Entre el derroche y las canillas secas, el servicio de agua sigue en el banquillo

En numerosos barrios denuncian pérdidas cada día, mientras que en otros alzan la voz porque no tienen una gota. Bronca por doquier

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“Estamos hartos. Hace casi cuatro meses que venimos reclamando por las pérdidas de agua en el barrio”. El reclamo surgió ayer desde un sector de Altos de San Lorenzo. “En pleno verano, todos los días tenemos un corte total de agua y nadie nos explica porqué”. También ayer. Pero desde la zona donde Villa Castells se convierte en Gonnet. O viceversa. Por sí o por no, decenas de vecinos se indignan a diario por el servicio de agua y por la atención de la empresa Absa.

“Es una vergüenza total”, lanzó sin rodeos Mariana, vecina de la calle 493 “entre caminos”. Allí, en medio del Belgrano y el Centenario, afirmaron que los cortes totales de agua no se saltean un sólo día.

“No se puede vivir más sin agua”, dijo Mariana con la bronca a flor de piel.

La mujer contó que “en la zona de Gonnet y Villa Castells todos los días hay un corte total del servicio. Así no se puede”, reiteró, para apuntar luego a la compañía prestataria.

“Llamás y nadie te da una explicación. Es decir que no tenemos una gota de agua y ni siquiera sabemos el motivo. Recién me acabo de comunicar y lo único que me dijeron fue que no cuentan con información”, relató ayer la vecina.

“Una vergüenza”, insistió, para comentar que “la zona figura como residencial, pero resulta que no sólo no podemos tomar el agua; tampoco usarla para otras cosas”, señaló, en referencia al eterno conflicto que persiste en ese sector del norte platense por la calidad del agua para consumo humano, tema que ha llevado a la comunidad a realizar múltiples reclamos, como informó en numerosas oportunidades este diario.

El mapa de falta de agua no perdona localidad ni barriada. De Castells-Gonnet a Los Hornos, sin escalas, la misma realidad. Mónica Rodríguez, vecina de 70 y 154, le puso una pizca de humor a su pedido. “Acá no tenemos una gota de agua, pero sí muchos números de reclamos”, contó, con bronca contenida.

Quien apeló a la ironía primero, para luego trazar un duro panorama de los efectos de vivir sin agua, fue Dora Hufsyzen, frentista de 16, 63 y 64. “Volvimos a la normalidad: otra vez tenemos que andar con los tachitos”, narró, en referencia al eterno problema de falta de agua que sufre la zona y que por escaso tiempo pareció normalizarse. “Absa es una empresa que nos está enfermando física y mentalmente”, sentenció.

“Sinceramente, creo que a una situación así, tan reiterada, habría que definirla como emergencia sanitaria”, enfatizó la mujer.

Como en un muy mal chiste, el mismo día llegaron reclamos sobre pérdidas de agua que llevan meses. “Estamos cansados de reclamar, desde septiembre, por las pérdidas de agua en el barrio, sin recibir respuestas de ningún tipo”, afirmaron varios vecinos de 73 entre 16 y 17, en Altos de San Lorenzo. “La llave de paso está en el Nº 1074, donde viven personas mayores que ya reclamaron cinco veces”, agregaron.

Por otro lado, frentistas de la zona de 75 entre 10 y 11 aseguraron que en el barrio hay “una laguna” y “un enorme pozo” desde hace largo tiempo.

Y no faltaron las quejas por el sistema cloacal. “Desde el 24 de diciembre hay un terrible derrame en 28 entre 76 y 77. Ya hicimos diez reclamos. Y nada”, contó un vecino de la zona.

 

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