Los extraños olvidos en una docuserie sobre el caso García Belsunce
Edición Impresa | 8 de Noviembre de 2020 | 05:30

La plataforma Netflix estrenó su versión docuserie del crimen de María Marta García Belsunce, basada en buena parte con los testimonios de sus familiares, en su momentos acusados por el hecho y por encubrirlo, y el fiscal que investigó.
La serie dejó en el tintero algunas instancias claves del caso, como por ejemplo la vida que le tocó vivir al médico berissense Santiago Biasi, después de sus reveladoras declaraciones en el expediente que más tarde serían comprobadas por la autopsia y otras pericias como la prueba de Luminol que dejó ver manchas de sangre en la habitación contigua al baño donde mataron a García Belsunce. Biasi fue despedido de su trabajo y amenazado y la serie olvidó ese detalle.
Otro punto que llamó la atención por su ausencia fue el testimonio que en su momento dieron el ex gerente de una funeraria y un médico vecino del Carmel.
Manuel Nolting, un ginecólogo amigo de la familia afirmó que le impidieron ver el cadáver.
En tanto Oscar Sierco y su esposa Yolanda Giménez le dijeron a los jueces María Angélica Etcheverry, Luis Rizzi y Hernán San Martín, que la noche del asesinato se presentó Guillermo Bártoli, cuñado de la víctima acompañado por Miguel Taylor, esposo de la vecina Pichi Taylor, y preguntó cómo era el trámite para cremar el cuerpo.
Sierco declaró que Bártoli le dio un domicilio de la calle Junín en la CABA y a partir de ahí él confeccionó un certificado de defunción, que luego originó una causa penal por la supuesta falsificación del documento, ya que María Marta había sido asesinada en Pilar, no en la ciudad de Buenos Aires.
“Llegaron Miguel Taylor y Guillermo Bártoli. El último de ellos me dijo que necesitaba contratar un servicio para cremación o para bóveda para una mujer que había muerto de un paro cardíaco mientras se estaba duchando. Entonces, pasamos al salón de exposiciones de ataúdes. Cuando miraban el cuarto cajón, Bártoli me preguntó cuánto costaba. Le dije que si era para poner en bóveda o nicho no servía porque era de mala calidad. Me dijo que no importaba porque en unos pocos días iba a ser cremada”, aseguró Sierco en el juicio, en un pasaje clave que la serie no mostró.
También el testigo refirió a Graciela Jáuregui, una empleada de la empresa SCI que agrupa a varios cementerios y funerarias, que le comentó que “su jefa en Lázaro Costa había recibido una llamada de Horacio García Belsunce (h.), hermano de la víctima, en la que preguntó por el servicio de una cremación en el cementerio Jardín de Paz”.
Jáuregui desmintió esos dichos y fue sometida a un careo que tampoco se mostró en la serie. En esa instancia la mujer, visiblemente nerviosa, repitió 14 veces la frase “no me acuerdo”.
“Esta señora tiene mala memoria. Esta gente -por los familiares de la víctima acusados en la causa por encubrimiento- fueron a contratar un servicio de cremación”, insistiría el testigo.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE