Carlos Portaluppi: “Estudiar en La Plata me abrió la cabeza”

El actor, que se inició en el teatro en nuestra ciudad, estrenó la semana pasada “Lo habrás imaginado” en Cine.Ar, un lanzamiento que define como “heroico” dadas las circunstancias

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

Con 18 años, Carlos Portaluppi dejó su Corrientes natal y viajó hacia La Plata, con el objetivo de estudiar Arquitectura. Se anotó en las clases, tomó un trabajo en una empresa constructora para la que realizaba dibujos, y también comenzó a explorar la que sería su carrera: “Empecé a estudiar teatro en la Escuela de Teatro de la Provincia”, cuenta el actor, “hasta que me mudé a capital federal”, donde terminaría su formación artística con Lito Cruz, Augusto Fernándes y Susana Yasan.

“La Universidad Nacional de La Plata me dio una gran apertura de cabeza, me hizo muy bien a mi crecimiento”, agrega sobre sus días platenses Portaluppi. “Fue una explosión hermosa, realmente. Veníamos de un período largo de gobierno militar, y la apertura universitaria fue maravillosa, la experiencia de sentir la libertad en las aulas fue hermosa”.

El intérprete, que saltaría a la fama interpretando a Dominicci en la tira de televisión “Vulnerables”, tiene cálidos recuerdos de aquella experiencia universitaria en nuestra ciudad, en particular de esa sensación de posibilidades infinitas que se abría ante él, mientras trabajaba a la mañana, estudiaba a la tarde y hacía teatro por las noches: “Estaba en lo que quería, me movilizó muchísimo, fue un período de gran enriquecimiento”.

Portaluppi recuerda aquellos días de “peñas estudiantiles”, de fiestas y correrías adolescentes y despertares artísticos, en diálogo telefónico con EL DIA, encerrado en su casa, como todos, esperando que esta cuarentena llegue a su fin, con dudas y preocupaciones, para hablar de “Lo habrás imaginado”, cinta que protagoniza, y que se estrenó la pasada semana, en pantalla chica, claro, en la plataforma Cine.Ar.

La cinta marca una nueva colaboración entre Portaluppi y la realizadora y vecina de la Ciudad Victoria Chaya Miranda, con quien ya trabajó en “Eso que llaman amor” (que también puede verse en Cine.Ar). Allí, recuerda el actor, “tuvimos una escena en común con Diana Lamas, y nos quedó un gustito a poco: así surge que después la directora me convocara para esta película”, una cinta oscura que se mete con “una temática que nos atraviesa: la trata de niños”.

“Es un tema tabú en nuestra sociedad: la directora, con mucha valentía, se permite abordar el tema tras un gran trabajo de investigación”, opina el intérprete. “Son temas necesarios de ser tocados, hablados, que se ponga en exposición de cualquier lugar, en este caso en una ficción, pero con mucho sustento en material de información”.

“El estreno en este contexto hace un combo de las peores condiciones. Pero sin embargo aquí estamos”

 

“Lo habrás imaginado” es un policial negro acerca de la trata de niños: la protagonista es Abril, una mujer interpretada por Diana Lamas, que ve como en paralelo se acercan a su vida su adorado tío Ángel (Mario Pasik) y su amigo de la juventud Guille (Portaluppi). El acercamiento no es casual: Guille es un agente de inteligencia que investiga una red de trata y pedofilia ligada a Ángel (un poderoso hombre, parte de una red poderosa), y en la investigación destapará un secreto profundo y aplastante que anidó en el corazón de Abril. Y como en todo policial negro, algo se resuelve, pero queda el amargo sabor de que la injusticia, el problema de fondo, permanece.

Mezcla de género y denuncia, “Lo habrás imaginado” es ante todo un policial negro, por lo que Portaluppi encarna a un héroe roto, mancillado, con sus culpas y sus pecados a cuestas. Un personaje que “estaba lleno de matices desde el guion: yo simplemente me metí, le presté el cuerpo, la cabeza, a ese Guillermo”, dice Portaluppi sobre su hombre de inteligencia, que encuentra a su vieja amiga “en una situación complicada, muy diferente a la historia que ellos tuvieron en la adolescencia”, y descubre paulatinamente que “la problemática está dentro del mismo entorno familiar” y que Abril “no puede identificar la situación que la paraliza sin ayuda”.

El resultado de la intromisión de este amigo del pasado en la vida de Abril y en su doloroso pasado es una mezcla de necesidad, deseo y rechazo, que gesta una importante tensión entre los dos protagonistas. “Fue fácil, porque Diana Lamas es una actriz extraordinaria”, halaga Portaluppi. “Uno la mira y conecta, ese es el talento enorme que tiene, estar cargada de sensibilidad. Es contenedor trabajar con ella, uno puede conectar desde una mirada, un silencio, y saber qué está pensando”.

El actor tampoco guarda elogios para la directora del filme, que empujó a que en un contexto adverso el equipo se comprometiera artística y emocionalmente y la producción se terminara. Fue un rodaje “pequeño”, recuerda el actor, “en el momento de la menor producción cinematográfica en mucho tiempo, trabajando con equipos mínimos”. Y “el estreno en este contexto hace un combo de las peores condiciones. Pero sin embargo aquí estamos, habiendo estrenado una película argentina, un hecho casi heroico en este momento”.

Portaluppi no quiere aventurar si, con todo el mundo en casa y proyectada en una plataforma federal de forma gratuita, la cinta pueda alcanzar una mayor cantidad de público que si se estrenara en unas pocas salas en el circuito porteño. “Es incierto saber si lo va a ver más o menos gente, no tengo idea, nos toca una situación inédita”, lanza, “pero no hay otra”, se resigna. “Las salas van a tardar en abrirse y ponerse en funcionamiento: cuando eso ocurra, seguramente allí estaremos, en pantalla grande, como debe ser el cine”.

ARTE Y PANDEMIA

Como la mayoría de los argentinos, artistas o no, se nota que Portaluppi está preocupado por el futuro en sus palabras. De hecho, además de este estreno diferente, el actor se vio perjudicado por la cuarentena que obligó a parar los rodajes: estaba filmando “Chau Buenos Aires”, de Germán Kral, con la participación de Carlos Portaluppi, Diego Cremonesi, Alejandro Awada y Rafael Spregelburd, y “el día que fui a filmar se declaró la cuarentena”.

“Habrá que resistir... porque hay que vivir, hay que poner un plato de comida en la mesa para nuestros hijos”

 

“Como actor lo vivo con la misma angustia del albañil, del obrero, del comerciante, de todos los que están atravesando esta situación en sus casas”, señala.

El ganador del Martín Fierro de Oro en 2009 por su trabajo en “Vidas Robadas”, que interpretó a Morcilla durante tres temporadas en “El Marginal”, también se encontraba a punto de rodar una miniserie sobre el caso Belsunce, pero a pesar de sus ilustres trabajos televisivos y cinematográficos, Portaluppi es un hombre de teatro. Y también en el teatro, claro, sufre con la cuarentena, con todas las salas cerradas y la posibilidad de que reabran muy lejana en el tiempo.

El teatro se las rebusca, emitiendo sus espectáculos a la gorra o gratis por streaming, y aunque el actor afirma que no es equivalente, sí le interesa la iniciativa de Teatrix, donde se encuentra una obra que protagoniza, “Bajo terapia”, comedia de Veronese.

“Teatrix registra las obras pero se estrenan cuando ya han hecho su recorrido. Desde ese lugar me interesa: el teatro es efímero, no queda plasmado como el cine para toda la vida. El teatro es función a función, y todo desaparece: hay vida en lo que ve el espectador, pero cerró el telón y ya no hay más. Así que me parece fantástico el registro, me parece increíble poder ver a Alfredo Alcón, de repente”, afirma el actor, a la espera de que la actividad comience un proceso de normalización.

“Me queda la fe de que se pueda retomar lo antes posible. Pero no va a ser fácil, en un rodaje tenés 30 o 40 personas trabajando, hay que ver cómo se puede seguir hasta que aparezca una vacuna que nos permita movernos más libremente”, explica el correntino, y sobre el futuro no se atreve a decretar nada: “Todo es muy incierto, es algo que preocupa a todo el mundo, en general. Habrá que resistir, como nunca, vamos a tener que realizar un gran acto de amor, fuerza y voluntad para poder intentar hacer las cosas de alguna manera, porque hay que vivir, hay que poner un plato de comida en la mesa para nuestros hijos, hay que seguir viviendo. Eso es lo más angustiante: la situación es compleja, somos muchos los que no tenemos resuelta la cuestión. Yo alquilo, no tengo vivienda propia. Y a partir de ahora empezaré a generar deudas, deudas que no sé cuando podré empezar a saldar”.

Portaluppi solo atina a aconsejar “continuar acatando las consignas, que esperemos que funcionen”, y “esperar que esto pase lo más pronto posible y que la pandemia se cobre la menor cantidad de víctimas. Dependemos mucho de cuidarnos y de cuidar al otro”.

“Hay que parar un poquito la pelota y pensar que tenemos que hacer las cosas mejor a partir de ahora”. argumenta, con la esperanza de que esta inédita situación, propia del cine apocalíptico, “nos deje una enseñanza, para poder salir adelante todos juntos en lo que queda por delante: un camino que va a tener que ser, necesariamente, transitado desde la solidaridad, el amor, la comprensión”.

 

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