La ola que nos arrastra hacia el contagio, la muerte y el delito

Edición Impresa

Por LUCRECIA ARCEGUET (*)

Nuestra vida cambió radicalmente. La pandemia impactó en el sistema de salud, en lo económico y en nuestras relaciones inter personales, que ahora solo tenemos mediadas a través de pantallas y sin ningún contacto de piel. Ese mundo seguro del trabajo desapareció como la arena arrastrada por las olas y hay que sobrevivir. ¿De qué manera cambiaron las reglas del juego? ¿Hay todavía reglas ? ¿Aumenta en forma exponencial la violencia y el vale todo? Estamos encerrados y aún así los ladrones penetran en nuestras casas. Hay gente que pierde todo. Hay gente que tiene armas. Hay gente que está exaltada, no soporta el encierro, la incertidumbre, que tiene miedo al virus y a perder todo y se defiende. Mata, hiere, golpea y es golpeada. Hay impotencia. Se pierden los límites y dónde está la ley. ¿Quién nos defiende? ¿Hemos llegado al “justicia por mano propia”? Un hombre, otro hombre, matan...unos vecinos, otros vecinos, en distintos lugares atrapan a rateros, ladrones y los golpean. A esto hemos llegado. ¿Ya no existen las leyes de convivencia? ¿No respetamos la vida, los bienes de nuestros propios vecinos? De repente, además de contar casos y muertos por el COVID-19, contamos las “entraderas”, los delitos contra la vida y la propiedad.

La sociedad está cambiando y no para un futuro mejor, nos está arrastrando. La incertidumbre, la angustia, la desesperación y el miedo nos dominan. Nos estamos olvidando que hay leyes y solo tratamos de sobrevivir a esta ola que de golpe nos arrastra hacia el contagio, la muerte y al delito. Todo vale. ¿Cuál es el límite?

 

(*) Socióloga

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE