A trompadas, evitó un asalto en su carnicería de 28 y 48

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Al propietario de una carnicería situada en la esquina de 28 y 48, lo persigue la inseguridad: en 9 años que lleva al frente de su local, le entraron a robar en 15 ocasiones. En la mayoría de los casos fueron asaltos a mano armada y varios de ellos con violento comportamiento de los delincuentes.

Ese contexto explica por qué en la tarde del martes, como ya lo había hecho en otras ocasiones, decidió resistir un nuevo episodio de esas características.

Gerardo Torrico (47), dueño de ese negocio que lleva su nombre, ayer le contó a EL DIA las circunstancias que rodearon al violento intento de asalto que logró impedir a fuerza de audacia e impulsado por la indignación.

Simultáneamente, remarcó: “Lo hice para proteger a mis dos hijas, de 18 y 16 años, que estaban conmigo del otro lado del mostrador”.

“LOS VI Y LOS ENFRENTÉ”

Sobre el dramático momento vivido en su comercio, Torrico le dijo a EL DIA que “estaba haciendo unas cuentas, acompañado por mis hijas, cuando levanté la vista y observé que afuera corrían hacia la carnicería dos delincuentes con armas en mano. Y que otros dos se quedaron en el par de motos con las que llegaron”.

Restaban pocos minutos para las 7 de la tarde del martes.

Temiendo que esos ladrones pudieran tomar como rehén a alguna de sus hijas, el carnicero no lo pensó dos veces: “los vi venir y salí como hacia la calle para enfrentarme con los dos delincuentes que ya habían entrado al negocio”.

Enseguida, detalló que “estos delincuentes quisieron pasar del otro lado del mostrador, donde mis hijas escaparon rápido y llorando para el fondo hasta que se encerraron en el baño. Y yo agarré a uno de estos ladrones y le di algunas trompadas”.

Sin embargo, el cómplice del maleante agredido de inmediato intervino en su ayuda y “me pegó un culatazo en la cabeza. Lo mismo que al que le había pegado”.

Pese al estado de aturdimiento por los golpes que le aplicaron con el arma, Torrico salió a la calle y gritó que le estaban robando. “Justo pasó un patrullero que los vio y salió a perseguir a los cuatro asaltantes que huyeron en sus motos. Pero en 44 y 31 les perdieron el rastro, según vino después a contarme una policía que participó del operativo”, recordó.

Asimismo, Torrico consignó que “en el barrio tenemos el sistema de alerta vecinal con reflectores que iluminan la calle, pero en esos momentos de nervios y confusión, me olvidé de activar el mecanismo”.

El ataque en su local no fue un hecho aislado. Y precisó al respecto que “ya robaron en otros comercios y hace un año cerró un kiosco de 28 y 47, cansado de que les roben”.

“El domingo iremos a la comisaría 4ª a pedir seguridad”, adelantó.

 

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