Enseñar las técnicas de reanimación cardiopulmonar

Numerosos episodios registrados en la vía pública o en lugares como restaurantes, cines, teatros y otros que convocan a mucha gente dan cuenta de la importancia y necesidad de que buena parte de la población -al menos, muchas más personas de las que actualmente lo están- se encuentre capacitada para enfrentar emergencias, en las que la vida de las personas depende de que reciban a tiempo las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).

Hace poco tiempo se presentó este tipo de incidente en una cancha de fútbol de Pergamino, cuando el árbitro que dirigía un partido correspondiente a la liga de esa ciudad, le salvó la vida al entrenador de uno de los equipos mediante la técnica de los primeros auxilios. Se trata, entonces, de fortalecer y extender a todos los sectores sociales aquellos programas que promueven este recurso tan esencial para salvar muchas vidas.

De sobra se conoce que ante la presentación de este tipo de casos, se despierta la alarma entre los presentes, se pide la presencia de médicos y, mientras tanto, se tarda en la aplicación inmediata de masajes en el pecho y de la respiración boca a boca, por la sola razón de que nadie conoce cómo realizar ese tipo de maniobras, perdiéndose así minutos preciosos.

En ese contexto cabe mencionar la iniciativa puesta en marcha por la Comuna tendiente a que se brinden cursos gratuitos de reanimación cardiopulmonar y primeros auxilios en clubes de barrio y bibliotecas platenses, según se informó en este diario recientemente. Desde el municipio se aseguró, asimismo, que en la actualidad ese tipo de capacitación está vigente en comedores, merenderos escolares, escuelas, jardines y plazas de la Ciudad, brindándose también capacitación a la comunidad, a policías y agentes del Servicio Penitenciario.

Tal como se ha informado en forma reiterada, se estima que si la población estuviera entrenada en técnicas de RCP se podría evitar la mitad de las muertes. Especialistas médicos platenses plantearon hace dos años que, si bien no existe unanimidad en cuanto al intervalo que debe existir entre el inicio de los síntomas y la muerte, para definirla como súbita, desde el punto de vista clínico, lo más frecuente es considerar a la que ocurre por causas naturales (lo que excluye accidentes, suicidio, envenenamientos), dentro de la primera hora tras el inicio de los síntomas.

En este contexto, otras fuentes médicas explicaron que la reanimación cardiopulmonar es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas internacionalmente destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene súbitamente.

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Está claro que resultan valiosos todos aquellos cursos que enseñan estos tipos de prácticas solidarias. Como se sabe, la mayoría de las situaciones críticas -como los paros cardíacos u otras emergencias de similar gravedad- ocurren fuera del hospital o de cualquier otro ámbito médico, pero casi siempre cerca de alguna persona. De allí que se haya ponderado el hecho de que resulte primordial que en la sociedad existan agentes entrenados para ofrecer una asistencia básica.

Ello ya no sólo ante casos de muerte súbita, sino frente a los diversos tipos de emergencias que puedan presentarse. Una capacitación de más personas en estas técnicas contribuye, sin dudas, a reducir sustancialmente la posibilidad de que se presenten derivaciones trágicas y permite contar con trascendentes recursos de apoyo a quienes, víctimas de algún súbito malestar o de un accidente, se encuentren en esos momentos indefensos e imperiosamente necesitados de auxilio.