El batacazo de Susana Del dinosaurio, al medio millón

Santiago del Moro celebró los cien programas de “¿Quién quiere ser millonario?” con la resolución del desafío que, un día antes, había comenzado en el envío de Susana, y en el que la diva, jugando a beneficio de la Casa del Teatro, se plantó en 500 mil pesos.

Fue una gran idea de Telefé, usar los dos envíos, porque con este desafío logró ganar el rating de las correspondientes franjas, en las dos noches de emisiones.

Del Moro volvió a hacer gala de su gran habilidad de entrevistador porque, entre pregunta y pregunta, logró sacarle jugosas declaraciones a Susana, que se dejó preguntar de todo, casi tanto como cuando le contestaba al personaje de La Abuela en su living.

El domingo había hablado, entre otras cosas, de su estado sentimental y de sus expectativas para el amor, y ayer volvió a dejar varios títulos picantes.

Según reveló, estudió maestra de magisterio porque le parecía “que era lo más fácil”, y contó que de no haber sido animadora televisiva, hubiese sido diseñadora de indumentaria.

Susana recordó, entre risas y sonrojos, algunos de sus invitados más excéntricos a su tradicional programa, como el hombre de dos penes o el que se creía Drácula al que se le coaguló la sangre cuando hizo su presentación. También rememoró cuando, en su camarín, alentó a Sophia Loren, que, según le dijo, estaba nerviosa, temblando, por sentarse en el living de su programa.

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Se definió Su como una “lúdica total”, y dijo que le gusta jugar al Blackjack, al Poker, al Rummy, a los dados y al truco, en el que cual miente si tiene con qué. “Un poco mentirosa soy”, se sinceró Susana, pie perfecto para que Del Moro ahondara sobre infidelidades...

“Me han mentido, sí, pero yo también he mentido mucho en la vida”, aseguró, pícara, y confesó que “sí, obvio” fue infiel. Sin embargo, declaró: “no me arrepiento, la pasé bárbaro en toda mi vida”.

No lleva la cuenta de sus hombres pero, según advirtió, son menos de cien.

También se refirió a la visita de su ex marido, Roviralta, en su estudio, en rol de aplaudidor. Confesó que fue una idea de su producción, “para ganarle a Tinelli”, y lo logró. “Gané”, bromeó, y dijo que no le pagaron a su ex, a quien le terminó revoleando un cenicero por la cara, “porque era para matarlo”.

“Sólo nos besábamos”, manifestó, además, consultada por algún romance con Sandro, con quien filmó una película.