¿Arranca o no arranca? Así fue la reapertura de talleres mecánicos y gomerías en la Región
| 13 de Abril de 2020 | 11:27

El viernes, cuando el presidente Alberto Fernández comunicó su decisión de extender la cuarentena hasta el 26 de abril, los comerciantes cuentapropistas, esos que viven de la labor del día a día, se agarraron la cabeza. Seguir a esta altura con las persianas bajas en sus emprendimientos es un golpe durísimo al bolsillo y, por ende, a la economía de sus hogares. Sin embargo, el mandatario sumó a la lista de actividades "esenciales" dos rubros que recibieron la medida como un verdadero bálsamo: los talleres del automotor y las gomerías.
"La cuarentena seguirá como hasta ahora", dijo el presidente, pero por otro lado dio luz verde a estos sectores de la asistencia del automotor necesarios para que cada uno pueda desplazarse a su lugar de trabajo a sabiendas de que ante cualquier contingencia talleristas y gomeros estarán a disposición. Como se sabe, el auto o la moto se han convertido por estos días de pandemia en un medio de desplazamiento fundamental para evitar el contacto en el transporte público, que dicho sea de paso, por lo menos en La Plata y alrededores, ha mermado notablemente sus frecuencias. Pero también necesitan asistencia mecánica los camiones, las ambulancias y otros tantos rodados afectados a actividades imprescindibles para este presente de emergencia sanitaria.
Acerca de la pregunta inicial, de si la actividad arranca o no arranca, parafraseando a una conocida publicidad, desde un taller mecánico de 44 y 185
(Taller Cammertoni), en Lisandro Olmos, contaron a eldia.com que en este primer día de reapertura del local "la actividad es más bien limitada, con poco movimiento de clientes, aunque se espera un repunte".
Juan Pablo, uno de los talleristas, consignó que a partir de hoy la actividad se desarrolla de forma estratégica, priorizando a los automovilistas que se desempeñan en el rango de las denominadas actividades "esenciales". "Han llamado clientes de fábricas y tuvimos que decirles que no vengan. Estamos dando prioridad a personal policial, del servicio penitenciario, de salud. Atendemos en todo caso según la urgencia".
El técnico explicó que si bien en el local la cuestión de la higiene es cosa habitual, para el caso de este contexto de asedio de la Covid-19 se han extremado al máximo las medidas sanitarias, por lo que se han provisto de alcohol en gel, barbijos, máscaras, guantes y pulverizadores para todos.
Además, el taller ha cerrado su acceso frontal y sólo dispuso un acceso lateral "para evitar un eventual rejunte de personas" y protegerse tanto ellos como los clientes. "Se los atiende en la puerta y se evalúa la urgencia del caso", sostuvo.
No todo es romanticismo en este raro retorno a la actividad y la algarabía será un asunto que deberá esperar. Así lo dio a entender Juan Pablo. Es que al escaso movimiento de clientes, por un lado por la poca gente en la calle y por las restricciones que ha tomado este comercio, y los cuidados preventivos, hay que sumar que el funcionamiento del taller depende de una cadena que está ciertamente estancada por la pandemia, la cual abarca también a casas de venta de repuestos, distribuidoras y fabricantes.
"Llamamos a las casas de repuestos y con suerte puede haber alguien que te atiende. A lo mejor abren y tenés que mandar a buscar el repuesto en un remís. Te atienden en la puerta. Las consultas son más limitadas que la nuestra", señaló. Pero lo más complicado para los locales, dijo el tallerista, es que están un tanto "desorientados con los precios". "Por momentos no saben qué precio cobrarte", enfatizó.
"En esta cadena ellos también deben lidiar con las distribuidoras, que están todas en capital federal y alrededores, y se complica el tema de la entrega, y aquellas a su vez deben tener también sus complicaciones con el personal y el tema del abastecimiento", señaló.
Juan Pablo explicó que "acá para nosotros es un alivio económico poder abrir nuevamente, pero sobre todo es también un alivio psicológico, es poder salir un poco de nuestros hogares, siempre con las precauciones necesarias para evitar cualquier contacto con el virus".
Las gomerías eran otro de los rubros que levantaron la persianas para asistir a los automóviles, siempre con las medidas de precaución necesarias, tal como podía verse esta mañana en un local de Cestino y Rivadavia, en Ensenada, donde tanto el dueño del comercio como los empleados encararon la jornada laboral con barbijos, guantes, alcohol en gel y pulverizadores. "Nos tenemos que proteger nosotros pero también a los vecinos, a los clientes", enfatizaron.
"También nos exigente tener los pisos limpios con lavandina y agua y tener una mezcla de alcohol y agua para limpiar superficies, así que estamos cumpliendo con todo eso", expresó Sebastián, una de las personas a cargo de la gomería.
El clima que se respiraba esta mañana era de expectativas, después de permanecer varios días alejados del trabajo y prácticamente sin ingresos,
Del mismo modo que en el taller de Olmos, se trabajaba con restricciones en favor del personal de sanidad, del municipio y de empresas de la zona como YFP. Mientras tanto, comenzaba a recibirse a los primeros coches particulares necesitados de aire o de neumáticos nuevos, con expectativas de que la actividad repunte en los próximos días.
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