“El pescado sin vender”: reflexiones sobre el paso del tiempo y las cuentas pendientes
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2019 | 03:30

La espinita interna entre lo que uno es y lo que quisiera ser se debate en escena en “El pescado sin vender”, un diálogo entre el cine, el teatro y la música que modera en escena Norberto Gonzalo: autor, actor y director de esta pieza que llega hoy a La Plata.
Entre retrocesos y avances, el actor tardó más de una década en poner el punto final a su obra, una especie de cuenta pendiente personal -ahora saldada- pero que llevó mucho tiempo, entre borrones y correcciones, y que fue creada con una intención.
“Hablar sobre las asignaturas pendientes, las que todos tenemos, desde lo histórico, social, político y cultural”, asegura Gonzalo, reconocida cara de la televisión con participaciones en “Mi nombre es coraje”, “Pelito”, “Campeones de la vida”, “Culpables”, “Resistiré”, “Romeo y Julieta”, “Abre tus ojos” y, entre otras “Los Simuladores”.
Para el actor, que en teatro fue parte del elenco de la Comedia Nacional con el que encabezó espectáculos en el Cervantes como “Hamlet”, “Edipo Rey”, “Romeo y Julieta”, “Martín Fierro”, “Las de Barranco”, y “Así es la Vida”, esta intención, sin embargo, se completó recién con otra porque todas esas cosas por hacer a las que hace referencia en su obra las terminó transformando “en un homenaje a los creadores culturales”.
Aunque su propuesta se podría definir como un unipersonal, no le gusta. Porque, dice, “el teatro es un hecho colectivo” y en este presente en el que las tablas se sienten tan bastardeadas, mucho más. En “El pescado sin vender”, Gonzalo está acompañado por Gerardo Amarante en piano, quien creó la música especialmente para la propuesta, y se apoya en un gran dispositivo audiovisual, creado por Daniel Cinelli, con el que dialoga de manera virtual.
Le gusta decir que “es una obra de un sólo actor pero de varios personajes” porque… eso es lo que pasa. En el escenario, le presta el cuerpo a diferentes criaturas que van apareciendo y fundiéndose a negro según vaya marcando el relato.
“Son cinco los que se recrean pero siempre a partir de un actor, que quiere escribir su propia obra y esto le cuesta y no puede concretarlo. Eso dispara la aparición de otros personajes que tienen mucho para decir y para contar, y que inmediatamente remiten a ese homenaje al que quisimos arribar”, cuenta, en diálogo con EL DIA.
Siempre partiendo de la necesidad e imposibilidad de escribir su propia obra, este actor al que Gonzalo le da vida sale en la búsqueda de aquellos que han sido sus referentes para convertirse en lo que es hoy, ya sea desde la admiración o incluso desde parecidos físicos. Por eso, en el escenario lo veremos traer a “El Guasón” de Jack Nicholson en “Batman” (1989), con quien guarda gran parecido, aunque también desfilarán otros, también de Hollywood, como Marlon Brando o al Anthony Hopkins de “Lo que queda del día” (1993), al que se también parece y venera. Tampoco se olvida de los locales Armando y Enrique Santos Discépolo -interpretados en la pantalla por Jorge Paccini y Gustavo González Zungri- con los que juega una virtual relación.
Explica el director, que debutó en el Cervantes con su propia versión para niños de “El médico a palos” de Moliere, que la música en vivo es “un hecho trascendente y trascendental” en la pieza, un hecho movilizador en si mismo y del que su actor (el ficticio) se da cuenta. “Él así se lo expresa en el texto de la obra porque dice que el genio de esa música se te mete en el cuerpo, sin pedir permiso, y te moviliza”. En ese diálogo, que se combinan con personajes y hechos mostrados en la pantalla, “aparecen no sólo referencias históricas, sino culturales, que tienen que ver con la memoria y con la identidad, y terminan por eso transformándose en los que marcaron camino, a los creadores y luchadores”.
Reconoce el intérprete, que tuvo elogiosas críticas sobre la interpretación femenina que hizo en “Orquesta de señoritas” años atrás, que, como en todo relato que plantea cierta línea histórica, “por supuesto que hay referencias al presente aunque eso parta casi exclusivamente de la conclusión del espectador, que asociará o no con lo que se expresa. Sobre todo porque las deudas que consideramos aún vigentes, no solamente tienen que ver con el revisionismo histórico, sino con cierto ocultamiento, y algunos párrafos de la historia tienen que ver con la puesta en marcha de las políticas actuales”, explica.
Estrenada en 2016 en La Máscara, el espacio teatral que el fundó y dirige desde hace casi dos décadas en Piedras 736, y que se encuentra, como casi todas las salas, “sobreviviendo a la crisis y sus embates”, la obra sigue girando: tras su función en La Plata, algo que el equipo espera con mucha expectativa, por los vínculos que el actor mantiene con La Nonna -donde se presentará hoy desde las 21-, seguirá compartiéndose durante todo el año, convencido de la función de su arte: “Siempre pensamos los teatristas que los teatros deben conmocionar, para eso fue escrito y creado”.
“Hay referencias culturales que tienen que ver con la memoria y con la identidad”
• Qué: “El pescado sin vender”
• De, por y con: Norberto Gonzalo
• Cuándo: Hoy a las 21
• Dónde: La Nonna, 3 y 47
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