Se intensifica el control en la Zona Roja pero la violencia no cede y suma una trans herida

La orden del fiscal Marcelo Martini en medio de una fuerte reacción vecinal en la Zona Roja tuvo como contraste, anoche, una mayor presencia policial en el área en la que últimamente la violencia ganó preponderancia en medio de la oferta sexual y la venta callejera de drogas. Según fuentes policiales el refuerzo complementó tareas que ya se habían iniciado con operativos continuos en las noches de invierno.

Así y todo, la jornada de ayer volvió a repetir las escenas que generaron una fuerte reacción en el vecindario y derivaron en investigaciones judiciales como la que indicó el refuerzo policial con rondines y puestos fijos en 2 entre 63 y 64.

Alrededor de las 6.30 de la mañana, una trans de nacionalidad peruana, de 37 años, recibió tres puñaladas en un hecho aún no aclarado.

El ataque se registró en la cuadra de 4 entre 63 y 64. La policía llegó al lugar luego de recibir un alerta del 911 y en el lugar encontró a la herida, con cortes en un glúteo, el rostro y tórax. Fue trasladada al Hospital San Martín, donde permanecía estable.

Una fuente vinculada con el caso dijo que se sigue la pista del narco menudeo como marco del ataque. También lo es para un referente barrial: “esto es similar a lo que pasó en el verano con el crimen de 1 y 62”, dijo el vecino que pidió reservar su identidad.

El hombre aludía al asesinato de Roberta Carabajal, la trans de 50 años, que fue apuñalada en la mañana del 1º de febrero, en la esquina de 1 y 62.

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La Justicia determinó que antes hubo una discusión con dos jóvenes y luego hubo una agresión salvaje, aún cuando ya estaba sin posibilidad de oponer resistencia. Por el caso hay dos hermanos detenidos. Uno, había salido de la cárcel unos días antes.

A dos cuadras de allí, sobre la esquina de 1 y 64 fue vista por última vez Johana Ramallo, hace tres años. Solo se sabe desde entonces que aparecieron restos de su cadáver en una zona de la ribera de Berisso.

Protesta trans

En el medio de ambos puntos, anoche se manifestaron decenas de trans que se mueven por la Zona Roja. Se pusieron en medio de la calzada desafiando a los controles policiales y a los vecinos que piden noches sin gritos, exhibiciones obscenas, golpes, armas, “pasamanos” de droga ni clientes adictos.

La manifestación arrancó en 2 y 63, con una fogata sobre el pavimento y se trasladó hacia 1 y 63, donde el corte de calle obligó a desviar el tránsito. Pese a la tensión reinante y la presencia policial en las inmediaciones, no se registraron incidentes, informó una fuente de la Bonaerense anoche.

Ese escenario impulsó a un frentista de 2 y 63 a salir a la calle en la madrugada del sábado. En busca de paz, se enfrentó con varias trans y jóvenes que sostenían su propia pelea. Terminó herido.

El lunes, intervino Martini como fiscal penal en turno y envió al Ministerio de Seguridad una orden de custodia en esa cuadra y de aplicación de “rondines” con móviles en un cuadrante definido entre las avenidas 60 y 66 y las calles 115 a 5.

Según evalúa el funcionario, en esas manzanas está concentrada en las últimas semanas la oferta sexual y especialmente el narco menudeo. Todo, desde que se pone el sol hasta que vuelve a salir.

Ayer, la Ong Otrans, dedicada a la defensa de derechos de un colectivo conformado por trans, en su mayoría migrantes, salió a repudiar los operativos policiales y las demandas de los vecinos.

Eso ocurrió en horas en las que representantes de la asamblea vecinal de El Mondongo eran recibidos en el Ministerio de Seguridad de la Provincia por el director provincial de Relaciones con la Comunidad, Leonardo Martínez Herrero.

Los representantes del espacio vecinal pidieron el “urgente” refuerzo del patrullaje policial en la jurisdicción policial de la Zona Roja, que cubre la comisaría novena y “una tarea coordinada entre las fuerzas provinciales para luchar contra la venta de droga en nuestro barrio”.

No obstante eso, los vecinos también dieron su apoyo “al trabajo tanto de la Jefatura Departamental (controla la Policía en la Ciudad) como de la comisaría 9°”.

Mudanza

En el encuentro también reflotaron un reclamo histórico de la asamblea que integra a frentistas de El Mondongo y toda la franja del sureste del casco, que va desde el Policlínico San Martín hasta la avenida 7 hasta la avenida 60: acciones para correr hacia otra lugar de la ciudad la oferta de sexo callejero.

Investigadores policiales y judiciales coinciden en que el fenómeno nocturno de la oferta sexual se fue expresa con más intensidad en las calles 1, 2, 3 y 4, entre 62 y 67, con fuerte presencia también en diagonal 73, entre Plaza Matheu y 4.

Por la tarde, este diario dialogó con varios vecinos. Nereida Orellano (28), le contó a este diario que “no sabía que acuchillaron a una travesti. Pero no me sorprende, porque todas las noches se escuchan gritos, insultos, botellazos y corridas que vienen de la calle”.

La joven aseguró que “muchas veces les pegan (a las travestis) para robarles el dinero. Hay vecinos que llaman a la Policía y siempre viene algún patrullero. Pero igual estas historias se repiten”, dijo.

Como indicador del cuadro, apuntó que “en algunas ocasiones, de estos ataques hay uno dos por noche”, indicó.

Otro frentista que pidió reservar su identidad, indicó que el horario crítico es el que va desde la una hasta las cuatro de la mañana”.

Un vecino indicó que la franja más crítica transcurre en la madrugada, entre la una y las cuatro