Vecinos de la comisaría sexta dicen que el barrio ya es una muestra de autos arrumbados

Los vecinos de la Comisaría 6º de Tolosa están hartos. La zona, desde hace años, es un depósito de autos secuestrados y vandalizados, que no sólo son caldo de cultivo de actos delictivos, como robos de partes e incendios, sino que se utilizan como “contenedores” de basura que, por supuesto, nadie recoge. Por lo tanto, el olor, los focos infecciosos y los roedores ya forman parte del barrio, junto a pastizales que hasta crecen entre los adoquines del histórico empedrado.

“En promedio, dos veces por mes incendian un coche. Eso se suma al robo de partes, como neumáticos, espejos, asientos y elementos de los motores, que está a la orden del día cuando traen nuevos vehículos”, comentó un vecino que vive desde hace tres años cerca de la sede policial de 1 entre 528 bis y 529.

La problemática, denunciada por este diario decenas de veces, se da en torno a casi todas las comisarías. Pasan los años -muchos años- y nunca aparece una solución. Ni siquiera una propuesta para cambiar esa realidad.

Con resquemor a dar sus nombres, los habitantes del barrio de “la Sexta” dijeron “no comprender cómo esos episodios se dan, a lo sumo, a una cuadra de la comisaría”.

En ese contexto, también hicieron hincapié en la “inseguridad que reina en la zona. No es raro que roben un auto de un vecino a 30, 40 ó 50 metros del lugar”, aseguraron.

Volviendo al cementerio de autos, que, dicho sea de paso, le da al barrio un preocupante aspecto de abandono, es de destacar que hace un tiempo fue incendiado un patrullero. ¿Qué ocurrió? Pasó a engrosar la larga lista de vehículos rotos, oxidados y vandalizados que dominan la esquina de 1 y 529 y sus alrededores.

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“(En la comisaría) nos dicen que no existe un playón para dejar los autos secuestrados”, señaló una vecina. Ello, como se indicó, vale para toda la Ciudad. Así las cosas, prácticamente la totalidad de las sedes policiales platenses, sobre todo las de la periferia, acumulan vehículos, basura, vandalismo. “Vivir cerca de una ya no brinda seguridad”, consideró un hombre mayor.

Una postal lo dice todo. En una de las esquinas de la cuadra de 1 entre 528 bis y 529 hay un pastizal que debe llevar, a simple vista, un par de meses sin ver una desmalezadora. Encima del pasto, seis o siete bolsas de basura grandes y hasta de consorcio. Sobre el cordón, un auto azul y otro rojo, totalmente destrozados, encabezan la fila que sigue a lo largo de la acera. Y el colmo: en medio de la calle, a un costado del vehículo rojo, hay un enorme matorral que, por su tamaño, es fácil deducir que lleva meses allí.

“Los autos están judicializados, nos explican. Y aclaran que cada uno es parte de un expediente, por lo que pueden estar en varios juzgados. De modo tal que pedir la remoción implicaría una cruzada vecinal imposible de afrontar”, reflexionó, con bronca, un vecino de mediana edad.

Hace un tiempo, cuando se denunció por enésima vez el caso de la Comisaría 2º -8 y 38-, alguien tomó cartas en el asunto y empezaron a quitar chatarra, la cual ya no sólo ocupaba la calle sino también la rambla.

Frente a la Novena, en 5 y 59, el tema también lleva años y los vecinos se quejan sin que nadie los escuche.

La “nueva” Comisaría 5º, en 28 entre 61 y 62, ya es una gran muestra de automóviles robados, secuestrados y vandalizados. Igual que en la sede policial del centro de Los Hornos, en 137, 61 y 62, y en la subcomisaría La Unión, de 137 y 526. La lista continúa.