Por la locura del tránsito, cada vez son más los que tienen pánico a conducir
Edición Impresa | 2 de Junio de 2019 | 02:10

Los intentos fueron varios y siempre bajo la mirada atenta y paciente de su marido. Ana Laura ponía la llave, daba arranque y, ni bien aceleraba, ni bien empezaba a soltar el embrague, el ruido del motor le daba una punzada en la boca del estómago que la paralizaba. No llegaba a poner segunda que ya se imaginaba atrapada en medio del tránsito. Casi que podía oír los bocinazos y los gritos imaginarios en su interior. “Era desesperante”, lo resume ahora, casi un año después de haber obtenido su licencia de conducir. Y no exagera: aunque no es exclusivo de ellas, cada vez son más las mujeres que presentan cuadros de amaxofobia -más conocido como pánico a manejar- y no son pocos los que ubican la causa de este drama en una sencilla razón: el descontrol creciente y peligroso del tránsito nuestro de cada día.
“Le tienen miedo a conducir por la violencia que hay en la calle”, asegura Luciano, instructor de la escuela de manejo local Perla Enseña . Con una experiencia de casi 30 años enseñando a manejar en la Ciudad, este instructor no duda en que el contexto “asusta y ayuda a que haya cada vez más casos de amaxofobia”.
Si bien en el país no hay cifras oficiales sobre la cuestión, estudios del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) estiman que del total de personas que en algún momento de su vida se inició en la conducción, un 40% abandonó abruptamente. Esos mismos trabajos detallan que el abandono es más frecuente en personas que aprenden a manejar pasados los 30 años, y que un 2% de los conductores sufre este problema. Pero no sólo eso, sino que esta fobia afecta con mayor frecuencia a las mujeres, y que esa sensación se les potencia cuando están embarazadas o tienen hijos chicos, una época de la vida en que comienzan a experimentar nuevos miedos que nunca habían sentido al momento de agarrar un volante.
“La mayoría de las que presenta esta fobia son mujeres -dice Carlos, con una experiencia de 15 años como instructor en la Academia Jorge de la Ciudad-, pero también hay hombres que experimentan esta fobia. De todas maneras, se sabe, la mayor parte de quienes buscan aprender a conducir a través de una escuela son mujeres. Y de cualquier edad: jóvenes que recién empiezan pero también mujeres grandes que quieren tener mayor independencia o porque se acaban de separar. En general, la relación es 70 a 30 para las mujeres”.
Lo que dice Carlos lo confirma Ana Laura con su propia experiencia: “En mi caso no quería tener que depender de mi esposo -cuenta-, así que le pedí que me enseñara pero fue inútil. Y ojo que me tenía paciencia, un montón. Pero era siempre lo mismo: me subía, arrancaba y ya empezaba a temblar. Al final terminé en una escuela de manejo. Me dijeron que con diez clases iba a ser suficiente. Al final hice 30 clases, o un poquito más... pero la licencia, al final, la pude sacar”.
Quienes analizan el tema sostienen que la franja etaria más afectada por la amaxofobia se ubica entre los 30 y 40 años y se desarrolla de manera paulatina, primero con miedo a manejar en la autopista, luego en algunas rutas, hasta llegar a presentar una imposibilidad casi completa de conducir en cualquier lado.
“Las normas de tránsito se respetan cada vez menos, y eso genera más temor a manejar”
Entre los síntomas que apuntan los especialistas para describir esta patología aparecen sudor, ahogo, temblor, taquicardia y dolor de estómago. Incluso se dan casos de personas que se ven obligadas a parar el auto ante la sensación de descontrol que los invade.
Esta fobia a manejar es una de las más difundidas en los últimos años, pero la sociedad todavía no es consciente de su extensión ni de su importancia, se trata de un trastorno que en ciertos casos ni los propios conductores que lo padecen quieren reconocerlo.
“La amaxofobia no es algo aislado sino un síntoma que nos habla de un mal de época”
“Las normas de tránsito se respetan cada vez menos, y eso inevitablemente está provocando que haya cada vez más temor a manejar -apunta Carlos. La amaxofobia no es algo aislado sino un síntoma que nos habla de un mal de época”.
Lo que trazan los instructores locales lo confirman con precisión estadística en el Fobiaclub, donde reciben a muchas personas con este trastorno. “El 80% de las personas que padecen fobia a manejar o amaxofobia (del griego “amaxo” que significa carruaje) son mujeres de entre 30 y 40 años. Y en los últimos años viene aumentando la cantidad de consultas femeninas”, apuntan.
Diferentes informes de la organización Luchemos por la Vida y el Observatorio Vial Latinoamericano, por su parte, señalan que en líneas generales las mujeres son más prudentes que los varones: usan más el cinturón de seguridad -el 85% frente al 65% de los hombres-; cruzan menos semáforos en rojo -ellos los pasan un 48% más veces que ellas-; y también cometen mucho menos la peligrosa infracción de hablar por celular mientras manejan -ellos lo hacen un 41% más-. A pesar de eso, la percepción de que las mujeres no saben manejar sigue cada vez más presente en el imaginario colectivo.
• Sensación de vértigo en las curvas
• Carencia de disposición a conducir
• Pérdida de control
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