Uruguay y un mal presagio sobre el desempleo

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La dura cifra del desempleo alcanzada en febrero en Uruguay, el 10,5 por ciento, la más alta desde 2007, hace presagiar una complicada situación económica a corto plazo, cuando el informe refleje el número de parados a causa de la crisis del COVID-19 en los siguientes meses.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) de ese país, la estimación puntual de 10,5 de la tasa de desempleo representa 2,1 puntos porcentuales más que el mismo mes del año anterior (8,4 por ciento) y 2 puntos porcentuales de diferencia con el valor estimado en el mes anterior (8,5 por ciento).

En tanto, la estimación de la tasa de empleo en el segundo mes del año se ubicó en 56,4 por ciento, lo que representa 0,8 puntos porcentuales inferior respecto a febrero de 2019 (57,2 por ciento) y 1,1 puntos porcentuales de diferencia con el valor estimado en el mes anterior (57,5 por ciento).

Con estas cifras, que son previas a la llegada del COVID-19 a Uruguay en marzo, el Gobierno del centroderechista Luis Lacalle Pou (Partido Nacional) se prepara para unas cifras que en unos venideros meses se pueden convertir “en un problema”. Así lo detalló a Efe el ministro de Trabajo y Seguridad Social de ese país, Pablo Mieres, quien insistió en que la situación del desempleo se encuentra “gravemente afectada”.

“Vamos a ver cuánto da la cifra de desempleo de marzo. Creo que va a crecer mucho con respecto a la cifra abultada de febrero, porque si vos tenés una gran cantidad de solicitudes de seguro de paro, más allá de que el 94-95 por ciento no son por despido, eso no significa que no se vayan convirtiendo”, aseguró.

 

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