Mauro Caiazza: “La música me permitió canalizar mis ansias como artista este año, seguir expresándome”

Al encontrar cerradas las salas para bailar durante la pandemia, el tanguero se volcó a la música y grabó un EP donde combina trap con sonidos tangueros. En una entrevista mano a mano con EL DIA, el artista habla del riesgo de cambiar, la crisis del arte en 2020, el amor y la soledad

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

Mauro Caiazza baila desde los 11 años. Un año más tarde, ya viajaba a Estados Unidos a bailar tango, la disciplina a través de la cual ha edificado una importante carrera en los escenarios argentinos y del exterior. Pero la pandemia cerró los caminos al escenario, y entones Caiazza decidió expresarse de otra forma: volviendo a su otro amor, la música.

“A los 15 años me regalaron mi primera guitarra. De adolescente tuve banda de rock, y al terminar la secundaria hasta empecé a estudiar guitarra clásica. Estudié un año y medio, hasta que me fui a capital federal a bailar. Siempre tuve la música ahí: estudiando, pero sin hacer alarde”, cuenta, en diálogo con EL DIA, Caiazza, desde Pérez, la localidad santafesina a la cual llegó para pasar las Fiestas, a días de lanzar su EP “De Fuelles y Flores”, cuatro canciones donde el artista se mete con el trap, aunque sin dejar de lado “la estética con la que voy a trabajar toda la vida, que tiene que ver con la música, el baile, con lo que pienso, la música que hago”. Por eso, entre las letras cantadas con autotune y la base rítmica, suena un bandoneón.

- ¿Por qué decidiste volcarte a la música ahora?

- Bueno, primero estaba el cuerpo, tuvo su momento, y tiene su tiempo útil. Pero ahora, con 35 años, siento que voy a seguir bailando, pero también siento que es como la vida de un deportista. Al “level” que entreno yo, tengo muchas lesiones, el cuerpo duele y me voy dando cuenta que baja el rendimiento. Yo empecé a tener problemas en las rodillas a los 15 años: me tuve que entrenar, calibrar el cuerpo constantemente para seguir, pero en un punto, el cuerpo te dice ‘che, aflojá un poquito’. Pero al aflojar, no van a aflojar mis ansias como artista: creo que la música me va a permitir canalizar eso, seguir en el arte, expresándome.

- De todos modos, tu parte de bailarín no queda de lado: están los videos, que coreografías vos, y además combinás el trap con el tango. ¿Te parece que de alguna forma el trap continúa esa tradición urbana del tango, y que también pasa por el cuerpo?

- Sí, al trap lo veo re tanguero. Nace como el tango, con una forma de expresarse que tienen los jóvenes hoy. Y creo que va a marcar tendencia, como en su momento fue el rock nacional, porque es un movimiento muy explosivo. Y lo mejor que tiene el trap es la manera en que se produce: con una computadora y en un home studio. Antes de la pandemia yo trabajaba con tres productores en un estudio, y cuando pasó esto se me cortaron las alas: no podía grabar, no podía bailar. ¿Y ahora? El trap me permitió descifrar esto, me dio las herramientas para grabar igual: pude sacar un EP, y ya tengo otro tema listo, y vienen otros temas en camino. Y eso pretendo para mi carrera: no quiero una disquera, no quiero que me prometan cosas, yo voy a ir haciendo de a poco, de abajo. La cuarentena para mi fue como para todos, muy difícil, pero logró hacerme sacar una faceta nueva de cómo producir mi arte, y me pone muy contento el hecho de hacerlo uno mismo.

CATARSIS Y PROTESTA

Aunque ya tenía algunas letras e ideas, Caiazza compuso el EP casi completamente en cuarentena, aprovechando las posibilidades del trap. Y la pandemia, claro, se metió inevitablemente en las letras: en “Desorientao”, se lanza contra la prohibición de realizar espectáculos artísticos que puso en jaque al arte durante este año.

“Ensayar es nuestra manera de calibrarnos, de meditar, es el ejercicio diario que te alimenta como bailarín, como artista. Eso no es que se perdió, pero se hizo difícil: para mi fue una tortura no poder bailar todos los días”

 

“Que me venís a decir que me quieres cuidar / Si no hay protocolo pa mi arte expresar / Te llenan de miedo así no te quejas, así no lloras más / Te digo wacho en verdad que no puedo callar con toda esta mierda que estamos pasando acá / Van seis meses encerrados, pinta un futuro apagado, pero este puto sistema no me va pinchar”, dispara el Caiazza trapero.

- ¿Necesitabas desahogarte por lo que ves que pasa en tu ámbito?

- La letra habla un poco de lo que le pasa a la cultura tanguera. Ahora, gracias a Dios, hace algunos días se está empezando a mover. Pero pensá que toda la cultura del tango quedó frenada, se cerraron escuelas que son clave, milongas que llevan 20 años funcionando. Y toda la gente que laburaba, no solo los artistas, se queda sin trabajo. Acá viene gente del extranjero a bailar tango, se generan millones con el negocio turístico del tango: es un patrimonio para nuestro país, y lo descuidaron totalmente. Nos pedían paciencia, no nos ofrecieron nada. Se cagaron en eso. Y sentí que nosotros alimentamos todo ese negocio desde chicos, yo desde los 11 años, y que el Gobierno nos daba la espalda, básicamente porque no tienen herramientas para ayudarnos. Entonces, dedicás toda tu carrera a algo y de repente no hay escapatoria. Nosotros no sabemos qué vamos a hacer a futuro, porque esto va a durar un par de años, la gente no va a poder viajar como antes… Por todo eso, salió una canción de protesta.

- ¿Cómo fue sobrevivir durante todo este año para tu compañía de baile y tus otros proyectos ligados al baile?

- Fue difícil, no podés bailar, no podés tener contacto, no podés ensayar… Ensayar es nuestra manera de calibrarnos, de meditar, es el ejercicio diario que te alimenta como bailarín, como artista. Yo ensayo todos los días, el bailarín tiene que estar en movimiento todos los días: si no lo nota tu cuerpo y lo nota el público. Eso no es que se perdió, pero se hizo difícil: para mi fue una tortura no poder bailar todos los días. Así que descargué por el lado de la música.

- Necesitabas descargar y te volcaste a la música. Pero por otro lado volcarte a la música precisaba de cierto coraje, teniendo en cuenta que la gente piensa cosas, espera cosas, dice cosas, y que te ven como un bailarín.

- Yo me siento seguro con lo que hice. Y lo voy a defender con todas las herramientas que tengo, incluido el baile. Yo había sacado un single antes de esto (se refiere a “Caminar de a dos”), pero con otra estética. La pandemia me hizo apostar a lo que yo puedo hacer. No es algo que le va a copar a todo el mundo, hay que escuchar este tipo de música, no es tan comercial. Es una estética nueva y hay que encontrar la gente que quiera escuchar esta música hecha con computadoras, con autotune y con bandoneón, una mezcla grande. Me la jugué por algo original, y lo voy a defender mucho bailando.

“Al trap lo veo re tanguero. Nace como el tango, con una forma de expresarse que tienen los jóvenes hoy. Y creo que va a marcar tendencia, como en su momento el rock nacional, porque es un movimiento muy explosivo”

 

JIMENA Y DESPUÉS

Justamente ese primer single, “Caminar de a dos”, que inició a Caiazza en el universo musical en 2019, fue realizado cuando todavía estaba en pareja con Jimena Barón, a quien conoció en 2018, en el “Bailando” y con quien salió por más de un año. El bailarín trabaja desde los 20 años de forma profesional con el tango, bailó en todas las milongas de Buenos Aires, creó su propio estilo, el tango freestyle, vivió en Las Vegas, viajó por el mundo, fue parte de “America’s Got Talent” y hasta trabajó en cine con Eugenio Zanetti y con Gustavo Santaolalla en Canadá en el musical “Arrabal”; pero en la mente del público, sigue siendo el ex de Jimena Barón ante todo.

Caiazza habla al respecto, aunque a regañadientes. Consultado sobre aquel romántico primer single realizado mientras estaban juntos, y al hecho de que Barón era actriz y se lanzó a la música, saltando de rubro como ahora intenta hacer él, reconoce que “sin dudas, fue muy inspirador”.

Barón inspiró mucho más que el coraje para dar el salto: su historia de amor resuena claramente en “En la mía”, otro de los temas del EP, donde Caiazza dice: “Dejaste una puerta sin cerrar / Maldito karma quiero superar / Y mi cabeza poder resetear / Quiero estar en la mía / Ya no quiero pensarte ni dedicarte estas rimas / Quiero estar en la mía / Soltar todo lo que era con vos y sentirme en la cima”.

- Hablaste mucho de cómo canalizaste inquietudes a través de la música este año. ¿En la letra de “En la mía” estabas canalizando esa separación?

- Sí, está bien leído eso. La verdad es que yo escribo, y después las canciones van creciendo, o no, vas viendo. Esa canción, particularmente, la arranqué hace bastante, cuando me separé, y después, cuando me puse a trabajarla, la desarrollé.

- ¿Cómo fue para vos cuando este año vieron a Jimena Barón con el Tucu López y lo confundieron con vos? Dijeron que habían vuelto, no debe haber sido fácil eso, cuando uno corta quiere tomar distancia…

- Ni idea, man. No tengo contacto con ella. No me interesa, pueden decir lo que quieran: yo estoy en la mía. Y que vos me estés preguntando por ella es una muestra más de que los medios necesitan hablar de eso para que les resulte interesante la nota. A mi no me resulta interesante, así que no hablo de eso.

- Se separaron el año pasado y este año te tocó estar encerrado y sin pareja. ¿Cómo viviste ese encierro en soledad?

- Yo dedico mi vida al arte, así que canalizo siempre por ahí. En un momento, antes de la cuarentena pensé en irme a mi pueblo, pero decidí seguir con esta vida, estar en esta búsqueda. Hacer la mía. Me quedé en un departamento en Buenos Aires, solo, porque sabía que tenía que reinventarme de alguna manera. Y pude hacerlo.

 

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