz sabe como cualquier hincha veterano que se sienta de cara al sol en la cabecera que da espaldas a la calle 60 que a este plantel le sobran apellidos y le falta jerarquía. Si el “Indio” consigue ser un buen orfebre del nuevo equipo, conseguirá lo que tanto quiere: quedarse un largo rato como DT en el club que lo marcó para siempre.
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