Un subcomisario, desafectado tras un incidente en el Centro con policías

El subcomisario de 33 años controlaba el proceder de sus compañeros policías, pero fue enviado fuera de la fuerza por el peso de esa misma letra que esgrimía. Incluso, tendrá que dar cuenta por delitos que le achacan haber cometido en medio de una actuación preventiva en pleno centro de la ciudad, cuando dos efectivos lo detectaron durmiendo en su auto, con el baúl abierto y borracho, según la investigación judicial.

El escándalo que eyectó fuera de la Policía al subcomisario L.M.T, con domicilio fijado en el barrio de El Mondongo, se registró el sábado, a las 7.15 de la mañana, pero trascendió en las últimas horas.

Según fuentes consultadas en la Policía y la Justicia, todo comenzó con la sospecha de que algo no estaba bien en la composición de la escena advertida en 53 entre 10 y 11 por el sereno de una obra de esa cuadra. Había allí un Ford Focus modelo 2016 con el baúl abierto y poco movimiento en su interior.

La sospecha impulsó al sereno a llamar al 911 y en pocos minutos apareció una delegación policial del Comando de Patrulla a cargo de tareas preventivas en la vía pública.

Según la información a la que accedió este diario, cuando los agentes se acercaron al vehículo advirtieron que había una persona en su interior y comenzaron a llamar su atención.

Una agente se acercó a la ventana de la posición del conductor y comenzó a tocar el vidrio con los nudillos. Nada.

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Adentro se veía a un hombre que estaba durmiendo. No se despertaba o no tenía intención de interactuar con los uniformados que habían acudido ante la alarma del sereno de la obra.

La insistencia de la mujer seguía sin lograr el efecto que esperaba el procedimiento.

El hombre sentado en la butaca de conductor continuaba inmóvil. Los efectivos dudaban acerca de su estado y no descartaron que pudiera estar desvanecido.

Abrieron la puerta

Ante el cuadro, los policías siguieron insistiendo por una respuesta que no se producía. Ni las palabras, ni los golpes, ni la orden de bajar el vidrio daban resultado.

Finalmente -según el informe que entregaron las fuentes consultadas-, resolvieron abrir la puerta y se encontraron entonces con un cuadro que daba indicios de respuesta. El hombre comenzó a despertarse de su estado y no mostró disposición.

En un “evidente estado de ebriedad” recobró la conciencia y a comenzó a hablar con los efectivos.

El diálogo se produjo en un tono de incomodidad. La versión de la investigación policial señala que estaba “ofuscado”, no respondía a las preguntas de los agentes y rechazaba su accionar, que buscaba determinar, entre otras opciones, si había sido víctima de una situación delictiva en la calle.

Frente a esa resistencia, los uniformados insistieron con el interrogatorio pero encontraron como respuesta un intento del subcomisario por huir del lugar.

La mujer policía advirtió esa intención y se arrojó hacia el interior del vehículo con el objetivo de alcanzar las llaves y quitarlas del contacto. De manera que el auto no se moviera.

Según la Policía, el subcomisario se negó a realizar el test de alcoholemia en la seccional

El informe de los policías indica que pese a esa acción de la mujer, L.M.T logró poner en marcha el motor y comenzó a moverlo lentamente. La escena se cargó de dramatismo porque la agente estaba con medio cuerpo en el interior y sus piernas todavía apoyadas sobre el pavimento.

El Ford Focus anduvo diez metros y la agente logró frenarlo, quitando las llaves.

Una fuente de Tribunales indicó que el hombre se dirigió con fiereza a sus colegas, indicando que era subcomisario y se desempeñaba en la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI).

Las presuntas amenazas que habría lanzado en medio de la crisis no detuvieron a los policías encargados de atender la emergencia recibida en el 911.

Así las cosas, todos los policías terminaron a pocos metros del lugar del incidente, en la sede de la comisaría primera.

La agente del Comando caminaba con dificultad por una lesión que le habría provocado la intervención al moverse el auto.

En la comisaría, según las fuentes consultadas, las cosas no mejoraron. El subcomisario se negó a realizar un test de alcoholemia, soplando la pipeta con la que llegaron dos inspectores de tránsito de la Municipalidad de La Plata.

En la comisaría se pusieron en contacto con la fiscalía penal en turno, a cargo de la fiscal María Eugenia Di Lorenzo (UFI Nº 17), desde donde se ordenó dejar aprehendido al subcomisario.

Resistencia a la autoridad

La actuación iniciada en la comisaría quedó caratulada con los delitos de resistencia a la autoridad y lesiones.

La fiscal Di Lorenzo analizaría también el cruce de palabras entre policías, donde volaron presuntas amenazas hacia los oficiales del Comando, cuando desarrollaban el operativo.

Según una fuente de la UFI Nº 17, la fiscal no pidió la detención del oficial y recobró la libertad ayer, pero en breve deberá presentarse a declarar en el marco de la causa que quedó asentada en el fuero de delitos en flagrancia.

Desafectado

El episodio también activó la alarma en Asuntos Internos. Según informaron las fuentes consultadas en la Policía y la Justicia, ese organismo, que investiga faltas en el ejercicio de la función policial, ordenó la inmediata desafectación del subcomisario, quien se venía desempeñando en la Dirección de Asistencia Operacional.