“Dolor y Gloria”: Almodóvar por Almodóvar
Edición Impresa | 3 de Junio de 2019 | 03:16

Protagonizada por Antonio Banderas, quien acaba de ser distinguido por este papel en Cannes, llega a las salas locales este jueves “Dolor y Gloria”, vigésimo primer largometraje de Pedro Almodóvar, su producción más personal, basada en su propia vida.
“No es mi autobiografía pero sí es la película que me representa más íntimamente”, reconoció el cineasta sobre esta cinta en la que Banderas le pone el cuerpo a un director de cine llamado Salvador Mallo que viste su misma ropa -el vestuario se replicó a medida del armario de Almodóvar- y vive en una casa como la suya, rodeado de sus propios libros y obras de arte.
Hasta el parte médico del protagonista, recreado mediante una animación de Juan Gatti, corresponde a dolencias que ha padecido el autor de “Todo sobre mi madre” y que lo precipitaron en esa crisis.
“Yo no estoy tan mal como el protagonista”, subrayó Almodóvar, reacio a cargar las tintas con unos dolores que tampoco se dramatizan excesivamente en la película.
Almodóvar insiste en que ese personaje no corresponde a un actor real. “Es una mezcla de dos o tres malas experiencias que he tenido, pero en general he tenido muy buena suerte con los actores con los que he trabajado, se han puesto en mis manos siempre”, sostuvo.
“Dolor y Gloria” es la “autoficción” llevada al cine. Ese género literario donde el autor es también el narrador y el personaje principal, pero donde las leyes de la narrativa mandan por encima de todo y al que también se han aproximado otros grandes cineastas como Woody Allen o Federico Fellini.
A veces sucede, cuenta el director y guionista, que partes ficticias resultan más auténticas que lo real. “A través de la escritura no solo abres las puertas de tu intimidad sino que desarrollas posibilidades que no han existido y eso me estremece”, aseguró.
En “Dolor y Gloria” han confluido un guión corto que escribió para un proyecto con Antonioni que no llegó a realizar, un monólogo sobre un amor truncado de los 80, el encuentro con un viejo amigo, su imagen misteriosa sumergido en el agua y recuerdos de su infancia.
AMISTAD CON LÍMITES
Antonio Banderas y Pedro Almodóvar comparten una amistad de cuatro décadas. Una amistad intensa, pero con límites. Por eso, cuando el actor español leyó por primera vez el guión del personaje autobiográfico que había escrito el realizador manchego para su más reciente película, se sorprendió. Había partes de la vida de su amigo que desconocía y que ahora le tocaba representar como Salvador Mallo.
“Pedro Almodóvar es una persona muy privada, y yo lo entendía. Yo nunca traté de traspasar esos límites”, manifestó Banderas en una entrevista reciente, pocos días después de alzarse con el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Cannes.
“Cuando leí el guión me sorprendió muchísimo el aspecto confesional del mismo y el paso que él daba a enseñar una parte de él que, incluso a las personas que habíamos sido amigas de él durante tantos años, nunca nos había dicho”, agregó
En el filme, Salvador Mallo es un cineasta famoso que reflexiona sobre su vida y su carrera. “Dolor y gloria” recorre el presente de Mallo y su infancia en un drama personal que aborda partes privadas y hasta ahora desconocidas de la vida de Almodóvar.
Junto con Banderas actúan Penélope Cruz, Asier Etxeandia, Leonardo Sbaraglia, Julieta Serrano y Cecilia Roth, entre otros.
Sbaraglia encarna a Federico, un antiguo amante de Salvador Mallo, reputado cineasta en plena crisis de creación. Ambos se reencuentran después de décadas de haber puesto dramáticamente fin a una intensa relación de amor. Según el argentino, su personaje existió en la vida real.
La cinta era una de las favoritas para obtener la Palma de Oro en la reciente edición del festival de la Riviera francesa. Pero no pudo ser.
“Pues es una sensación agridulce”, aseguró Banderas refiriéndose a su reconocimiento en Cannes, y de inmediato explicó que las reglas del festival no permiten que una misma película obtenga el premio mayor y también sea consagrado uno de sus actores, o a la inversa.
Por eso cuando subió al escenario a recoger el premio, lo hizo en su nombre y el de su personaje, que, aunque se llame Salvador Mallo, se trata del mismo Almodóvar.
UN PREMIO COMPARTIDO
“Lo he interpretado a él y por eso es un premio que de alguna forma lo comparto”, dijo tras recordar que a lo largo de sus cuatro décadas de trayectoria ha trabajado en ocho oportunidades con Almodóvar, comenzando por “Laberinto de pasiones” en 1982 y pasando por `”Matador”, “La ley del deseo”, “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y “¡Átame!”, entre otras.
“Le tengo un agradecimiento enorme, un respeto increíble y mucho cariño”, aseguró el actor español de 58 años.
¿Y cómo es interpretar a la misma persona que te está dirigiendo en la película?
“Es complicado”, respondió Banderas con notable sinceridad. “Es siempre complicado interpretar a un personaje que ha existido. Es más complicado si el personaje sigue existiendo... pero tenerlo en frente, detrás de una cámara…puff... es realmente complicado”.
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