Del récord de producción de gas a las mangueras cruzadas
Edición Impresa | 5 de Julio de 2019 | 03:57

Otra vez los argentinos vuelven a mirar el termómetro para saber qué va a pasar en materia energética. Nada nuevo bajo el sol: desde 2004 el país convive con la escasez de gas natural y, cada vez que el frío aprieta y se producen picos de consumo, experimenta dificultades para asegurar el suministro. Ahora el cinturón energético vuelve a ajustarse: las compañías distribuidoras tuvieron que limitar el suministro a las estaciones de GNC, golpeando al transporte. Difícil será explicarle al taxista que el mismo país en el que hoy no podrá cargar ese combustible logró, en mayo último, el mejor registro de producción de gas para un solo mes en casi 10 años, desde julio de 2009, de la mano del crecimiento de la actividad en la formación rocosa Vaca Muerta. O que, tras siete años de fuerte déficit de la balanza energética, con importaciones de gas natural y GNL, el país alcanzó este año “equilibrio” de las cuentas externas del sector, producto de las menores importaciones y las crecientes exportaciones. O que la medida se tomó en un momento en que la capacidad ociosa de las plantas fabriles supera el 40%, desplome que se traduce en una caída de la demanda energética. El gobierno habla de un “proceso de recuperación de la Argentina como potencia energética”, pero el invierno se le vino encima con las urgencias de siempre.
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