Una oficial, a juicio por no evitar torturas a menores detenidos

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Una oficial de la policía bonaerense será juzgada desde esta semana como acusada de no haber evitado las torturas sobre cuatro adolescentes detenidos que murieron en una comisaría de Quilmes durante un motín en 2004, iniciado luego de que un efectivo le indicara a una de las víctimas que su hermanita de dos años había fallecido, lo cual resultó ser falso.

Fuentes judiciales informaron que por el mismo hecho otros diez policías, entre ellos un ex comisario, ya fueron condenados a penas de entre 3 y 19 años de prisión, de cumplimiento efectivo, por las muertes de Elías Giménez (15), Diego Maldonado (16), Miguel Aranda (17) y Manuel Figueroa (17).

Según los voceros, el segundo juicio por el caso comenzará este miércoles ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Quilmes por el delito de “omisión de evitar tortura”, que prevé una pena de entre 3 y 10 años de cárcel.

La acusada es la oficial Romina Guaquinchay, en actividad, para quien el fiscal de juicio Claudio Pelayo ordenó que sea investigada en el primer debate, ya que había sido señalada por haber estado presente en la seccional mientras sucedieron los hechos.

Según las fuentes, la imputación de la fiscalía fue que formó parte de un cordón policial que apaleó a los adolescentes cuando salían de las celdas y se dirigían a las duchas, pero no hizo nada para detener las torturas y, a su vez, al menos dos testigos la mencionaron con un palo en la mano.

Otros diez policías fueron sentenciados el 19 de octubre de 2015 a penas de entre 3 y 19 años por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 quilmeño, conformado por los jueces Alicia Anache, Armando Topalián y Alejandro Fortunato. Pero un fallo de la sala III del Tribunal de Casación Penal dispuso luego el reencuadre legal de las penas al quitar agravantes y poner como atenuante “el excesivo paso del tiempo en la sustanciación del proceso penal”.

Por este motivo, el TOC 3 debió dictar nuevamente sentencia, pero aplicó penas levemente inferiores a las del primer juicio.

El hecho ventilado en el debate ocurrió la noche del 20 de octubre de 2004, cerca de las 23.30, cuando los detenidos iniciaron una quema de colchones en sus celdas de la comisaría situada en la esquina de Alem y Sarmiento, en pleno centro de Quilmes.

Según la investigación, al momento de iniciarse el conflicto había 17 adolescentes detenidos en la dependencia, siete de ellos en un calabozo y los restantes 10 en otro.

Durante la tarde, los policías ingresaron en las celdas, los hicieron desnudarse y los golpearon, lo cual era una “práctica sistemática”, según declararon varios testigos, quienes añadieron que los detenidos eran obligados a pelearse entre sí y los uniformados “apostaban” a ver quién ganaba.

Esa noche, un oficial le dijo a Maldonado que su hermanita de dos años había muerto -lo cual era falso-, por lo que el joven empezó a gritar para que lo dejaran salir e ir con su familia, lo cual generó el motín.

 

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