La divulgación borgeana

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La literatura fantástica de Jorge Luis Borges aparece por los huecos que dejan la ciencia y las matemáticas y el especialista en la intersección entre la economía y la estadística, Walter Sosa Escudero, estudia de forma entretenida y con tono de divulgación científica cómo emergen esos aspectos en la literatura del escritor argentino.

Sosa Escudero, autor de “Borges, big data y yo”, propone recorrer al escritor por sus “grandes éxitos”: “Funes el memorioso”, “El jardín de senderos que se bifurcan”, “La biblioteca de Babel”, “El idioma analítico de John Wilkins”, “Kafka y sus precursores”, “Pierre Menard, autor del Quijote” y el poema “Ajedrez”, porque como sostiene, justamente, el libro que escribió es una larga discusión de varios “portales” borgeanos para entrar a la ciencia y viceversa.

En el trabajo publicado por Siglo XXI, aclara el autor, el término “divertido” tiene un significado muy particular, tal vez más acorde al sentido en que es “divertido” leer a Kafka o escuchar la célebre “Chacona” de Bach.

“No sé si uno se divierte, pero, estoy convencido, se siente muchísimo mejor”, sostiene el especializa en econometría teórica aplicada al análisis de datos sociales, nacido en Buenos Aires en 1965 y autor de “Big data” y “Qué es (y qué no es) la estadística”.

“Por contradictorio que parezca asegura el autor-, lo fantástico y lo científico no se contraponen, o ambos tienen sus propias ‘porosidades’. Borges expresa fabulosamente esta falsa dicotomía cuando, en su prólogo a la edición castellana de “Matemáticas e Imaginación”, de Edward Kasner y James Newman, dice: “Sea lo que fuere, la imaginación y las matemáticas no se contraponen; se complementan, como la cerradura y la llave. Como la música, las matemáticas pueden prescindir del universo, cuyo ámbito comprenden y cuyas ocultas leyes exploran”.

 

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