Djokovic, el triunfo de la perfección

Se impuso con autoridad al griego Stefanos Tsitsipas 6-3 y 6-4 e igualó la marca de Rafa Nadal en Masters 1000 con 33 títulos

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Una demostración de autoridad en toda su dimensión. Novak Djokovic coronó su tercer título del Masters 1000 de Madrid, remarcando su control al frente del ATP Tour. El serbio, que llevaba cerca de tres años sin ganar un título sobre polvo de ladrillo (Roland Garros 2016), completó un viaje en el tiempo para reencontrarse con la superficie más lenta del circuito. La misma que puede terminar de aferrarlo a la cima del tenis masculino. Con una calma absoluta, el serbio se ganó la ovación del Estadio Manolo Santana.

El número 1 mundial desbordó por 6-3, 6-4 al griego Stefanos Tsitsipas para conquistar su 33º título ATP Masters 1000, igualando la plusmarca histórica establecida por Rafael Nadal en torneos de esa categoría. El serbio levantó así el 74º título individual de su carrera deportiva y el segundo de la temporada 2019, después de conquistar el Abierto de Australia el pasado mes de enero.

El primer set fue un buen ejemplo de experiencia. Si Tsitsipas intentó acudir a lo desconocido, buscando poner las manos en su primera copa ATP Masters 1000, Djokovic compitió sabiendo lo que encontraría a cada paso. El serbio arrebató el primer turno de servicio a su rival y pudo competir durante toda la primera manga con viento a favor. El 3-0 que supo colocar de inicio antes de romper a sudar le permitió dominar tácticamente la entrada en calor. Apenas un quiebre le permitió tener el control ante Tsitsipas, incapaz de generar una pelota de “break” en todo el primer chico.

Ante los problemas surgió el gran carácter de Tsitsipas, dispuesto a plantar cara a los mayores nombre del circuito. Ante uno de los mejores restadores del mundo al acecho, cada turno de servicio fue un camino por la cuerda floja. Y Djokovic estuvo a punto de morder bien pronto, con un 15-40 con 1-1 en el marcador. La presión nunca descendió: Novak logró al menos dos puntos por juego en cada turno de devolución desde entonces. Con 4-4 y una sensación de peligro constante arrebató el servicio a Tsitsipas. Para el número 1, la oportunidad fue suficiente para culminar la victoria al saque.

Djokovic tuvo respuestas para el impredecible juego de su adversario. No dudó Tsitsipas en buscar al serbio cerca de la red, un área de pista que el griego controla como pocos jugadores de su generación. Si las dejadas fueron frecuentes también lo fue la anticipación de Novak, rápido como un rayo para responder a cada cambio de ritmo del griego. A diferencia de muchos compañeros, desesperados durante la semana por la táctica de Stefanos, el número 1 mundial aceptó cada dificultad táctica que planteó el encuentro.

Los triunfos de Djokovic en Madrid han representado momentos muy especiales en la carrera del serbio. La edición de 2011 (vs Nadal) fue la antesala de su primer ascenso al número 1 mundial, terminando de colocar al serbio en la historia del circuito. En la temporada 2016 (vs. Murray), con una carrera ya legendaria a la espalda, a su triunfo en la Caja Mágica se sucedió la conquista de Roland Garros para completar la colección del Grand Slam.

Ahora, y tras dejar una firme huella en el corazón del polvo de ladrillo, Djokovic mira con ambición al futuro como líder del ATP Tour. El serbio competirá en Roma, su torneo sobre arcilla más solvente con cuatro títulos, y culminará la gira en Roland Garros, donde intentará levantar su cuarta corona consecutiva de Grand Slam. Un horizonte espectacular en manos del actual rey del circuito.

 

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