Platenses varados, entre el drama y el deseo de volver

Aún son varios los platenses que se encuentran varados en diferentes partes del mundo a causa de la pandemia de coronavirus (COVID-19). Cada historia tiene sus particularidades, aunque todas tienen un punto en común: van del drama al deseo de volver a casa cuanto antes.

En medio del océano hay un matrimonio arriba de un crucero que nadie quiere recibir; en Cuba un grupo de rugbiers veteranos fueron a jugar un torneo benéfico que quedó trunco; mientras que en Costa Rica los platenses se sumaron a un grupo organizado de más de 250 argentinos.

VARADOS EN MEDIO DEL OCÉANO

Los platenses Juan Federico Henning (69) y Claudia Osiani (66), quienes viven en el country Grand Bell, están viviendo una historia de película arriba de un crucero que vaga por las aguas hace varias días y nadie quiere recibir. La embarcación primero hizo intentos frente a las costas chilenas y ahora tomó rumbo hacia el Canal de Panamá

Comparten el barco con otras 1.243 personas, de las cuales 42 han experimentado síntomas de gripe muy fuerte, razón por la que son rechazados en todos los puertos a los que han querido llegar por miedo de que estén infectados por el COVID-19.

El crucero es “Zaandam”, de bandera neerlandesa, cuyo plan es desembarcar a sus pasajeros lo antes posible mientras sigue rumbo a Florida, El barco partió el último 7 de marzo desde el puerto de Buenos Aires y lleva gran cantidad de pasajeros franceses. Estaba previsto que llegara el 21 de marzo al puerto de San Antonio, en la costa central de Chile.

Los hijos de este matrimonio platenses, Federico, Florencia y Bernardo, están más que preocupados por la falta de contacto. Uno de ellos es piloto de Aerolíneas Argentinas y está buscando la forma de poder traer a sus padres de regreso.

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FUERON A JUGAR AL RUGBY A CUBA Y NO SABEN CUÁNDO VOLVERÁN

Un grupo de once veteranos del rugby platense viven por estas horas la incertidumbre de no saber cuando y cómo podrán volver a casa desde Cuba, a donde fueron a jugar un torneo benéfico que organiza una entidad internacional dedicada a la lucha contra el cáncer.

Los viajeros son miembros de uno de los grupos de Plaga (así se conoce a la selección platense de veteranos y a los veteranos de los diferentes clubes locales) y acudieron al llamado solidario para lo que se costearon viaje y la estadía, según contó uno de los integrantes, el médico infectólogo Ricardo Hugo Pérez que viajó junto a sus compañeros Pablo Ferraro, Diego Ostermann, Diego Carabas, Fernando Lafuente, Gabriel Belintende, Claudio Díaz Abasgogoitía, Luis Di Santo, Ricardo Schroder, Guillermo Lombardi y Guillermo Canu. En total eran 16, pero cinco consiguieron regresar antes de los cierres aéreos y la cuarentena.

“El torneo se suspendió, aunque lo importante es que el fin solidario se pudo concretar. El tema es que teníamos pasajes de regreso en diferentes fechas y algunos pudieron volver y otros 11 quedamos acá, en la incertidumbre”, aseguró Pérez.

LOS VARADOS EN COSTA RICA, UNIDOS Y ORGANIZADOS

Los más de 250 argentinos varados en Costa Rica, entre ellos varios platenses, unieron sus fuerzas para intentar regresar al país. Los vuelos de regreso que tenían programados se fueron suspendiendo en los últimos 10 días y hoy por hoy no saben cuándo estarán nuevamente en suelo argentino. Aseguran que hay varias personas dentro de los grupos de riesgo y la preocupación por la falta de dinero para hospedaje y comida va en aumento.

“El torneo que fuimos a jugar a Cuba se suspendió, aunque el fin solidario se pudo concretar”

Ricardo Hugo Pérez
Varado en Cuba

“Desde que empezaron a cancelarnos los vuelos, el 15 de abril aproximadamente, fuimos poniéndonos en contacto. Al principio éramos 5, luego 11 y a la fecha 250. Esto hizo que tengamos que organizarnos necesariamente ya que ni el Consulado y ni la Cancillería sabían qué hacer o decirnos. Los que estamos y pudimos venir a San José de Costa Rica nos reunimos el lunes frente al Consulado. Fuimos aproximadamente 90”, le indicó a este medio Ángela Duran, una de las encargadas de la prensa.

Teniendo en cuenta las profesiones de cada uno, se fueron dividiendo en grupos: “Ayer (por hoy) un grupo se reunió con el cónsul interino; otros que trabajamos en prensa nos ocupamos de la comunicación; y un grupo de médicos y sociólogos se encargan del relevamiento de quienes somos”, aseguró Duran.

Ante la consulta de dónde son los argentinos varados en el país centroamericano, respondió: “De todo el país. La Plata, Azul, Salta, Tucumán, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Bahía Blanca y Capital Federal”.

Si bien todos quieren poder regresar cuanto antes a la Argentina, la prioridad está puesta en aquellos con algún riesgo. El comunicado que emitieron el pasado lunes por las redes sociales, en relación a este tema, indica: “Sabemos que la situación a nivel mundial nos dicta establecer prioridades. Por ende, creemos que aquellas personas que conforman el grupo de riesgo deben ser las primeros en regresar. Ademas, todos asumimos el compromiso de respetar la cuarentena obligatoria y las medidas de higiene establecidas por el Estado argentino”.

Siguiendo con el mismo tema, el escrito especifica: “Entre nosotros contamos con adultos mayores, personas con discapacidad, pacientes oncológicos, asmáticos, diabéticos, cardiópatas, entre otros. Muchos de ellos con tratamiento médico crónico pero planificado para su estadía, que hoy se ve alterada agravando su condición día a día”.

“Desde que empezaron a cancelarnos los vuelos nos fuimos poniendo en contacto. Ya somos más de 250 argentinos”

Ángela Duran
Varada en Costa Rica

Al igual que le ocurre a otros miles de argentinos varados por el mundo, una de las mayores preocupaciones es el gasto económico a enfrentar en los próximos días para tener un alojamiento y conseguir alimentos.

“Las necesidades económicas en términos de hospedaje y alimentación se van acrecentando con el pasar de los días, quedando muchos argentinos sin los medios necesarios para solventar su estadía”, aseguran desde el grupo.

Muchos temen que esta situación se extienda por mucho tiempo más y les sea imposible, desde el aspecto económico, alojarse en algún lugar para pasar los días en Costa Rica.