Otra capitulación de los intendentes del PJ

Edición Impresa

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

mpeulate@eldia.com

Se admite fuera de micrófono: la reciente y muy comentada foto de la fórmula presidencial de Alberto y Cristina Fernández junto a Axel Kicillof y la matancera Verónica Magario, subida a las redes sociales por orden de la actual senadora, fue una inesperada piña para la cofradía de intendentes peronistas del Conurbano, que finalmente no tendrá un representante propio en el binomio elegido por la senadora para pelear la gobernación bonaerense.

Es verdad que Magario es intendenta del principal distrito del Gran Buenos Aires. Pero en la dinámica interna del PJ provincial, ella aparecía como la cara de un polo de intendentes con más presencia en el interior. Martín Insaurralde, del populoso Lomas de Zamora, lidera el bando de los que gobiernan en la mayoría de los partidos que rodean a la Capital Federal.

No es que entre ellos existiera una pelea ideológica sino que ambos sectores pujaban por lo mismo: tener peso en la fórmula que compita con María Eugenia Vidal. Al final, ganó la matancera.

Ahora se dirá oficialmente que, en definitiva, la postulación de Magario como número dos del binomio es un gesto para “todos” los intendentes, dado el cargo que hoy ocupa la dama.

Pero, en rigor, los de Insaurralde asoman golpeados. Lejos quedó aquel festejo intramuros, hace unos diez días, cuando desde el Instituto Patria publicaron otra foto, en ese caso una de Alberto F. con una decena de intendentes en tierras del lomense y justamente sin la presencia de Magario, horas antes de que Cristina designara a Fernández como su candidato a presidente. Aquella foto, aparentemente, fue leída en forma errónea o prematura por los anfitriones. Pensaron que eran ellos los bendecidos.

La confirmación de la fórmula provincial vía twitter, ayer, por parte de Insaurralde fue el sello de su propia capitulación. Algunos peronistas analizaban el dato como un gesto humillante que debió aceptar el de Lomas. No es el primero que les propina CFK en la historia reciente.

El lunes, cuando la fotografía de la novel fórmula bonaerense Kicillof-Magario fue subida a las redes, Insaurralde se encontraba en el Patria, convocado por Alberto. Se supone que aquella visita fue una suerte de gesto de contención hacia él por lo que se venía. Ayer mismo, el lomense armó una reunión en sus oficinas, con el resto de sus colegas. Transmitió la noticia: una vez más, y a pesar de los gestos claros de alineamiento que todos tuvieron con ella, Cristina no los consideraría para los lugares estelares de la fórmula bonaerense.

No obstante, se comenta que los intendentes lograron a cambio de tragarse el sapo el compromiso de tener voz para proponer candidatos en las listas distritales a la Legislatura y que se les dio la garantía de que no habrá internas en sus distritos propiciadas por CFK y Fernández. “Acuerdos en todos lados”, habría propuesto Máximo Kirchner a Insaurralde. El diputado nacional por Santa Cruz, que renovará su banca pero esta vez como representante de Buenos Aires, ha sido empoderado como el armador político provincial del Instituto Patria. O sea, de su madre.

Según analizan en el kirchnerismo, la mentada foto de Kicillof-Magario que estuvo dando vueltas sin ningún tipo de confirmación por más de 24 horas, también habría sido un mensaje, casi un ultimatum, para Sergio Massa. Los K lo querían adentro de su esquema, en lo que hubiera sido vendido como un gesto del tigrense en pos de la unidad del peronismo bonaerense. “Le avisaron que se apure porque de este lado se venían las definiciones”, explicó una fuente del Patria.

Allí esperaron por los resultados del encuentro de Alternativa Federal realizado ayer en Córdoba, del que finalmente salió la resolución de anotar al espacio con su propia propuesta electoral nacional y dirimir en Primarias Abiertas la candidatura presidencial. Massa, que en efecto coqueteó con un acuerdo con los kirchneristas, debería pelear dentro de su espacio, si uno se ciñe a lo que ha venido diciendo.

Hay una tendencia a creer que Kicillof, flamante candidato a gobernador, proviene de La Cámpora. No es así. Es más: algunos camporistas lo han resistido en su momento. Proviene, en rigor, del mundillo académico. Si es el elegido de CFK, como ayer sugirió el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi, dificilmente se eleven voces de ese sector que lo cuestionen.

Quienes lo impulsan como candidato a gobernador recalcan ciertos puntos de su figura.

Uno: su buen nivel de conocimiento. Dos: que, del menú de postulantes K posibles, es quien más retiene el voto de Cristina en la Provincia. Traducido: asegura menos corte de boleta. Tres: enfrentado a Vidal, es la cara ideal para el eslogan que usará el peronismo para enfrentar a Cambiemos, basado en la adversa realidad económica y en la idea -muy rediccionista- de que “en el gobierno anterior se vivía mejor”. Axel, se sabe, fue ministro de Economía durante los últimos dos años de la presidencia de CFK. Cuatro: es ideal para llevar a Vidal a una discusión de cuestiones nacionales y no provinciales, como pretendería ella.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE