El sexo virtual, una opción dada por el Gobierno para los solos y solas en cuarentena

El Ministerio de Salud hizo referencia a los cuidados sexuales en tiempos de pandemia. El rol de la tecnología y las precauciones a tener en cuenta en prácticas como el sexting

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Evitar encuentros íntimos con personas con las que no se convive durante el aislamiento y recurrir a prácticas como el sexting y la autosatisfacción fueron las recomendaciones brindadas ayer por el ministerio de Salud de la Nación, consideradas como positivas -y hasta históricas- por especialistas en la materia. Ahora bien: ¿de qué hablamos cuando hablamos de sexo virtual?

Juan José Barleta fue el infectólogo que destacó alternativas como el sexo frente a la pantalla. Según el médico, “está muy claro que el COVID-19 se puede transmitir en prácticas cotidianas como los besos, y si bien hay poca información, es bastante probable que pueda transmitirse en prácticas como el sexo anal-oral”.

Si bien aclaró que no hay datos que avalen que el “virus se elimine a través del semen y a través de las secreciones de la vagina y el recto”, señaló que “es importante el lavado de manos después de las relaciones sexuales, después de la masturbación o del sexo virtual”. Sobre esa última práctica, dijo que también es “importante lavar y desinfectar teclados, celulares, juguetes sexuales aun cuando no hayan sido compartidos”.

Para la sexóloga platense Susana Machado García, si bien la intervención del infectólogo “fue desafortunada y hasta grosera en este contexto”, es bueno remarcar que “el sexo virtual es una opción para todos aquellos que lo pueden llevar a cabo y disfrutarlo”.

El especialista del Ministerio de Salud hizo especial hincapié en la importancia de no conocer personas nuevas personalmente. Como alternativa, pidió optar por las videollamas y el sexting (mensajes de chat sexuales). “Hay un montón de aplicaciones on line que sirven para conocer personas”, alentó el funcionario, quien resaltó además la importancia del uso del preservativo para evitar el contagio de enfermedades.

¿QUÉ ES EL SEXTING?

El sexting -un acrónimo que surge de la combinación entre las palabras en inglés sex y texting- consiste en el intercambio entre dos personas de mensajes, fotos o videos de contenido erótico y sexual personal a través de teléfono celulares o pc. Dichos intercambios se realizan a través de aplicaciones de mensajería, redes sociales o incluso correo electrónico. Según los expertos, puede ser una práctica sexual en sí misma o funcionar como una especie de “juego previo” para el posterior encuentro.

“Lo primordial es que ambas partes estén de acuerdo y todo se realice bajo el paraguas del respeto y la privacidad compartida”, apunta el sexólogo Mariano Ferro Molina, para quien, bien usado, el sexting puede convertirse en una opción “interesante” para infinidad de parejas que deben afrontar separadas la cuarentena.

Lo que dice entra en sintonía con lo que plantea la psicóloga Rosalía Álvarez, coordinadora del Departamento de Familias y Parejas de la Asociación Psicoanalítica Argentina. “No es malo extrañar, añorar, desear lo que momentáneamente no está, pero depende del equilibrio de cada cual: mucha gente no puede estar consigo misma y el otro cubre ese bache”, dice la experta.

SEXO Y DISTANCIA

“Me enamoré de un sujeto, él de mí y no solo vive en otra provincia, sino que declaran pandemia”, escribió en Twitter la médica Sol Ferreyra, 31 años y conocida en las redes como @sol_Despeinada, desde donde milita el cumplimiento de la educación sexual integral (ESI) y la legalización del aborto.

Sol sigue trabajando con pacientes oncológicos: “Mi novio vive en Río Gallegos, yo en Palermo y estoy un poco estresada porque la rutina se fue y estoy tensa, fuera de órbita”, cuenta. Y si bien admite que le preocupa la distancia (no la geográfica, sino la otra) detalla que “hablan por WhatsApp, hacen dos videollamadas por día y comparten noticias”.

En relación al sexo, ella no da muchas vueltas: “La intimidad la llevamos como se puede, estamos tratando de indagar en nuevas experiencias, pero no somos grandes entendidos en el cibersexo así que hacemos lo que podemos”.

Otra historia es la de Juana, una diseñadora gráfica de 30 años que cumple la cuarentena en soledad. “Yo soy soltera -cuenta-, pero estaba ‘chongueando’ con uno que había conocido en Tinder hacía dos meses y cada uno vive solo en su casa”.

Según cuenta Juana, hablan por WhatsApp “todos los días, pero no tenemos tanta confianza como para hacer videollamadas. ¿Sexting? Todavía no lo planteamos. Yo quizás lo haría pero me da miedo que me esté grabando y ni da...”

Sobre esto, Marina Benítez Demtschenko, abogada especialista en Derecho Informático y Tecnologías de la Información y la Comunicación con Perspectiva de Género, detalló que el sexting “es un acto voluntario y consentido de la sexualidad humana que consiste en el intercambio consentido (tanto en el envío como la recepción) de material audiovisual (foto, video), audios o texto de contenido erótico o sexual”.

Para hacerlo de forma segura, la fundadora de Activismo Feminista Digital sugirió que “lo que se envíe no permita la identificación de quien lo envía” y “elegir muy bien el servicio de mensajería instantánea ya que no sólo corremos riesgo de que se difunda el material, sino que además estamos volcando mucha información que quedará para siempre en los servidores de una empresa”.

Florencia tiene 40 años, es abogada, y desde noviembre del año pasado tiene una relación “bastante fluida pero sin título formal” con un hombre que pasa la mitad de la cuarentena con su hijo y en un barrio alejado. “Hacemos videollamadas pero es raro, porque nunca antes habíamos hablado por teléfono. Compartimos memes, noticias, una receta, nos enviamos audios con fragmentos de poesías”, cuenta Florencia. “Por lo demás, todavía no recurrimos al sexo virtual pero yo le hice un chiste con el tema y se copó, así que quizás inauguramos alguna otra forma de comunicarnos aunque primero tendremos que hacer los acuerdos pertinentes”.

En ese sentido, Benítez Demtschenko resaltó que WhatsApp, además de la sincronización con Facebook e Instagram, “es el servicio de mensajería más vulnerable que existe”, y señaló que Telegram ofrece una opción de chat secreto que permite configurar la posibilidad de intercambiar mensajes que se irán autodestruyendo. “Ninguno es infalible -aclara-. Dicho esto, la mejor para mí es Signal, de software libre y código abierto, donde podés autorizar cuál es el dispositivo receptor de tu mensaje y configurar chats con mensajes que se vayan auto destruyendo periódicamente”.

“El sexo virtual es una opción para todos aquellos que lo pueden llevar a cabo y disfrutarlo”

 

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