De cables expuestos a árboles por caer, el riesgo diario de las trampas urbanas
Edición Impresa | 8 de Septiembre de 2019 | 02:56

Andar por la Ciudad es exponerse a los más diversos riesgos. Y es que veredas y calzadas están plagadas de trampas urbanas, como pozos, faltantes de tapas de redes de servicios que dejan al descubierto huecos de ignorada profundidad, cabinas con cables eléctricos sueltos. A cada paso la vía pública representa un peligro en potencia.
En estos días, de acuerdo a lo detectado por vecinos, el centro platense se presenta minado de fallas, verdaderas trampas en sectores de la Ciudad muy transitados por los peatones. Apenas se camina un poco y se advierte un sinfín de pozos en las veredas: 7 y 50, 8 entre 49 y 50, diagonal 73 casi esquina 10. En todos esos casos se trata de cavidades que se formaron por la desaparición de las cubiertas que deben tener esas cámaras subterráneas. Un momento de distracción, una noche poco iluminada o el avance de una persona no vidente que no alcanza a detectar el desnivel en la vereda y ahí nomás se produce el accidente.
La lista de situaciones que tornan peligroso caminar por las calles platenses es interminable: hay tapas de medidores sueltas o directamente faltantes; árboles y postes inclinados, tanto que parecen a punto de caer; pozos en las veredas; rampas deterioradas; filtraciones que forman “lagos”; aberturas en el suelo por obras inconclusas; desniveles formados por las raíces de los árboles; y cableados sueltos, desnudan la falta de atención generalizada en el mantenimiento urbano.
Una alta columna de alumbrado público situada a pocos metros del acceso al colegio Albert Thomas, en la calle 1 entre 57 y 58, se muestra desde hace tiempo con el tendido de su interior al aire libre. Además, se le sumó al reclamo el hecho de que la luminaria permanece encendida aun durante las horas del día. El mantenimiento de las luminarias de la vía pública-vale aclararlo- lo realiza la dirección de Alumbrado Público de la Municipalidad.
El Parque Saavedra, un espacio verde de alta presencia de vecinos que utilizan el lugar para la recreación y la actividad física, tiene sus trampas. Del lado de la calle 64 entre 13 y 14, por caso, sobresalen del suelo unos caños metálicos y oxidados que fueron parte alguna vez de un sistema de red de algún servicio y que quedaron desactivados. “Son hierros peligrosos para los transeúntes. Se colocaron para guiar luminarias pero nunca se usaron ni se retiraron. Niños o personas mayores pueden lesionarse. Se lo comenté a personal municipal de la zona pero no se hizo nada”, comentó Alejandro Rivera.
Hace mucho tiempo que esas estructuras de trabajos sin terminar interfieren en el paso de los peatones en esa cuadra que bordea el Parque Saavedra, tanto que oportunamente el mismo reclamo fue publicado por este diario.
Suelen ser motivo de preocupación, a su vez, los juegos de parques y plazas que están estropeados, con hierros que sobresalen y pueden lastimar a los más chicos. Lo mismo sucede con incontables aparatos para hacer ejercicios que han quedado descuidados, como en el Parque San Martín (Vucetich) en 54 entre 24 y 25.
También hay, entre los escollos urbanos, estructuras que no están al ras del suelo y que por el contrario son riesgosas desde más en la altura, como árboles o postes a punto de caer. El primer caso se advierte por estos días en 3 entre 45 y 46, motivo de queja de varios vecinos que temen que el ejemplar se venga abajo y lastime a alguna persona. Una columna que se ve peligrosamente inclinada, en cambio, inquieta a los frentistas de la zona de 1 y 51. “Es un poste de luz ya muy cerca del suelo e implica un enorme riesgo para los autos que pasan por ahí. Se denunció ya al 147, pero no han actuado para arreglarlo”, señaló un vecino preocupado.
El de los cableados a la intemperie, sin tapas que los contengan, es otro signo de desidia que acarrea serios riesgos. Por lo general, no faltan bases de luminarias o cajas del sistema de distribución eléctrica domiciliario con el cableado suelto. Han habido incluso reclamos por tendidos que se mostraban “pelados”, con el riesgo de electrocución que ese descuido implica.
Otro fenómeno que permanentemente dispara reclamos vecinales es el de los postes a punto de caer, apoyados sobre cableados o bien sobre viviendas. El temor es doble porque muchos de ellos generan peligro de electrocución, lo que hace que los vecinos convivan con situaciones de riesgo permanente. Por caso, en 15 entre 43 y 44 hay un poste inclinado que amenaza con venirse encima de los peatones, en un sector de la Ciudad altamente transitado.
Como es de esperar, con estas “trampas urbanas” la situación, por lo general, se complica en las horas de la noche, cuando la luz es más escasa y ese tipo de obstáculos se esconde en la oscuridad sin que sea fácil que resulte advertido.
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