Voto contra Venezuela en la ONU abre una grieta en el Gobierno con el kirchnerismo

El sector que responde a Cristina -que se mantuvo en silencio- salió a cuestionar el giro en la política exterior, con Alicia Castro a la cabeza

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Venezuela ha detonado el primer cortocircuito, al menos público, dentro del frente político que gobierna el país. Es que la decisión de apoyar el informe sobre la nación caribeña elaborado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, que denuncia escandalosas violaciones a los derechos humanos, ha generado tensiones en la administración de Alberto Fernández, por la disconformidad de miembros de la facción kirchnerista con ese “giro” en la política exterior.

La polémica interna se encendió cuando, en un comunicado emitido el miércoles, la Cancillería expresaba que, en la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, votaría a favor del trabajo realizado por Bachelet, e instaba al Gobierno de Nicolás Maduro a que “conduzca investigaciones prontas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre las alegaciones de violaciones a los derechos humanos, lleve a los perpetradores ante la Justicia y garantice una reparación adecuada a las víctimas’’.

Este giro diplomático del gobierno del Frente de Todos respecto a la postura tradicional de apoyo a Venezuela que mantuvo el kirchnerismo durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo como primera consecuencia la renuncia de la designada embajadora en Rusia, Alicia Castro, dirigente afín a la expresidenta.

“Hoy (por ayer) quiero presentar mi renuncia como embajadora, porque no estoy de acuerdo con la actual política de Relaciones Exteriores’’, dijo Castro en una carta que hizo pública.

La diplomática, que fue embajadora en Reino Unido y Venezuela durante la anterior gestión kirchnerista, agregó que “el voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de (Mauricio) Macri’’, un feroz crítico de Maduro durante su gestión de 2015-2019.

PEDIDO DEL PRESIDENTE PARA QUE SE QUEDE

Según Castro, el presidente Alberto Fernández le pidió que “revea su decisión” de declinar su nombramiento en esa delegación diplomática. “Sí, efectivamente, hemos tenido un intercambio telefónico en donde me pidió que revea la decisión que tomé”.

La también exdiputada nacional, que participó de la Alianza y luego se enroló en las filas del kirchnerismo, contó que su intercambio telefónico con Fernández “fue muy breve, donde yo le dije que esperaba que le hubiera llegado bien mi carta, porque no estaba segura de los correos electrónicos que lee habitualmente”.

Castro detalló que le expresó al Presidente que “lamentaba mucho” la decisión del Gobierno de respaldar con su voto el informe de Michelle Bachelet.

La ex sindicalista de los aeronavegantes, reprochó también en Twitter al canciller Felipe Solá porque votó “la Resolución del Grupo de Lima” -en referencia a la alianza de países con gobiernos de centro derecha que desconoce el régimen chavista- “condenando a Venezuela, con (Jair) Bolsonaro, (Iván) Duque, (Sebastián) Piñera, (Martín) Vizcarra, en cuyos países se violan flagrantemente los Derechos Humanos”.

El presidente Fernández ni su vicepresidenta Cristina se pronunciaron públicamente hasta anoche sobre la votación del martes contra el gobierno de Venezuela. Pero hablaron otros dirigentes que adscriben al espacio político liderado por los Kirchner lamentaron el voto argentino ante el consejo de Derechos Humanos de ONU.

Bonafini pide perdón y llamado a maduro

“Le quiero pedir perdón al pueblo de Venezuela y a Maduro y también a (Hugo) Chávez, que nos dio una mano cuando nadie nos daba nada’’, expresó Hebe de Bonafini, la líder de las Madres de Plaza de Mayo, en declaraciones radiales.

“Estoy avergonzada de lo que hicieron, avergonzada del canciller (Felipe Solá). Es un tipo que no sabe dónde está parado y qué está representando... perdón Maduro, perdón pueblo venezolano por lo que hizo el canciller, perdón en nombre de las Madres y de los millones de argentinos que estamos avergonzados de tener este canciller. Mil veces perdón’’, lamentó.

Por su parte, el dirigente social Luis D’Elía mostró su inquietud por la situación y llegó a anhelar una llamada telefónica de Fernández a Maduro que “ayude a ordenar las cosas”.

“Sinceramente creo que si hoy hay un llamado telefónico de Maduro y Alberto, seguramente atrás debe estar la mano de Cristina Fernández de Kirchner y de Cuba, esa Cuba revolucionaria que ilumina permanentemente el continente”, señaló y consideró que, “más allá de la bronca”, es “el momento de actuar con responsabilidad y respaldar mucho a Cristina”, agregó.

Esas palabras de D’Elía sirvieron para especular sobre esa posible llamada de Alberto F. a Maduro para explicarle por qué el gobierno argentino respaldó el crítico informe de la ONU contra el país caribeño. Pero hasta anoche, eso no habría ocurrido.

Si trascendió que el mandatario tuvo una larga charla por videoconferencia con la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anticipándole la postura que iba a tomar Argentina en la reunión del miércoles en Ginebra.

Alberto Fernández, que siempre ha reconocido a Maduro, decidió no abandonar el Grupo de Lima al justificar que en esa plataforma el país también podría expresar su postura, inclinada a favorecer el diálogo político en el país caribeño para lograr una salida a su dilatada crisis económica, política y social desde la no intervención exterior, y para condenar los bloqueos hacia esa nación.

El comunicado difundido por Cancillería especificaba que el Presidente “dio instrucciones” sobre la posición a fijar por la representación argentina en Ginebra. “El diálogo y la cooperación con las autoridades, las respuestas eficaces a las exhortaciones manifestadas en los diferentes informes, sumados a los mecanismos de protección esenciales, son fundamentales para revertir la actual situación en derechos humanos en Venezuela”, destacaba el texto. Toda una postura contraria a la que había manifestado días antes el representante argentino ante la OEA, Carlos Raimundi.

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