Muriel Santa Ana: una justiciera de mujeres invisibilizadas

Dice Muriel Santa Ana que es excepcional que a un actor lo convoquen para ponerle el cuerpo a un proyecto que logre “alinearse con aquello que uno siente, piensa, dice y hace”, y por eso se cree afortunada de poder ser parte de un “proyecto ideal pero real”, que más que ganancias económicas le regala “ganancias subjetivas”.

Hace dos años protagonizó “Sufragistas” (Canal Encuentro), llevando a la pantalla chica la esencia -gestual y poética en algunos casos, simbólica en otros- de cuatro mujeres que mucho tuvieron que ver con la sanción de la ley del voto femenino -Julieta Lanteri, Carolina Muzzilli, Alfonsina Storni y Salvadora Medina Onrubia- y ahora hará lo mismo con “Pioneras”.

Continuación de aquel documental, “Pioneras”, bajo la dirección escénica de Rubén Szuchmacher y la realización de Federico Randazzo, ahondará en la vida de ocho precursoras que en los albores del siglo pasado salieron a la calle a interpelar los mandatos de su época y a luchar por sus derechos. Según remarca la actriz, volver a transitar por sus pasos permitirá “hacer justicia de esas mujeres invisibilizadas por el discurso histórico dominante”.

“Intentamos captar un gesto poético de cada una. Buscamos que se encuentre una impronta de energía”

Santa Ana, referente del colectivo Actrices Argentinas, explorará ante cámara los legados de mujeres como Mariquita Sánchez De Thompson (1786-1868), Raquel Camaña (1883-1915), Ada María Elflein (1880-1919), Juana Manso (1819-1875), Herminia Brumana (1897-1954), Gabriela Laperrière (1861-1907) y Fenia Chertkoff (1869-1927).

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Y también rescatará la herencia simbólica de María Abella de Ramírez (1866-1926), escritora y periodista uruguaya que, entre otras actividades, se desempeñó como colaboradora del diario EL DIA a principios del siglo pasado.

Sobre María Abella de Ramírez, que en 1911 fundó la Primera Federación Femenina Panamericana, en donde presentó su programa feminista -lo que significó una revolución para la época-, Muriel destaca que se trató de una “de esas mujeres que dedican su vida entera a la militancia por los derechos”, una feminista de “amplio espectro” que, entre otras hazañas, creó la Liga Feminista Nacional y fundó la revista Nosotras, cuyo lema fue “ayudémonos entre nosotras, la unión hace la fuerza”, una proclama sorora que sigue abrazando a las mujeres en su lucha.

Siguiendo los rastros de Abella, precisamente, el equipo de “Pioneras” rodó ayer en La Plata, entre locaciones exteriores que se desarrollaron en lugares emblemáticos de la Ciudad, como Plaza Moreno y Gobernación, e interiores que se llevaron a cabo en la Biblioteca de la UNLP, para hacer justicia al pensamiento vanguardista de la pionera uruguaya.

Semanas antes, el equipo técnico filmó material en el archivo histórico y la redacción del diario EL DIA, que incluirá como inserts durante el capítulo dedicado a Abella, según explicaron.

En la Ciudad, además, se realizaron entrevistas a destacadas docentes e investigadoras de la UNLP, que fueron registradas en la Facultad de Humanidades.

Siguiendo la línea estética y conceptual de “Sufragistas”, esta continuación, que llegará en los próximos meses a la señal de Canal Encuentro, mantendrá su atractivo formato que se mueve entre lo testimonial y lo ficcional, esta última parte, claro, a cargo de Muriel Santa Ana.

La actriz, a través de una lograda caracterización de época, yuxtapone pasado y presente, y recorre escenarios urbanos con sus mujeres del siglo pasado que mantienen su vigencia intacta porque, asegura Santa Ana, “son las que marcan la agenda feminista de nuestros días”.

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Convertida en un camarín, la Dirección de la Biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata, ubicada en el primer piso del edificio histórico, se transformó también en el escenario de la entrevista que EL DIA le realizó a Muriel a propósito del rodaje de “Pioneras” en la Ciudad.

Es casi mediodía y la Plaza Rocha, desde la ventana entornada de la oficina, se ve extrañamente tranquila y eso recuerda al día no laboral (para algunos).

A contrarreloj, dos productoras -Maitena y Magalí- entran y salen de la habitación en la que la maquilladora -Loly Giménez- y vestuarista -Mariana Seropian- ajustan sus tareas, y la actriz termina de chequear su celular antes de comenzar a charlar.

Tenemos 15 minutos pero la nota se llevó 22 y una promesa que quedará entre Muriel, su “equipo justiciero” y yo.

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-¿Qué significa este proyecto para vos en lo personal?

-Desde el punto de vista de mi feminismo en desarrollo, significa profundizar, conocer e ir uniendo más este presente tan activo para nosotras con las que nos antecedieron y esos principios de lucha que nosotras todavía hoy estamos activando, y peleando por algunos derechos que ellas, en aquellos años, ya reclamaban. Desde lo individual, entonces, tomar esos gestos que me resultan sumamente inspiradores, conmovedores, sobre todo en una época mucho más terribles que la nuestra, es una fortaleza; una riqueza para la lucha de hoy.

-¿Y en lo profesional?

-Desde el punto de vista profesional, son estos proyectos que logran unir, “cohesionar”; que logran alinearse con aquello que uno siente, piensa, dice y hace. Que no son frecuentes, porque estos proyectos son politizados, entonces, tienen un punto de vista, se paran en un lugar crítico. Por eso digo que estas oportunidades son muy poco frecuentes desde lo profesional.

-¿En qué momento de tu feminismo llegó este proyecto?

-“Sufragistas” fue algo como medio providencial porque nosotros lo hicimos en octubre de 2017, en una geografía sin pañuelos verdes en la calle. Trabajamos en la Avenida de Mayo, tan significativa siempre, y transitamos con esas 4 sufragistas todo el rodaje por esas calles y sus edificios, bares, oficinas. Pero era una geografía totalmente diferente a la que se desplegó a partir de febrero, marzo, abril del año pasado, cuando empezó a trabajarse en las comisiones el proyecto de ley del aborto de diputados. No me quiero poner mística, porque soy muy antimística, pero hubo algo ahí...

-¿Lo viviste como una señal?

-No sé si una señal, pero fue algo que conversamos en ese momento. Nos sorprendió la “sintonía” de todo. Pero pensamos en la suerte que tuvimos de que estábamos y que estaba todo dado para que ese discurso se escuchara...

-¿Este trabajo fue un quiebre o un impulso para ponerte al hombro la causa feminista desde el colectivo de actrices argentinas?

-“Sufragistas” es uno de esos proyectos que producen una unión entre varios aspectos íntimos y personales y que se proyectan en lo colectivo. Tienen su correlato en el afuera. No son proyectos de tanto “egotrip”. Pero yo siento que vengo como en un desarrollo del feminismo, particularmente, desde el #NiUnaMenos 2015. Si tuviera que ponerle un inicio sería esa la primera vez que pude darle lugar a esa voz... y a una escucha (una cosa interna y otra externa), y pude hacerle lugar a esa enorme incomodidad que viví toda mi vida.

-¿Cuál?

-Lo que experimentamos por ser mujer en cualquier espacio, empezando por la casa, la pareja, el trabajo, las relaciones interpersonales, las relaciones con superiores. Puse en cuestionamiento todas las relaciones de poder y a partir de ahí empecé a darle lugar a esa deconstrucción, a deconstruir de esa manera, y empecé a estar en el mundo de otra forma, y no solté nunca más ese compromiso. Ir a lo hondo de la cuestión. En esa línea, del 2015 hasta acá, también, claramente empezaron a pasarme otro tipo de cosas, empecé a trabajar con otro tipo de personas, y eso me fue vinculando de diferentes maneras con el trabajo. Ahí aparece la posibilidad de hacer “Sufragistas”, algo que me hizo sentir honrada, porque era un proyecto que me desafiaba desde todos lados.

“Sus historias me dejan cargada de vida, de fuerza, de compromiso. Ellas marcan hoy nuestra agenda feminista ”

-¿Cómo es darle vida a personajes reales?

-No son personajes porque estas mujeres existen, entonces se trabaja diferente, lo trabajamos a partir de energías. Intentamos captar un gesto poético de cada una. No se trata de que yo copie cómo era Alfonsina o Maria Abella, aunque desde la fisonomía haya una cercanía. Pero buscamos que se encuentre una impronta de energía. Hay un trabajo de caracterización importante. Hay todo un trabajo para que todo converja en un mismo lugar, y que se capte algo de la personalidad o de aquello que ellas encarnaron. Son desafíos altos…

-Es muy atractivo el documental, escapa de los lugares comunes...

-Creo que logramos salir del lugar de la melancolía con el que a veces se relata la historia de mujeres luchadoras. Como dice Rubén, ‘le sacamos el pathos’. Trabajamos con la idea de darle vida a esa fuerza que las mujeres tenían, de sacarle brillo a eso, no desde el punto de vista que por ahí estamos más acostumbradas, que es a ver a las mujeres de nuestra historia como sufrientes, porque muchas tuvieron una vida tremenda, sufridas, discriminadas, agredidas...

-¿Te quedás cargada después de interpretar esas historias?

-No, cargada, no. Vitalizada. Cargada de vida, de fuerza, de compromiso… Son ellas las que marcan hoy nuestra agenda feminista, esas voces hoy nos marcan. Están con nosotras.