Los Hornos: preparan pasacalles con promesas de “plomo” para los ladrones

Quienes descreen de la organización vecinal se sienten seguros blindando sus casas con alarmas, rejas, cámaras o perros (incluso todo junto), pero los que todavía confían en aquello de que la unión hace la fuerza optan por debatir propuestas de seguridad en asambleas vecinales, tanto como en visibilizar sus reclamos con petitorios o marchas.

Sin embargo en los últimos meses aparecieron en la Región reacciones comunitarias que combinan un poco de los dos fenómenos: refuerzan las medidas de prevención en el espacio propio, pero considerándolo más allá de las cuatro paredes de su casa. Entienden al vecino cercano como parte de la familia a la hora de enfrentar a lo que entienden como el peligro “externo”, más de una vez focalizado a pocos cuadras a la redonda.

Pasó en los últimos días de diciembre con la decisión que adoptaron vecinos de San Carlos de instalar un portón de alambrado doble en 522 y 145 (ver aparte). Y pasa ahora en un sector de Los Hornos, donde sus habitantes se declaran hartos, preparan pasacalles para advertirles a los ladrones que ahí prefieren el “plomo” antes que llamar al 911 y organizan la entrega de un petitorio en la comisaría de la zona. Es más, prometen cerrar una calle “para que no puedan entrar de una villa” cercana.

Zona de riesgo

“Tenemos familia, tenemos hijos y tenemos miedo”, arrancó diciendo una mujer de 37 años que vive en la zona de 56 y 158 y pidió que se la identificara únicamente como Maru.

Aclaró que la inseguridad como fenómeno no es nuevo en ese barrio en el que abundan los “escruches” (o robos en ausencia de los dueños), pero el problema es que, desde octubre, a los ladrones se les ha vuelto costumbre ir por más: “El jueves pasado entraron en una casa de 54 y 158 en la que estaban durmiendo dos nenas de 5 y 17 años”, recordó, “se llevaron una cortadora de pasto y herramientas, y la más grande se despertó cuando escuchó ruidos”. Ellos se fueron.

Otro vecino apuntó que a fines de diciembre dos motochorros abordaron en 56 entre 158 y 159 a un muchacho que iba a cuidarle la casa a un hermano y le dispararon de atrás porque, asustado, salió corriendo después de que le sacaron la billetera, el celular el reloj y hasta las zapatillas. “El tiro le rozó la cabeza; por suerte se recuperó, de yapa es de Córdoba y había venido a pasar las fiestas de fin de año”.

LE PUEDE INTERESAR

El farmacéutico solidario corrió con un bate a dos ladrones que fueron “de apriete”

LE PUEDE INTERESAR

Otros dos motociclistas muertos en la Ciudad tras un choque en Melchor Romero

Preocupados, pero, sobre todo, hartos, los vecinos decidieron preparar pasacalles como los que hace pocos días aparecieron en calles de Santa Fe: “Rastreros (como se conoce en la jerga a los que roban a los vecinos) en esta zona no llamamos a la policía, si te enganchamos te cabe el plomo”, que planean colocar en los próximos días en 159 y 56 y en 158 y 56. Es que de 157 a 160 y de 52 a 56 “es el radio más complicado”, dicen.

En simultáneo, preparan una nota para llevar a la comisaría Tercera la semana próxima, aunque reconocen a esta medida como “pura formalidad”.

“Los vecinos que han ido a denunciar a la comisaría aportaron datos sobre los ladrones, pero igual no pasa nada. Se van primero los delincuentes que los damnificados”, lamentó Maru.

Apuntan las sospechas hacia la zona de 155 de 47 a 52, donde hay “terrenos usurpados” y, al costado, denuncian, un barrio en el que vivirían “los ladrones que vienen a robarnos. A uno de ellos lo hemos identificado hasta por el apodo, pero nunca va preso”, lamentaron.

Además de colgar pasacalles y presentar una nota, los vecinos analizan implementar una medida todavía más extrema, que promete levantar polémica.

“Si no tenemos respuesta vamos a cerrar la calle en 56 y 160 y en 159 y 52, para que no puedan acceder al barrio nuestro”, confirmó Maru.

En la nota que entregarán en la comisaría, los vecinos de ese sector de Los Hornos piden más presencia policial y que se tomen medidas urgentes.

“No queremos hacer justicia por mano propia, pero estamos todos cansados y queremos agotar primero el diálogo y las instancias legales. Hay que buscar una solución a todo esto porque no seguir viviendo así. Ahora estamos todos en el barrio porque son las vacaciones, pero en marzo, cuando retomamos la actividad normal, salimos a trabajar y los chicos a la escuela, las casas quedan muchas horas solas y los delincuentes aprovechan”, reflexionó la mujer en una charla con este diario.

Aclararon los vecinos que la inseguridad los viene golpeando sin importar todas las precauciones que ya adoptaron como vecindad -“reuniones, grupos de WhatsApp para avisarnos si dejamos nuestras viviendas mucho tiempo solas o vemos algo sospechoso”- o de manera particular: “En casa tenemos un perro de policía y un rotweiller”, refirió Maru.

“No somos asesinos, somos vecinos que intentamos calmar un poco la situación”, remató.

“No queremos hacer justicia por mano propia, vamos a agotar la instancia de diálogo”, dijeron