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Información General |UNA MEDIDA SIMPLE Y ACCESIBLE CONTRA EL COVID

No importa que sean caseros: cada vez hay más evidencias de la utilidad de los tapabocas

Diversas investigaciones comprobaron que hasta los de tela de algodón reducen notablemente el alcance de las expectoraciones

No importa que sean caseros: cada vez hay más evidencias     de la utilidad de los tapabocas

Cada vez se enfatiza más en el mundo la importancia de usar tapabocas

20 de Julio de 2020 | 02:49
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Aunque algunos tapabocas ofrecen más protección que otros frente a una eventual exposición al COVID, nuevas investigaciones sugieren que incluso los menos efectivos ayudan en forma significativa a reducir la transmisión de enfermedad. No obstante ello los expertos advierten que el enmascaramiento generalizado no elimina la necesidad de seguir otras recomendaciones, como el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social.

A falta de máscaras N95 (consideradas las más efectivas pero reservadas para los trabajadores de la salud), la transmisión del COVID también puede reducirse usando tapabocas simples y accesibles. Así lo señala un estudio publicado recientemente por investigadores de la Universidad de La Florida en la revista Physics of Fluids, según el cual un cubrebocas casero con dos capas de tela de algodón y bien ajustado resulta muy efectivo para reducir la propagación de las gotas de una eventual expectoración.

Utilizando la cabeza de un maniquí, un compresor de aire y un generador de humo que simulaba mecánicamente una tos, el estudio comprobó que las gotas del tamaño de un aerosol expulsadas del maniquí con la máscara de algodón de doble capa avanzaron aproximadamente 7 centímetros en promedio, y que la mayor parte de la fuga escapó de los espacios entre cara y la nariz.

Los tapabocas puestos sin ajustar, incluido un pañuelo de algodón doblado, resultaron en cambio menos efectivos para frenar las expectoraciones, según comprobaron los investigadores. Con ellos, las gotas se proyectaron en promedio 40 centímetros y un metro, respectivamente.

En contraste el estudio confirmó que las gotas de saliva expulsadas por alguien que tose sin ninguna protección se proyectan en promedio a una distancia de 2,4 metros, aunque pueden alcanzar hasta los 3,60 metros, casi el doble de distancia social recomendada actualmente.

“Fue sorprendente en el buen sentido ver que una máscara casera podía funcionar tan bien, que no tenemos que obtener una máscara costosa para estar protegidos”, dijo el doctor Siddharta Verma, uno de los responsables de la investigación.

“La buena noticia es que una máscara de algodón se puede lavar en casa y secar. La reutilización se está volviendo importante a medida que se extienden los plazos de confinamiento social”, comentó el investigador.

Con un cubrebocas de doble capa de algodón las gotas expulsadas llegan a sólo 7 centímetros

 

Otra investigación -en este caso una revisión de estudios epidemiológicos sobre el COVID realizada por una investigadora de la Universidad de California a publicarse en el Journal of General Internal Medicine- señala que los tapabocas proporcionan una barrera importante y podrían provocar una infección más leve o incluso prevenirla por completo. Si bien las máscaras quirúrgicas y de tela pueden variar ampliamente, su autora, la doctora Mónica Gandhi, sostiene que algunas máscaras pueden filtrar la mayoría de las gotas virales grandes.

Si bien se entiende en general que el mayor beneficio de usar un tapabocas es proteger a los demás y reducir la transmisión de COVID, la doctora Amy Price, científica investigadora principal en el Laboratorio de Informática y Medios de Anestesia de Stanford, asegura por su parte que también ofrecen protección a quienes las usan.

La investigadora dijo que, excluyendo las máscaras N95, las máscaras de varias capas con una capa externa ligeramente impermeable minimizan mejor la propagación.

Además, como explicó Price, si se frota la capa externa de la máscara con un guante de látex antes de ponérsela se puede producir electricidad estática, lo que evita que las partículas del virus pasen desde el exterior de la máscara a la boca y nariz de su portador.

De la mano de hallazgos como éstos, el uso de cubrebocas comunes entre la población norteamericana aumentó a 76.4% a mediados de mayo, en comparación con el 61.9% de abril, según las encuestas realizadas por las autoridades sanitarias de ese país.

Los investigadores dicen que los beneficios del uso generalizado de mascarillas se vieron recientemente en una peluquería de Missouri, donde dos estilistas atendieron directamente a 139 clientes en mayo antes de dar positivo por COVID-19. Según un informe reciente publicado por los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, ambos llevaban una máscara quirúrgica o de algodón de doble capa, y casi todos los clientes entrevistados informaron que llevaban máscaras comunes también.

Tras el rastreo de contactos y dos semanas de seguimiento no se identificaron síntomas de COVID-19 entre los 139 clientes o sus contactos secundarios, según el informe. De los 67 que estaban dispuestos a hacerse la prueba, todos fueron negativos para COVID-19.

Según las proyecciones recientes del Instituto de Evaluación y Medición de la Salud de la Universidad de Washington, el número de muertes de COVID-19 en los EE UU aumentaría a más de 224,000 para el 1 de noviembre. Esta cifra se basa en las expectativas de que el aumento de contagios y muertes provoque la adopción de medidas restrictivas en algunas de las ciudades más afectadas del país , donde casi 140,000 personas han muerto de COVID-19 hasta el momento, según datos compilados por la Universidad Johns Hopkins.

Sin embargo, si el 95% de la población de EE UU. comenzara a usar máscaras, la cifra de muertes prevista se reduciría en más de 40,000 casos a aproximadamente 183,000 personas, según estimaciones del Instituto de Estadística en Salud de ese país (IHME)

Usar una máscara es “una de las cosas más urgentes que podemos hacer para controlar el avance de la epidemia en nuestro país”, dijo días atrás Melanie Ott, directora del Instituto Gladstone de Virología.

“Todos estamos esperando la vacuna, estamos esperando la terapéutica y no estamos allí”. “Tenemos máscaras, tenemos distanciamiento social y tenemos pruebas”, continuó. “Pero aquí no hay mucho más en la caja de herramientas”.

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