A la espera de la vacuna, en la Provincia advierten que habrá una segunda ola de coronavirus

Lo dijo el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, que llamó a “extremar los cuidados durante el verano” y a evitar el “descontrol”

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Mientras países de Europa transitan la segunda ola del coronavirus y la Organización Mundial de la Salud ya insta a evitar una posible tercera ola, el rebrote parece inevitable en la Argentina. Y así lo advirtió ayer el ministro de Salud de la provincia de Buenos, Daniel Gollan: “Habrá una segunda ola de coronavirus entre marzo y abril”, confirmó, al mismo tiempo que llamó a “extremar los cuidados durante el verano” y a “evitar que se instale masivamente el descontrol”.

También el especialista y coordinador de la Unidad Coronavirus del Conicet coincidió en que existe “la perspectiva de una segunda ola para marzo o abril”, por lo que deseó que “ojalá no se plantee, pero es muy probable. Esperamos que con las vacunas no sea un tsunami, sino una ola chiquita”. Para capear esa virulencia, el experto pidió además retomar aquellos cuidados “que se han relajada demasiado” y que son “los controles, el uso de barbijo, la higiene de manos, el no juntarnos en lugares cerrados”.

De acuerdo al vaticinio de Gollan, esa segunda ola de la pandemia “puede ser sobre gente que tiene más de 60 años o no” y explicó que “si vamos haciendo que la circulación sea solamente sobre gente que en general no tiene causas graves, eso nos ayuda a bajar la circulación del virus en la gente que tiene más peligro”.

Con más de 629.000 contagios confirmados y unos 21.000 fallecidos desde el inicio de la pandemia, la cantidad de infectados en la Provincia desciende en forma paulatina, aunque en una meseta alta que oscila entre los 700 y 800 casos diarios.

De ahí que, pese a destacar que los contagios por coronavirus “siguen bajando”, el ministro de Axel Kicillof se manifestó inquieto por el creciente aumento de la circulación y el desdén por las medidas de prevención: “Lo que nos preocupa es que vemos mucha movilidad y algunas escenas que no nos gustan. La circulación baja en temporadas de calor, pero ayudada con medidas de prevención”, subrayó.

En ese sentido, lamentó la realización de fiestas clandestinas que -como suele ser costumbre en esta época del año y con el buen clima como aliado- proliferan en municipios como La Plata. Esos festejos, al no respetar la distancia social, “no ayudan” a contener el virus. “Nos llegaron imágenes de las llamadas fiestas clandestinas, donde están todos sin barbijo y bailando en fiestas privadas, eso no ayuda para nada”, se quejó Gollan.

A esto se agrega el comienzo de la temporada de verano. Por caso, durante el fin de semana partieron hacia los destinos de la Costa Atlántica unos 530 mil personas, por lo que localidades balnearias como Mar del Plata, Villa Gesell, Pinamar, el Partido de la Costa y Monte Hermoso se vieron colmadas de turistas tanto en playas como en restaurantes.

Por eso, Gollan insistió en la necesidad de cumplir con las medidas de prevención de rigor, aún a sabiendas de la inminente llegada de la vacuna contra el COVID-19 al país. “Vamos a tener una vacuna relativamente en la proximidad del tiempo. Pero durante mucho tiempo va a convivir la vacuna con las medidas de prevención, porque no es que la vacuna resuelve todo en un día”.

Los mismos reparos había interpuesto días atrás el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García: “No quiero ser aguafiestas, pero la vacuna no resuelve el problema. La vacuna es fundamental para ir resolviéndolo, pero mientras tanto, y aun teniendo la vacuna, debemos mantener las medidas de cuidado”.

Para González García, “la vacuna lo que hará al principio es disminuir la mortalidad, porque se la vamos a colocar a los grupos vulnerables. Entonces, vamos a disminuir la mortalidad, que es el primer objetivo. Pero el segundo objetivo, que es inmunizar a la sociedad, generar la inmunidad de rebaño, eso se va a conseguir después de varios meses de vacunar y vacunar. Mientras tanto, las medidas de cuidado, como el distanciamiento, el tapabocas, el lavado de manos y demás, se tienen que mantener”.

Con todo, la semana pasada el presidente, Alberto Fernández, anunció su intención de vacunar antes de fin de año a unas 300 mil personas con la dosis rusa Sputnik V. El objetivo, se dijo, es que los primeros en recibir la vacuna sean trabajadores de la salud para luego continuar el operativo en enero con cinco millones de integrantes de grupos de riesgo y en febrero, con otros cinco millones.

Pero ayer, el titular de la cartera sanitaria bonaerense aclaró que no está confirmada la llegada al país de esas 300 mil dosis en diciembre. “Hay que ver si llegan”, alertó, para después confirmar “que las primeras vacunas podrían ser de la Sputnik V. De todo lo que llegue, a la provincia de Buenos Aires le toca el 40 por ciento. En relación proporcional son unas 120 mil dosis”.

De mínima, el plan de la Provincia para mitigar la pandemia en el territorio es vacunar a 5.750.000 personas de los denominados grupos de riesgo. “En una hipótesis, si la vacuna llegara a mediados de enero, recién para mediados de marzo estaríamos prácticamente con esa cantidad de población vacunada”, había estimado semanas atrás el ministro de Salud de la Provincia.

“La vacuna no resuelve todo en un día. Durante mucho tiempo va a convivir con las medidas de prevención”

Daniel Gollan, Ministro de Salud bonaerense

 

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