El rugby tiene la culpa
Edición Impresa | 22 de Enero de 2020 | 01:44

FERNANDO FONT (*)
Me cuesta sobreponerme a la indignación que me produjo la carta publicada por EL DIA, firmada por la política y docente Dorato, con la que pretende argumentar a favor del rugby, intentando explicar la tragedia de la que fue víctima Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.
Comienza hablando de asesinato e inmediatamente endilga la responsabilidad a la decadencia de la sociedad, falta de educación, incluye a un Estado que no hace lo que ella entiende que debería hacer.
Ahora bien, sus conceptos cambian estrepitosamente cuando comienza a describir a la “sociedad del rugby” que, según ella, sólo inculca valores de camaradería.
Frente a un asesinato, una sociedad madura, abandona los eufemismos, deja de barrer la tierra bajo la alfombra y se mira al espejo.
En los últimos diez años, son innumerables los hechos repetidos de idénticas características, replicados por quienes discriminan a los pobres, acosan, golpean en el piso o por la espalda, abusan y matan en patota. Sus actores, aquellos que cantan el Himno a los gritos, inflados de emoción y llorando. Pero cuando alguna de estas desgracias ocurren, se habla de casos aislados o sus entidades o clubes ofrecen programas de concientización.
La lectora preopinante habló de un asesinato y terminó pidiendo sanciones menores de apartamiento de entidades.
Es el Código Penal el que rige, mi estimada amiga. Los espera la cárcel. La “sociedad del rugby” que Ud. describe es gregaria hacia adentro y segrega hacia fuera. De ecuménica, no tiene nada. El huevo de la serpiente anida en muchas de las escuelas modelos bilingües y algunas confesionales también. “El hombre, en nido de maldad será serpiente, y en nido de bondad, será paloma”.
(*) Agente de la Propiedad Industrial.
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