Nunca recibí distinciones a título personal. Para mí el 'nosotros' siempre estuvo por encima del 'yo'. La frase de René Favaloro debería ser un faro en la vida de los triperos. Un Club que se ufana de ser distinto desde la pasión y el sentimiento, debe pensar y vivir en términos de trabajo, esfuerzo, solidaridad, respeto, pertenencia, identidad, compromiso y construcción colectiva. 

Sin embargo, en las malas -que son unas cuantas, Gimnasia y Argentina van de la mano con sus crisis cíclicas- surge el pensamiento mágico. Y se espera por un mesías, un superhombre. Se cree en la magia, no en el trabajo. Los dirigentes son emergentes de la masa tripera: no solo ellos, muchos creen y esperan, fútilmente, que las soluciones las aporte UN hombre.  El dirigente de billetera gorda, el DT o el supercrack. 

El camino es otro. Tiene cimientos de utopías y desafíos. Hay que proponerse objetivos y no dormir hasta lograr lo soñado. Trabajo, sí. Pero al esfuerzo hay que agregarle capacidad y talento. 

Hay que salvarse del descenso. El cómo sea no contempla a Harry Potter o Aladdín.

 

D10S sigue en el poster. Impoluto. Perfecto. Eterno. 

 

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