Juanchi Baleirón: “La comunicación con el público es completa: no es sólo tener el rol de rockero”

Los Pericos volvieron en marzo de una gira por Estados Unidos y se encuarentenaron en una misma casa, una experiencia “genial” que el viernes recrearán en un evento conceptual vía streaming

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Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

Juanchi Baleirón, líder de Los Pericos, reniega de los que creen que vivimos en una “nueva normalidad” al punto de que se le “ponen los pelos punta” cuando lo escucha mencionar “porque esto no tiene nada de normal”, según dice entre risas en diálogo con EL DIA. En todo caso aceptaría una “nueva cotidianidad” para referirse a este presente virulento que nos ha desafiado a todos a adaptarnos a situaciones extrañas, y que llevó a Pericos a no haber parado casi un segundo desde que el país entrara en pausa a causa de la pandemia.

“Es que somos culo inquieto”, regala Juanchi un título tentador para esta nota telefónica en la que decide viajar al pasado. “Pericos fue la segunda banda que tuvo una página web (la primera fue Soda), y desde ahí siempre estuvimos arriba de todo lo que fue tendencia”, se entusiasma el vocalista, recordando que el sitio de la banda fue pionero en permitir que los fans dejaran sus comentarios.

“Siempre estuvimos pendientes, respetamos y valoramos la comunicación electrónica, y con la explosión de las redes sociales, más todavía. Tratamos de mostrarnos y de hacer cosas que tengan que ver con entender que la comunicación con el público es completa: no es sólo hacer música y tener el rol de rockero”, remarca.

De hecho, Baleirón lidera holgadamente el ranking caprichoso de esta periodista como uno de los artistas más piolas en cuanto al contacto directo con el público, siempre predispuesto al ida y vuelta en cuestiones que exceden lo meramente musical: los debates gastronómicos y sobre vinos (algo de lo que mucho sabe gracias a su MalbecasterWines) son de los más sabrosos en su perfil de Instagram.

CUARENTENA COLECTIVA

Los Pericos regresaron en marzo al país días, apenas días antes de que se dispusiera en ASPO. Venían de una gira internacional que los tuvo atravesando uno de los países más complicados a causa del COVID-19, Estados Unidos, lo que lo lleva a pensar que sí, que en algún momento “atravesamos la enfermedad, aunque sin síntomas”.

Una vez aterrizados en Argentina, enfilaron juntos para la casa de Baleirón. “Fue muy divertido, muy genial, tanto que los chicos siempre me dicen ‘che, ¿cuándo volvemos?’”, cuenta, entre risas.

Tras quince días de aislamiento compartido, cada Perico retornó a su hogar y desde la distancia se mantuvieron unidos, como desde hace 34 años, cuando a mediados de la década de los ochenta salieron a luz desde la escena del reggae y el ska.

Luego de los vivos de Instagram, que fueron incontables, entre sesiones musicales y charlas, la banda siguió grabando, presentando comentados feats, reversiones y ahora está trabajando en dos nuevos discos que “ya tenemos en puerta”: el que iba a salir este año y otro, sugerido por Sony, que los mostrará poniéndole su impronta a clásicos del repertorio latinoamericano, de todo tipo y color.

Pero eso no es todo porque, en paralelo a esta intensa actividad, Pericos afrontó la llegada del streaming con holgura, lo que les permitió no sólo hacer sus presentaciones sino, además, ser parte de eventos y festivales ajenos como el Cosquín Rock que, sin embargo, vivieron como propios.

Lejos del rubor que para algunos artistas implicó esta nueva forma de comunicación virtual, Los Pericos lo abordaron sin pruritos.

“Es ridículo compararlo con un show standard y no tiene sentido hacerlo: hay que ponerse en sintonía del show de televisión o show de radio. Apelás a la experiencia sobre esa dinámica y la pasás genial”, comparte el artista la fórmula para pasarla bien en estos encuentros a través de las pantallas.

El viernes, desde la casa de Marcelo, el percusionista, la banda ofrecerá “Asado con Pericos”, una experiencia conceptualizada que busca invitar al público a compartir un momento íntimo, con el que prometen pasear por diferentes estadíos musicales. Las entradas están disponibles en www.pericos.com.

“Arrancamos con un set acústico, de temas de todos los tiempos, con canciones pegaditas, con pianito, sin batería y con percusiones muy minimalistas; de ahí pasamos a un set electrónico cien por cien, en un cañaveral de la casa, donde yo solo canto; después hacemos otro desde un quincho, con un set estándar de formato clásico de banda; y cerramos con una despedida de fogón, un fogonazo, con percusiones chiquitas, algo re contra íntimo”, adelanta Juanchi la estructura de esta experiencia que cerrará cuando el dueño de la casa lleve el asado a la mesa y los Pericos se predispongan a brindar por lo que vendrá, quizás con alguna sorpresita para el público.

A Pericos les pareció “lindo poder conectar con la gente desde otro lugar”, por eso alienta su frontman a los artistas a que, a pesar de las restricciones, se animen a buscar una vuelta de tuerca a los streamings para hacer algo que vaya más allá de la linealidad.

Y en esta búsqueda de nuevas sensaciones, el grupo aceptó sumarse a la novedad de los autoconciertos y se prepara para debutar el 29 de octubre en el Mandarine Park.

“Hablando en tono ridículo y exagerado, siempre digo que le pongan unas polleritas de goma a los autos y hagan autitos chocadores que, dada esta situación, serían autitos pogueadores”, bromea el músico entusiasmado con materializar esta posibilidad que los volverá a enfrentar al público después de siete meses entre pantallas.

“Va a ser muy divertido”, aventura Juanchi, feliz de volver a tocar “con un sistema de PA”, que generará “una energía distinta” con la que vienen trabajando.

ESPERAR LO INESPERADO

Admite Baleirón que nunca había soñado siquiera con esta rareza de los autoconciertos, pero no le teme a salir de la zona de confort.

“Es esperar lo inesperado, es así, todo es así. Y ni te cuento en la parte emocional: yo describo toda esta situación como una revolcada de olas que arrancó en marzo y todavía no te soltó. Estás en un subibaja permanente, que te hace protagonizar situaciones muy raras”, reflexiona.

“En este momento, nadie está tan libre en la cabeza como para ir pensando en el ocio. Estamos todos pensando en que es lo que va a pasar”, dice Juanchi que, sin embargo, se reconoce muy esperanzado con el mundo post pandemia. Para el artista, recién ahí se pondrá por fin poner blanco sobre negro: “Cuando estemos en la nueva normalidad, que llegará recién con la llegada de la vacuna o de la inmunidad que lograremos por h o por b, nos vamos a inspirar en lo que vivimos en cuarentena; porque la inspiración, al menos en los músicos, creo que aparece cuando las cosas suceden y son determinadas, y son claras. Hechos concretos. Y esto no tiene final. Cuando hayamos cerrado esta etapa, recién ahí va a surgir la inspiración para escribir cosas lindas, nuevas historias”.

Mientras tanto, porque está convencido que la reactivación “no va a ser de golpe, y que llevará su tiempo”, resta seguir tratándose de adaptar. Algo de lo que Pericos conoce bien.

“Hemos pasado por todo: desde problemas internos, a problemas socioeconómicos en el país, a crisis en la industria, a cambios de tendencias, de gustos, a la explosión de otros géneros, como el rock, ahora el avance del trap y los ritmos urbanos, las nuevas formas de consumo, los cambios de formatos, Spotify, los millennials… Hemos pasado por todo y aún así seguimos”, manifiesta.

Firmes, como referentes de una escena que se muestra “siempre saludable”, Pericos ha destacado con una impronta propia, dentro de un género que define como una “linda mezcla de cadencioso y amigable” que también ofrece “un mensaje de conciencia”, aunque se sincera al decir que tampoco “todo es conciencia y amor en el reggae”.

A la hora de hacer balances, admite que cuando “te ponés a pensar, ves que hay de todo y sobrevive y genera siempre algo agradable. Después pasa la zaranda y trascienden los que tienen algo, los que tienen personalidad, los que suenan como naturales, auténticos, los que tienen algo que aportar, los que están siempre ahí arriba”.

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