Juan Agustín Morín

A los 81 años falleció el ingeniero Juan Agustín Morín, pérdida que causó numerosas muestras de dolor, no solo entre sus seres mas cercanos, sino también entre los que lo conocieron a lo largo de vida.

Había nacido el 3 de agosto de 1937, en Isla Susak, una pequeña isla ubicada en la costa norte del Adriático que por entonces pertenecía a Italia.

De pequeño llegó con Antonia, su madre y con Tomás, uno de sus hermanos, a la Argentina donde se había radicado Domingo, su padre, en busca de un futuro mejor.

La familia se estableció en 74 y 22 y creció con el nacimiento de Graciela, su hermana.

Juan Agustín nunca se alejó de ese barrio, pasó hasta sus últimos días en 75 y 22.

En esta ciudad completó la escuela primaria y cursó el secundario en el Colegio Industrial Albert Thomas.

LE PUEDE INTERESAR

Jubilados

LE PUEDE INTERESAR

Efemérides

Mas tarde se graduó de la Universidad Nacional de La Plata como ingeniero en Construcciones.

Trabajó en el área de Obras Públicas de la Municipalidad de La Plata; en la Municipalidad de Brandsen y en el Ministerio de Seguridad.

A meses de cumplir con Haydée Juárez las bodas de oro, recorrió junto a ella la mayor parte de su vida y concretó su proyecto de ver crecer una gran familia. Tuvo tres hijos, Juan Pablo, Silvana y Liliana y ocho nietos.

La familia fue el gran eje de su vida y por eso disfrutaba en particular de las grandes mesas en las que todos se reunían a comer. En esas oportunidades preparaba asados para 25 personas y era el cálido anfitrión de los encuentros.

Como fanático simpatizante de River no se perdía ningún partido y se encargó de transmitirle el amor por el club a su descendencia, en particular dos de sus nietas compartieron esa pasión. También mantuvo amigos de la infancia y con los años sumó a la lista a sus compañeros del secundario, a los de la facultad y a los del trabajo.

Cumplió el sueño de volver varias veces a su ciudad natal y disfrutar de los sabores y costumbres de su infancia.

Además mantuvo el hábito de reunirse en casa de su cuñada Anita para tomar café con los amigos de siempre.

Juan fue un hombre reservado, de bondad y compromiso, muchas veces colaboró con la iglesia de Fátima o con quien necesitara de su ayuda.