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Información General |Tantas veces se dijo que algo era peligroso y no fue así, que sólo el tiempo dirá si la medida tiene sustento

Sin aire acondicionado, a cruzar los dedos para que no haga calor

La Provincia prohibió su uso en alojamientos este verano para evitar brotes de COVID-19 en centros turísticos. Expertos explican su efecto sobre los “aerosoles” emanados

Sin aire acondicionado, a cruzar los dedos para que no haga calor

Al reciclar el aire en ambientes cerrados podrían diseminar el virus

22 de Octubre de 2020 | 02:38
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Si ya de por sí el uso del aire acondicionado genera cada verano una dura brecha entre quienes le escapan y quienes no pueden vivir sin él, la sospecha de que estos equipos podrían contribuir a propagar el COVID-19 hace prever este año enfrentamientos de una magnitud todavía mayor.

Aunque el tiempo dirá si la reciente decisión del gobierno bonaerense de prohibir su uso este verano constituye una previsión acertada o, como ha sucedido ya con otras medidas, una exageración, lo cierto es que algunos especialistas han comenzado a advertir sobre la capacidad de estos equipos de diseminar la enfermedad.

“El aire acondicionado toma el aire ambiental, obviamente sin coronavirus, y lo hace circular”. El problema es que si alguien que se encuentra en ese interior está infectado, “esa corriente podrá trasladar al virus por todo el ambiente cerrado”, generando un “efecto turbina”, explicó el infectólogo Eduardo López, uno de los asesores presidenciales en materia de COVID-19.

A lo largo de los últimos meses ha surgido en el mundo cada vez más evidencia del fuerte papel que cumplen las pequeñas partículas exhaladas o “aerosoles” en el contagio de COVID-19. Y los equipos de aire acondicionado, al reciclar el aire de ambientes cerrados en lugar de renovarlo, careciendo a su vez de filtros para virus, podrían contribuir a su diseminación.

“El problema con los aires acondicionados es que reciclan el aire. Entonces cuando uno cierra las ventanas aumenta la concentración de los aerosoles que las personas emanan”, explicó el médico cardiólogo Martín Lombardero, quien desde el inicio de la pandemia se ha dedicado a estudiar el vínculo entre estas pequeñas partículas emanadas al respirar y el COVID-19.

Para ayudar a entender el riesgo potencial que implica el uso del aire acondicionado en un escenario pandémico como el actual, el especialista explicó que “las personas exhalan de manera permanente aerosoles que son muy pequeños y vienen de la parte más profunda del sistema respiratorio, de las cuerdas vocales y de la boca. Cuanto más cerca de la boca están más grandes son. Si bien cuando son grandes esas macro gotas pueden llegar sólo hasta dos metros y luego caen, al tratarse de aerosoles de menos de 100 micras (milésima parte de un milímetro) pueden quedar suspendidos en el aire” y ser eventualmente diseminados por los equipos de climatización.

“El coronavirus tiene un diámetro aproximado de 0,12 micras y no está flotando aislado en el aire pero sí está inmerso y es transportado por los aerosoles. En esos aerosoles existe material viral que es inclusive replicable, lo cual sugiere viabilidad”, señaló el profesional.

Con todo, reconoce, el riesgo de contagio que implica usar el aire acondicionado se circunscribe sólo a ambientes cerrados donde confluyen personas que no conviven entre sí.

“Si estoy en mi casa con mi núcleo familiar puedo cerrar todo y prender el aire; pero si estoy en un espacio donde hay más personas que mis convivientes entonces hay que abrir las ventanas, lo que va a implicar un gasto extra de electricidad”, ejemplificó.

Si bien al principio de la pandemia la Organización Mundial de la Salud sólo lo reconocía la transmisión del COVID-19 por gotas de saliva proyectadas al hablar, toser o estornudar, las evidencias reunidas por distintos estudios llevaron a que terminara por aceptar recientemente la existencia de contagios por pequeños aerosoles emanados al respirar.

Fue en base a evidencias como éstas que el martes pasado, al anunciar los protocolos de la Provincia de Buenos Aires para la temporada de verano, el gobernador Axel Kicillof informó que “en hoteles y restaurantes se restringirán los lugares comunes en espacios cerrados, sólo se autorizará la ventilación natural o por ventilador y se prohibirá el aire acondicionado”.

El aire acondicionado no sólo no elimina el virus en su proceso de filtrado sino que además puede empeorar el nivel de desplazamiento de los aerosoles emanados en un lugar cerrado sin ventilación”

Martín Lombardero Médico

 

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