Una “gran encuesta” polarizada

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Natalia Kidd

Corresponsal de EFE

Con nueve fórmulas presidenciales inscritas, Argentina se zambulle en la carrera hacia las primarias de agosto, que se perfilan como una “gran encuesta” para medir la tendencia del electorado en un escenario de fuerte polarización política y de recesión económica.

Con la campaña ya en marcha, se vislumbra una reñida contienda electoral con dos protagonistas: el presidente Mauricio, Macri, que peleará por la reelección, y su antecesora en la Casa Rosada, Cristina Fernández, candidata a vicepresidente por el principal núcleo de oposición.

“Argentina merece otro gobierno. Ya es tiempo de Todos”, dijo en las redes sociales la ex mandataria, quien secundará en la fórmula a Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete de los gobiernos kirchneristas y postulante por el Frente de Todos, que amalgama a diferentes corrientes peronistas alineadas con la actual senadora.

El frente oficialista Juntos por el Cambio también se lanzó a la campaña en las redes sociales, con imágenes de Macri, quien hace dos semanas sorprendió al anunciar que su compañero de fórmula es el peronista Miguel Ángel Pichetto, hasta entonces jefe del mayor bloque opositor en el Senado, una decisión con la que el oficialismo busca ensanchar su base de votantes.

La campaña se desarrollará en un contexto de recesión económica, con alta inflación e índices negativos en materia de pobreza y empleo, un “talón de Aquiles” para el oficialismo que, a su vez, se prevé apuntará fuertemente contra las presuntas maniobras de corrupción durante los doce años y medio de gobiernos kirchneristas que están bajo la mira de la Justicia.

Se inscribieron ante la justicia electoral nueve fórmulas presidenciales, pero todas de fuerzas diferentes y, por tanto, no competirán entre sí el 11 de agosto. Solo les bastará obtener el 1,5 % de los votos para quedar habilitadas para las elecciones del 27 de octubre.

De esta manera, sin internas reales en las diferentes fuerzas, en las primarias no se dirimirán candidaturas dentro de un mismo espacio y sólo servirán para conocer la intención de voto de la ciudadanía un par de meses antes de las presidenciales y con un costo para el Estado de 4.000 millones de pesos (unos 90 millones de dólares).

Hasta entonces sólo habrá sondeos privados, que ya marcan una fuerte polarización entre Macri y Alberto Fernández.

No hay un acuerdo entre las encuestas sobre cuál de los dos lidera la intención de votos, pero casi todos los sondeos marcan que ninguno alcanzaría el 45% de los votos afirmativos o más del 40% y diez puntos porcentuales por sobre su principal competidor que se necesitan para imponerse en primera vuelta.

En ese caso, habría segunda vuelta el 24 de noviembre y allí la mirada estará puesta en lo que harán los votantes de otras alternativas, principalmente la que se perfila como tercera fuerza, Consenso Federal, que lleva como candidato a presidente al peronista Roberto Lavagna, ministro de Economía durante los gobiernos de Eduardo Duhalde (2002-2003) y Néstor Kirchner (2003-2007).

En estas primarias, en las que las tres principales fórmulas llevan candidatos peronistas, participarán otras seis alternativas, de tendencia conservadora y de izquierda. El cierre de las listas no dejó sorpresas, pero supuso fuertes pujas internas hasta último minuto, sobre todos entre los kirchneristas y sus aliados, para definir las candidaturas para puestos legislativos y ejecutivos a nivel provincial y comunal en varios distritos.

Hasta hubo acusaciones de traición, como la que hizo el economista José Luis Espert, candidato presidencial del frente Despertar, enojado con el Gobierno porque uno de sus principales aliados pasó a las filas del oficialismo a último momento.

 

 

 

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