Kicillof autoriza el funcionamiento de plantas textiles y metalúrgicas

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Flexibilizar las salidas relacionadas con la reactivación de la producción industrial, pero mantener el cerrojo en los comercios, colegios y restaurantes. Sobre esos ejes continuará la cuarentena en la provincia de Buenos Aires, que el próximo lunes entrará en su cuarta fase “administrada” por sectores, rubros y zonas.

Los detalles de la nueva etapa del aislamiento preventivo, social y obligatorio fueron discutidos ayer, durante más de dos horas, en una reunión con epidemiólogos que encabezó el gobernador Axel Kicillof.

“Los expertos coincidieron en que existen diferencias entre los distritos del interior, que no han registrado casos o que han entrado en etapa de supresión, y los que pertenecen al AMBA”, informaron en la Gobernación tras el encuentro. En resumen, los inféctologos convencieron a Kicillof de que no sería bueno abrir “indiscriminadamente” todas las actividades, porque ello generaría un incremento en la circulación de gente que va a trabajar, pudiendo disparar los contagios por COVID-19.

En cambio, los expertos y el Gobernador coincidieron en poder levantar las persianas de industrias y fábricas. Esas aperturas, ampliamente reclamadas por los intendentes, incluirían, entre otras, al calzado, textiles, metalúrgica, metalmecánica y automotriz.

Cree el mandatario provincial que las fábricas e industrias movilizan una menor cantidad de gente, controlable por horarios y zonas. Incluso, se les exigiría a las empresas seguir un estricto protocolo para evitar contagios, garantizando el traslado de los trabajadores para evitar el uso del transporte público. Será parte de una prueba piloto a la que se podrá dar marcha atrás si la curva de contagios -hoy aplanada- se dispara, advirtieron en la Provincia.

El anuncio que hará el Gobernador llegará después de las disposiciones que en las próximas horas decretará el presidente Alberto Fernández, modificando, por ejemplo, las excepciones en aglomerados de más de 500 mil habitantes para permitir que se retome la actividad industrial en más de diez sectores, que incluirán más de 1.000 plantas que emplean a unos 200.000 trabajadores en todo el país. El 60 por ciento de ellas están en el Conurbano, que es a su vez una de las zonas rojas de propagación del coronavirus.

Por eso mismo, allí y en otros grandes centros urbanos los comercios deberán esperar. La intención del Gobernador es tomar distancia de la estrategia empleada por el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien analiza levantar el candado a la actividad comercial porteña.

Para Kicillof, comercios, colegios y restaurantes alientan una circulación y aglomeración de personas que, por ahora, es mejor evitar.

En cambio que, a requerimiento de cada alcalde, se permitiría la apertura de negocios en ciudades de menos de 500.000 habitantes y, sobre todo, en aquellos donde haya pocos contagios. De hecho, ya hay comunas en las que la flexibilización de la cuarentena es mayor. Como Mar del Plata, que este fin de semana inicia una prueba piloto con la apertura de comercios a cielo abierto y peluquerías.

 

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