U2 irrumpía hace 40 años con “Boy” y su sonido comprometido
Edición Impresa | 19 de Octubre de 2020 | 04:16

En medio de una escena marcada por los coletazos del período punk pero con un sonido propio que lo diferenciaba del resto de las bandas, el grupo irlandés U2 comenzaba hace 40 años a escribir su rica historia con el lanzamiento de “Boy”, su prometedor disco debut que permitía avizorar el rumbo que tomaría el rock en los años ‘80.
Con letras que daban cuenta de la idiosincrasia política y social irlandesa, y con un tratamiento en la guitarra y en la voz que le otorgaba un rango distintivo; U2 empezaba a mostrar con este disco las credenciales que la convertirían en una de las bandas más importantes dentro del mainstream rockero.
Aunque para ese entonces el grupo llevaba cuatro años intentando forjar su estilo, el lanzamiento de esta placa, ocurrido el 20 de octubre de 1980, que contenía el hit “I will follow”, marcaba la senda que comenzaría a recorrer el cuarteto integrado por el cantante Bono, el guitarrista The Edge, el bajista Adam Clayton y el baterista Larry Mullen Jr.
En el plano sonoro, la mano del productor Steve Lillywhite resultaría clave para encontrar el equilibrio entre las sencillas y precisas bases rítmicas marcadas por el bajo y la batería; la fuerte presencia de la personal guitarra de The Edge y la expresiva voz de Bono, quien además daba indicios en sus primeras líricas de sus inquietudes humanitarias.
POSICIONADO
Todos estos ingredientes que aparecían en “Boy” posicionaban a U2 en un sitio único dentro de la escena rockera de la época que, tras la explosión punk, se debatía entre los aires lúgubres de bandas como Joy Division, Bauhaus y The Cure, el pop de sintetizadores que dominaría gran parte de los ‘80, la estridencia sonora del hardcore o las experimentaciones ligadas al art-rock.
Acaso el hecho de que a último momento desistiera de producir el disco Martin Hannett, responsable del sonido de Joy Division, y se optara por Lillywhite en su lugar, haya ayudado a que el rol del bajo y la batería tomara distancia de las propuestas más “oscuras” de la época.
Por su parte, la guitarra de The Edge, marcada por los estridentes rasguidos que ponían énfasis sobre las cuerdas medias y agudas a través del uso de efectos de eco, se distinguía respecto a los power chords del hardcore o el toque escuálido de bandas como Talking Heads, por citar un ejemplo.
En tanto, las líricas serias de Bono se alejaban de la ironía pop y llenaban de contenido político a la rebeldía punk que todavía atravesaba la escena. Además, sus dotes técnicas como cantante eran superiores a las de otros vocalistas de la época.
MARCAR DISTANCIA
Con su estilo, el combo también marcaba distancia con los dos grupos más famosos de Irlanda de aquellos años: Thin Lizzy, caracterizado por un contundente hard rock; y The Pogues, que mezclaba punk clásico con sonidos tradicionales de la música popular de ese país.
La irrupción de U2 en la escena grande con este disco alimentó algunas leyendas que, curiosamente, nunca fueron del todo aclaradas, como esa que afirma que un joven Bono había acordado una cita con John Lennon, uno de sus héroes musicales, para mostrarle su trabajo y pedirle consejos, la cual se frustró con el asesinato del ex Beatle, en diciembre de ese mismo año.
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