Los mejores métodos para ordenar el armario

Desde la irrupción de Marie Kondo en el mundo de la organización del hogar, todo sistema de guardado es revisado. Hoy es el turno del placard

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Hay placares que se parecen más a una mesa de ofertas en plena temporada de liquidación que a un armario: son un revoltijo que hace que todo parezca de saldo y además nunca se puede encontrar nada allí.

Lo peor de todo es que cuando se pretende ordenarlo, con tan sólo mirar semejante desorden, la mayoría huye de esa tarea. ¿Pero cuál es el mejor modo de ponerle coto al caos? Sabina Haag, coach especializada en cuestiones de orden, da algunos consejos.

Torres: por supuesto, los trajes y vestidos deben colgar en perchas y las camisetas pueden ir dobladas, una sobre otra. Pero es mejor plegarlas como si fuesen un paquetito, no hacer pilas de grandes superficies. “Lo primero que uno hace es doblar las camisetas a un tamaño aproximado de una hoja A4. Después de eso, dóblelas nuevamente por la mitad”, recomienda Sabina.

Y luego se sigue así: no hay que apilar las prendas una sobre otra, sino colocarlas en forma vertical una detrás de la otra en un cajón. “De ese modo, uno puede ver todo desde arriba y cuando retira una camiseta no hace tambalear toda la pila”, explica la experta.

Si el largo del perchero lo permite, uno debería colgar la mayor cantidad de prendas posible

 

Cajas de calzado para las prendas pequeñas: las medias, la ropa interior y los cinturones pueden ser ordenados perfectamente en cajas. Lo ideal es utilizar las cajas del calzado, apunta Sabina. No cuestan nada y son muy útiles a la hora de generar orden.

Esta especialista dice que tiene muchísimos consejos sobre cómo ordenar prendas doblándolas, pero que también es una gran fan de las perchas. Su regla es la siguiente: si el largo del perchero lo permite, uno debería colgar la mayor cantidad de prendas posible. Es mucho más rápido y sencillo que el resto de los métodos y se ve mucho más ordenado, explica.

De todos modos, hay prendas que no se deberían colgar. Los jerseys de lana, por ejemplo, pueden desformarse si se los cuelga. “Con las prendas de cachemira también hay que tener ciertos cuidados”, aconseja la experta.

Micro-método: si uno cuelga las cosas siguiendo cierto sistema, será más fácil encontrar lo que se busca. “A mí me gusta ordenar las cosas por color”, comenta Sabina. Pero hay otras alternativas, como ordenar cada cosa por “ocasión”: unas son para el trabajo, otras para el tiempo libre, otras para practicar deporte. Si se cuelgan los trajes y las camisas de trabajo en un mismo sector, resultará mucho más sencillo hallar las cosas que combinan por la mañana.

Tipo de prenda: primero las chaquetas, luego los pantalones, después las faldas y por último las blusas, por ejemplo.

Y algo fundamental: muchas veces se piensa “esta camiseta vieja la dejo para dormir, y el pantalón este, todo estirado, lo voy a guardar para cuando tenga que pintar”.

Esas ideas pueden aparecer demasiado a menudo. “Mejor ponerles un límite muy claro”, opina Sabina. “Se pueden conservar una o dos prendas para esas ocasiones, pero el resto debe ir directo a la calle” o a una donación, advierte la experta. Es fundamental. Si no, el armario se convierte en un basural.

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