El contundente mensaje de un vecino de la zona Roja de La Plata
| 30 de Julio de 2020 | 21:03

Daniel Domínguez es referente de la Asamblea Vecinal del Mondongo. Y desde hace muchos años es uno de los pocos vecino que levanta la voz ante los hechos de inseguridad que se viven en el barrio. Ahora, que el clima volvió a encenderse, mostró su preocupación.
"Desde el asesinato de Dr. Francisco Guerrero, en aquella fría noche del 3 de abril del 2015, vengo bregando en la lucha contra la delincuencia en El Mondongo. He formado una Asamblea Vecinal, ayudado a formar otras", comenzó su charla en EL DIA en la cual recordó que el 22 de agosto del 2017 amenazaron su vida y la de su familia colocando una urna funeraria en la puerta de su casa.
Días atrás, la organización OTRANS Argentina lo acusó luego de que una travesti fuera apuñalada en el tórax en 4 entre 62 y 63: "En reiteradas ocasiones inocula odio y potencia un discurso autoritario, patriarcal, xenófobo, racista, y aporofóbicos, reclamando políticas de mano dura hacia nuestras identidades".
Domínguez rechazó tal acusación y dejó en claro en una carta: "Mi apoyo a quien quiera desterrar la venta de droga en nuestra jurisdicción, tanto políticos, fiscales, jueces y principalmente las áreas de Seguridad. Junto con los vecinos y asambleístas nos propusimos desterrar la pantalla que usan muchos grupos para vender droga en El Mondongo. Ladran Sancho, señal que cabalgamos decía el Quijote. No torceran mi brazo. Por un Mondongo en Paz".
"No estoy en contra de las trans, mi lucha es contra toda persona que venda droga. En este caso son ellas las que están vinculadas y no lo digo yo sino los miles de casos en los últimos años", le dijo a este medio y repitió: "Por eso pedimos su traslado a otra zona".
"Cada vez que hay un operativo y dejan de venir las que venden hay un ataque hacia mi persona. No lo voy a permitir más. Se solidarizó mucha gente conmigo, del actual oficialismo y también de la diputada (Florencia) Saintout", agregó.
Un vecino en 2 y 63 tuvo que dejar la casa luego de que un grupo le prendiera fuego la puerta de su casa, ya que decidió enfrentarlos al ver los movimientos en el barrio. "Por eso hay mucho miedo y no todos se atreven a dar la cara", retrucó Domínguez que dijo que las trans y las banditas que operan con ellas entierran y esconden la droga en los lugares más insólitos: debajo de baldozas, en los canteros, medidores de gas, debajo de autos abandonados...
"Ahora ya no hacen más el pasamanos porque no quieren ser filmadas; se suben a los autos, dan una vuelta y se bajan", informó.
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