Alberto Rivas
Edición Impresa | 21 de Julio de 2020 | 01:38

Alberto Rivas, el primer presidente del Concejo Deliberante de La Plata en el regreso de la Democracia, falleció. Su partida provocó numerosas y profundas muestras de pesar en la Región, fundamentalmente en el ámbito político y el partido en el que militó: la Unión Cívica Radical.
Había nacido el 25 de diciembre de 1929, en capital federal. Sus padres fueron Antonio Rivas y Angélica Campagno.
A lo largo de su vida política Rivas fue concejal por la Unión Cívica Radical (UCR), en el período entre 1983 y 1987. Desde el 1° al 10 de diciembre de 1987 fue intendente interino. Luego, entre 1987 y 1991 fue senador provincial.
También ocupó el cargo de presidente del Comité de la Novena de la UCR y dedicó toda su vida al partido político elegido, una de sus grandes pasiones, junto a la de su familia, Gimnasia y Esgrima de La Plata, y las visitas a Mar del Plata.
A la par de su actividad política, fue un gran trabajador que pasó por distintos rubros. Se inició en la hilandería de Berisso, ciudad en la que hace 63 conoció al gran amor de su vida, Vilma Arrien, con quien cumplió 61 años de matrimonio.
Luego trabajó en un frigorífico, también en Berisso, en una fábrica de ascensores de capital federal, hasta obtener su propia ferretería, en el barrio de toda su vida, el Mondongo.
Dejó su huella por cada lugar en el que pasó, en su barrio no sólo militó en el Comité de la Novena, sino que además fue presidente del club For Ever.
Uno de sus mayores orgullos fue formar una gran familia junto a Vilma y ver crecer a sus dos hijos Norberto y Cecilia y a sus cuatro nietos. Les brindó todo lo que estuvo a su alcance y tuvo la satisfacción de que alcanzaran formación universitaria, al igual que su nieto al que vio recibir su título.
Su vida estuvo siempre vinculada a su partido político, desde el inicio del movimiento de Renovación y Cambio, en el que acompañó al ex presidente Raúl Alfonsín. Además supo transmitir sus experiencias a los jóvenes que se lo solicitaban, con muchos forjó amistades que no conocieron de diferencias de edad.
En el tiempo libre le apasionaba seguir a su querido Lobo y visitar Mar del Plata con su esposa.
Su honestidad y sus valores fuertemente republicanos, su trabajo por el bien común, la lucha por los desposeídos, su formación como fiel admirador de Amadeo Sabattini, a quien conoció personalmente, dejó un fuerte legado a los militantes de la UCR Sección Novena.
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