La tercera vía tuvo un día cargado de sospechas y desconfianzas

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Mariano Spezzapria

@mnspezzapria

Que Schiaretti arregló bajo cuerda con Macri para dividir a la oposición. Que Massa ya tiene todo acordado con Alberto Fernández. Que Lavagna se empacó con no ir a las PASO porque espera el apoyo de la UCR. Que Pichetto tiene un pie en Alternativa Federal y otro en Consenso 19.

Mientras se acortan los plazos para la conformación de alianzas electorales, afirmaciones de ese calibre –pronunciadas en tono de sentencia- corrieron ayer como un reguero de pólvora entre la dirigencia opositora, que fue ganada por las sospechas políticas y la desconfianza mutua.

El principal encontronazo lo protagonizaron Schiaretti y Lavagna. El martes por la noche, el gobernador de Córdoba ratificó ante el ex ministro de Economía que entre las reglas fundantes de Alternativa Federal sobresale la disputa de la candidatura presidencial a través de las PASO.

Lavagna iba en busca de un guiño de Schiaretti para avanzar en el armado de una fórmula de consenso, para lo cual ya tuvo conversaciones con Pichetto y cuenta con el apoyo del socialista santafesino Miguel Lifschitz y de Margarita Stolbizer, la pata progresista de Consenso 19.

Pero Schiaretti lo frenó en seco. Básicamente, porque es clave para Alternativa Federal que Massa continúe formando parte del espacio y no acuerde con el PJ kirchnerista. El gobernador de Córdoba sabe que eso podría suceder si se unge a Lavagna como único candidato.

Schiaretti dio un paso más allá y convocó a Lifschitz y Stolbizer –socios políticos de Lavagna- a sumarse a Alternativa Federal, lo que fue tomado como una provocación en Consenso 19. Tanto el socialista como la líder del GEN le aclararon que sólo irán si se incorpora Lavagna.

Ante esa negativa, Schiaretti sacó un as de la manga y lanzó una convocatoria pública a Daniel Scioli y Marcelo Tinelli. El conductor televisivo la consideró “un honor”, pero el ex gobernador bonaerense aclaró que su intención sigue siendo competir en la interna del PJ.

El gobernador de Córdoba, que venía de visitar al presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, envió así un mensaje a Alberto Fernández para que deje de disputarle a Massa. Pero Lavagna lo tomó como una prueba de que, en realidad, Schiaretti forja un armado sólo peronista.

Esa ecuación no le cierra al ex ministro porque está a la expectativa de que la Convención nacional de la UCR, que sesionará el lunes en Parque Norte, habilite negociaciones fuera de las fronteras de Cambiemos. Incluso, que se proponga llevar más de un candidato presidencial.

En el entorno de Lavagna deslizaron a EL DIA que seduce al ex ministro la posibilidad de llevar a un radical como compañero de fórmula, como ya lo hizo en 2007 con Gerardo Morales, ahora gobernador de Jujuy. La figura apuntada para ello sería el titular de la UCR, Alfredo Cornejo.

Por parte Massa, que la semana pasada soportó una fuerte presión para bajar su candidatura, logró que la “mesa de los cuatro” –que también integra el salteño Urtubey- se reuniera en el búnker del Frente Renovador. “Hay que salir de la vanidad de un nombre”, dijo tras el encuentro.

En un día de desencuentros en la “Tercera Vía”, Pichetto puso su granito de arena al considerar a Lavagna como un dirigente “fundamental” para el espacio.

 

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